Una gata, Sherlock Holmes y el misterio del humor amarillo
Jiro Akagawa es la ¨²ltima parada de este viaje por lo esencial del noir japon¨¦s
?Qui¨¦n dijo que el perro es el mejor amigo del hombre? Un japon¨¦s, desde luego que no. Porque las mascotas preferidas por los nipones son los gatos. Por eso, en la cultura popular japonesa hay felinos por todas partes. Desde la adorable Hello Kitty al repelente Doraemon, pasando por Meowth, el eterno enemigo de Pikachu. De modo que no es de extra?ar que uno de los detectives m¨¢s queridos de la ficci¨®n detectivesca japonesa moderna tenga siete vidas.
Todo empez¨® a inicios de los a?os setenta. El fin del milagro japon¨¦s coincidi¨® con el llamado boom Yokomizo, que llev¨® al creador de Kindaichi a retomar las aventuras de su c¨¦lebre investigador. Y poco a poco, la escuela social creada por Seicho Matsumoto (del que Libros del Asteroide acaba de publicar La chica de Kiushu) fue perdiendo protagonismo en favor de los llamados misterios ortodoxos (honkaku). Libros que segu¨ªan las reglas de la Golden age encabezada por cl¨¢sicos del enigma brit¨¢nico como Conan Doyle o Agatha Christie.
Y uno de los presuntos culpables de la renovaci¨®n del misterio honkaku fue Jiro Akagawa (1948, Fukuoka) quien escribi¨® sus primeras historias a muy temprana edad, influenciado por Osamu Tezuka, considerado padre del manga, y los libros de Sherlock Holmes.
Tras graduarse, trabaj¨® en una librer¨ªa y en la Sociedad japonesa de ingenieros mec¨¢nicos, por lo que no retom¨® la creaci¨®n literaria hasta 1976, cuando debut¨® con Tren fantasma, premio Yomimono al mejor autor novel de misterio.
Desde entonces, Akagawa se ha llevado el gato al agua. Ha vendido cientos de millones de ejemplares de sus casi seiscientas obras, entre las que destaca la exitosa serie de la gata Holmes, por combinar con originalidad asesinatos truculentos, humor japon¨¦s y toques de enredo amoroso.
El estilo de la serie es muy ¨¢gil y visual, con descripciones parcas y abundante di¨¢logo, lo que sumado a sus situaciones caricaturescas la convierten en una especie de manga sin vi?etas. Sus tramas sorprenden por su frescura y complejidad, sabe dar una vuelta de tuerca a los resortes cl¨¢sicos de la novela polic¨ªaca, y su peculiar comicidad nace de las situaciones rocambolescas que desencadenan sus personajes esperp¨¦nticos.
Su protagonista es Yoshitaro Katayama, un polic¨ªa sin actitudes ni aptitudes, sin vocaci¨®n ni intuici¨®n, que se marea con la sangre y es incapaz de hablar con mujeres. Aunque sin duda, el personaje m¨¢s carism¨¢tico es la inteligent¨ªsima gata calic¨® que ayuda a los torpes sabuesos humanos con sus pesquisas. Un felino que, entre novelas y recopilaciones de cuentos, ha protagonizado cerca de 50 libros, de los que solo dos han llegado a nuestras estanter¨ªas, de la mano de la editorial Quaterni.
Los misterios de la gata Holmes (2015) supuso el debut del personaje all¨¢ por 1978. La novela arranca cuando encargan a Katayama vigilar la residencia de una Universidad femenina de Tokio. La residencia donde viv¨ªa una chica recientemente asesinada y en la que se sospecha que algunas estudiantes est¨¢n ejerciendo la prostituci¨®n. Y como suele ocurrir en estos casos, pronto empiezan a sucederse los misterios y los muertos. Misterios como el de la desaparici¨®n de todo el mobiliario de una sala de la residencia, y fiambres como el del decano, que un buen d¨ªa amanece desnucado en una habitaci¨®n cerrada por dentro a cal y canto¡
Pero el difunto tiene una gata con mucho olfato que ir¨¢ dando a Katayama pistas para resolver el asesinato de su amo, el misterio de habitaci¨®n cerrada m¨¢s original que he le¨ªdo nunca.
Una deliciosa novela de misterio neocl¨¢sica, de trama ligera y adictiva que disfrutar¨¢s como un enano si creciste con los irregulares de Baker Street.
Menos recomendable, a mi juicio, es La mansi¨®n de los gatos (2016), que no es la segunda, sino la tercera novela de la serie. Se abre con unos extra?os accidentes provocados que pronto desembocar¨¢n en una cadena de violaciones, desapariciones y sangrientos cr¨ªmenes que parecen obra de un gato fantasma. Una novela de arranque pausado que, a partir del segundo cuarto, se convierte en una espiral de violentos golpes de efecto que no dejan t¨ªtere con cabeza ni dar¨¢n tregua al lector.
El gran ¨¦xito cosechado por estas y otras investigaciones de Holmes, sobre todo entre las adolescentes niponas, ha hecho que la simp¨¢tica gata saltara a la pantalla, el c¨®mic y hasta las consolas. En el cine y la televisi¨®n, ha protagonizado tres obras con formato teatral y dos series hasta la fecha, con adaptaciones escritas por el propio Akagawa. En cuanto al anime y el manga, ha sido retratada por algunos de los dibujantes m¨¢s conocidos del sector; y en el mundo de los videojuegos, ha protagonizado t¨ªtulos como la novela visual Mikeneko Holmes: ghost Panic publicada en 2001 para Wonderswan Color.
As¨ª pues, vemos como el enigm¨¢tico humor amarillo de Jiro Akagawa supuso un revulsivo dentro del misterio ortodoxo japon¨¦s, que con la serie de la gata Holmes dot¨® de nuevo sabor a los ingredientes tradicionales del g¨¦nero, parodiando y homenajeando clich¨¦s y enfrentando a casos de lo m¨¢s intrincado a unos polic¨ªas estramb¨®ticos. Novelas divertidas, sin m¨¢s pretensi¨®n que el entretenimiento y que disfrutar¨¢s si te gusta jugar a los detectives y no le buscas tres pies al gato.
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