Una mujer desbordada

Cuesta reconocer en Los casos de Victoria a la misma Justine Triet que, tan solo tres a?os antes, hab¨ªa debutado en la fren¨¦tica, fresca e inesperada La bataille de Solf¨¦rino (2013). En su ¨®pera prima, la directora sac¨® sus c¨¢maras a la calle el 6 de mayo de 2012, d¨ªa de la victoria electoral de Fran?ois Hollande, para convertir a todos los parisienses que atestaban la calle Solf¨¦rino, frente a la sede del partido socialista, en extras involuntarios de una comedia donde chocaban lo p¨²blico y lo privado. Las tensiones entre una reportera televisiva, destinada a cubrir la jornada electoral, y un insistente exmarido empe?ado en visitar a sus hijas centraba esta pel¨ªcula que ten¨ªa mucho de arriesgado tour de force y que no revelaba parentescos evidentes en el panorama de la comedia francesa contempor¨¢nea: si acaso, una cierta afinidad con los trabajos coet¨¢neos de S¨¦bastien Bedbeder y Antonin Peretjatko por su com¨²n impulso de recoger, lejos de la reverencia mit¨®mana, algunos tonos y estrategias de la herencia de la Nouvelle Vague.

Si algo vincula a La bataille de Solf¨¦rino con Los casos de Victoria es su foco sobre una protagonista desbordada por sus obligaciones profesionales y entregada a la ca¨®tica gesti¨®n de maternidad, vida privada y adicci¨®n al trabajo. La referencia lejana parece ser aqu¨ª esa screwball comedy que encontr¨® su vector de ingenio y velocidad en hiperactivas figuras femeninas, com¨²nmente rodeadas de hombres inmaduros. El problema es que el segundo largometraje de la Triet recuerda m¨¢s a una comedia (del mont¨®n) protagonizada por Katherine Heigl ¨Co sea, m¨¢s La cruda realidad (2009) o Como la vida misma (2010) que L¨ªo embarazoso (2007)-, v¨ªnculo reforzado asimismo por el cierto parecido f¨ªsico entre Virginie Efira y la actriz estadounidense. Ojal¨¢ en su siguiente trabajo Justine Triet recuerde c¨®mo empez¨®.