La libertad de una madre en la Amazonia colombiana
La cineasta Clare Weiskopf sacude el pasado y enfrenta a su mam¨¢ por haberse ido a la selva mientras ella y su hermano sufr¨ªan su ausencia
Valerie Meikle quer¨ªa ser madre, pero sin sacrificar su libertad. ¡°Lo m¨¢s importante en la vida de uno es la vida de uno¡±, repite a los 80 a?os. Lo asegura como si fuera l¨®gico y sobrara aclararlo. Naci¨® en Inglaterra, pero nunca se sinti¨® c¨®moda all¨ª. Dice que le faltaba algo que termin¨® encontrando en la Amazonia colombiana, subida en una canoa, conviviendo con ind¨ªgenas, serpientes y monos. Una de sus hijas, la cineasta Clare Weiskopf, quiso contar la historia de la aventura de su mam¨¢, una mujer mayor que enfrenta sin miedo la vida en la selva, pero pudo m¨¢s el sentimiento que durante a?os hab¨ªa tenido guardado y Amazona, el documental que sali¨® de escarbar el pasado, se convirti¨® en un retrato sobre la maternidad y la libertad.
Valerie lleg¨® a Colombia en 1959 por amor, pero se qued¨® porque -dice- por fin hab¨ªa encontrado su lugar para ser feliz. Tuvo cuatro hijos. Carolina y Liliana con su primer esposo y Clare y Diego con el segundo. ¡°Planeamos tenerlos. Con Clare yo ten¨ªa 40 a?os y deseaba ser madre otra vez¡±. Nunca vio la maternidad como un sacrificio. ¡°Mi mam¨¢ me dec¨ªa ¡®te van a cortar las alas¡¯, pero nunca lo sent¨ª as¨ª¡±. Vivi¨® algunos a?os en la ciudad, pero la naturaleza la jalaba. Se instal¨® en el Amazonas y despu¨¦s de la muerte de una de sus hijas mayores decidi¨® meterse cada vez m¨¢s en la selva. Sus hijos peque?os, que apenas superaban los diez a?os, decidieron no seguir el viaje. Se fueron a la ciudad y ella no lo impidi¨®. ¡°No los abandon¨¦, ellos iban a donde el pap¨¢, ten¨ªan derecho de conocer otro tipo de vida¡±. Pero sus hijos no lo sintieron as¨ª y durante mucho tiempo cargaron con el dolor de su ausencia.
¡°?No te parece que fuiste ego¨ªsta con nosotros?¡±, le pregunta Clare. Diego, su otro hijo, le reprocha no haberlo retenido, haberle permitido irse de su lado. Las respuestas de Valerie alimentan el debate sobre lo que implica ser mam¨¢. ¡°Si algo no deja que t¨² vivas tu vida, tienes que hacer lo que sea para lograrlo. A eso hemos venido¡±, dice. La c¨¢mara la persigue en su cotidianidad. Mientras cocina pescado envuelto en hojas de pl¨¢tano en una fogata, cuando termina de tejer un saco para su nieta, en la moto en la que recorre los caminos polvorientos de la zona urbana m¨¢s cercana a su casa. ¡°Ser mam¨¢ es dif¨ªcil porque uno sacrifica. Pero hay cosas que no se pueden sacrificar. ?De qu¨¦ sirve una madre sacrificada, de qu¨¦ sirve una mujer sacrificada?¡±, pregunta. Nunca quiso responderlo con su propia experiencia, no dej¨® que el concepto de maternidad tradicional se impusiera sobre su libertad.
El documental, que se llev¨® el premio del p¨²blico en el Festival de cine de Cartagena, ha sido exhibido en otros pa¨ªses. En Holanda, Valerie se sorprendi¨® cuando al terminar la funci¨®n una fila de mujeres madres la esperaba para agradecerle. ¡°Me dec¨ªan que las hab¨ªa inspirado para liberarse, para vivir su vida, no la de sus hijos o esposos¡±. El escritor H¨¦ctor Abad Faciolince la describe como una mujer que se niega a sentir las ataduras de la maternidad y vive con una fuerza extraordinaria. ¡°Ella es la estaci¨®n del hippismo llevada hasta las ¨²ltimas consecuencias y la noci¨®n totalmente antiburguesa de la familia¡±, dice el escritor colombiano sobre el documental que abre un profundo debate sobre las otras formas de ser madre.
Valerie ten¨ªa m¨¢s de 50 a?os cuando se subi¨® a una canoa para recorrer 1.500 kil¨®metros por el R¨ªo Putumayo. Dice que rem¨® con la fuerza que le da la naturaleza, su felicidad. Aunque vive sola en una reserva natural del Amazonas asegura que no ha sentido la tristeza que muchos relacionan con la soledad. "Ese es mi lugar, me demor¨¦ en encontrarlo, pero vali¨® la pena". No habla de culpas ni errores del pasado. Ha sido una mam¨¢ diferente y, por encima de todo, libre.
Babelia
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