La Mostra se blinda contra el terrorismo

Cazar a una estrella, o a un terrorista. Un m¨®vil vale para todo. Depende, claro est¨¢, del uso. Decenas de asistentes asaltar¨¢n la alfombra roja de Venecia para conseguir alg¨²n selfie o al menos una imagen cercana de los divos. Mientras, los polic¨ªas tambi¨¦n levantar¨¢n sus tel¨¦fonos, pero para otra misi¨®n: agentes de paisanos circular¨¢n por el festival con c¨¢maras disfrazadas de m¨®viles para grabar a todo individuo sospechoso. La imagen llegar¨¢ en tiempo real a la pantalla de un grupo de expertos bautizado como Soil, ubicado en el propio Palazzo del Cinema y encargado de confrontarla con su base de datos y lanzar la alerta en caso de coincidencia. Es esta una de las principales novedades lanzadas por el cuestor de Venecia, Vito Danilo Gagliardi, tal y como informa el peri¨®dico local Il Gazzettino. Una protecci¨®n de pel¨ªcula para un festival de cine.

El diario explica que la 74? edici¨®n del certamen ser¨¢ ¡°la m¨¢s blindada¡± de la historia. Los recientes atentados de Barcelona y Cambrils han hecho mella en la mente de organizadores y autoridades, de ah¨ª que Venecia haya vuelto a aumentar sus medidas de seguridad, ya reforzadas el a?o pasado. Fue entonces cuando La Mostra, con el recuerdo del atropello terrorista en Niza a¨²n demasiado fresco, coloc¨® varias barreras de cemento en sus principales accesos, para impedir la carrera enloquecida de alg¨²n cami¨®n o furgoneta.

Los enormes bloques siguen ah¨ª, pero cuentan ahora con varios aliados m¨¢s. Habr¨¢ un centenar de agentes volcados las 24 horas del d¨ªa en garantizar la seguridad del festival, un 30% m¨¢s respecto a 2016; unas 40 c¨¢maras esparcidas por todo el certamen pretenden lograr que no pase nada en el recinto sin que los ojos de Soil no lo vean. Y una furgoneta ejercer¨¢, en pleno coraz¨®n de La Mostra, de laboratorio cient¨ªfico, para los an¨¢lisis inmediatos que hicieran falta, resume Il Gazzettino.

Los organizadores juran que as¨ª los peligros est¨¢n reducidos al m¨ªnimo. Adem¨¢s, el objetivo es que la protecci¨®n sea un fantasma que los asistentes apenas perciban y no ralentice en absoluto el desarrollo del festival. El cuestor Gagliardi conf¨ªa en que el despliegue ser¨¢ suficiente a parar cualquier amenaza. Aun as¨ª, por si acaso, lleva siempre consigo otro remedio: un cuernito de plata. La buena suerte es m¨¢s que bienvenida.