La crisis llega al museo de la prensa
El d¨¦ficit del Newseum ha forzado la dimisi¨®n de su presidente y amenaza con la venta de su ic¨®nico edificio en Washington D. C.
Ni los restos de las Torres Gemelas derrumbadas en los ataques del 11-S, ni una exposici¨®n fotogr¨¢fica de los mayores acontecimientos del ¨²ltimo siglo. Tampoco un paseo virtual por el muro de Berl¨ªn. Ninguno logra atraer suficientes turistas al Newseum, el gran museo de la prensa en Washington, para subsanar la crisis econ¨®mica que le asedia y que ha forzado esta semana la dimisi¨®n de su presidente, Jeffrey Herbst.
Escasean los visitantes en una tarde a finales de agosto. En este opulento edificio, de siete plantas, con 15 salas para actos y un restaurante aleda?o, algunas parejas y familias serpentean entre las distintas exposiciones. Alternan historia con modernidad: una colecci¨®n de radios y televisiones de mitad del siglo XX con unas gafas en 3D que sit¨²an al espectador en la Alemania Nazi; un mapa mundial interactivo que ilustra por colores los distintos grados de libertad de expresi¨®n con un estudio televisivo donde cualquiera puede ser presentador por un d¨ªa. Seg¨²n el conocido periodista Jack Shafer, el museo es ¡°un parque de atracciones de nuestra profesi¨®n¡±.
Con apenas 20 a?os de existencia, esta ic¨®nica galer¨ªa localizada en el coraz¨®n de la capital se ha establecido como una referencia para la reciente memoria colectiva del pa¨ªs con detalladas exposiciones de expresidentes y momentos hist¨®ricos. Sin embargo, su insostenible situaci¨®n econ¨®mica ha precipitado una revisi¨®n de su estructura financiera que podr¨ªa resultar en la venta del edificio y, seg¨²n especulan algunos cr¨ªticos y periodistas, incluso el cierre del propio museo. De los apuros de la prensa no se libra ni su propio templo.
¡°Es obvio que el modelo actual no puede continuar de manera indefinida a este nivel¡±, afirm¨® esta semana en un comunicado Jan Neuharth, la directora ejecutiva de la fundaci¨®n Freedom Forum ¡ªprincipal contribuyente del museo¡ª, una ONG dedicada a la promoci¨®n de la libertad de expresi¨®n. ¡°Si seguimos a este nivel el d¨¦ficit del museo ahogar¨ªa la caja del Freedom Forum¡±, a?adi¨®.
Los ingresos de los muchos eventos que acoge¡ªo los 24,95 d¨®lares que cuesta la entrada; la m¨¢s cara de Washington¡ª no han bastado para que el museo pueda sostenerse por s¨ª mismo. Mientras que el Gobierno federal financia la mayor¨ªa de museos de la ciudad, a trav¨¦s de su programa Smithsonian, y todos ellos son de entrada gratuita, Freedom Forum ha invertido m¨¢s de 500 millones de d¨®lares desde la apertura de la instituci¨®n. A lo largo de los ¨²ltimos a?os, el Newseum tambi¨¦n se ha visto obligado a despedir a numerosos trabajadores en cuatro rondas distintas, la ¨²ltima de ellas el pasado enero.
Entre las posibilidades sugeridas para aliviar la situaci¨®n econ¨®mica, los miembros del consejo supervisor del museo ya han propuesto la venta del lujoso y elegante edificio que ocupa el museo desde 2008. El traslado, desde un espacio peque?o y discreto en los suburbios de la ciudad, a la arteria principal de Washington, la avenida Pensilvania, supuso un ascenso categ¨®rico y costoso. Seg¨²n Politico, la construcci¨®n del edificio cost¨® m¨¢s de 400 millones de euros. Y convirti¨® al despampanante inmueble en un frecuente centro de congregaci¨®n para fundaciones, periodistas, y empresas del mundo de la comunicaci¨®n. La pr¨®xima semana ser¨¢ Paul Ryan, el presidente del Congreso, quien tome el estrado de uno de los teatros. Los eventos y las recepciones de traje y vestido largo, repetidos con frecuencia, han incluido a actores como George Clooney, pero tampoco han evitado la delicada situaci¨®n financiera que ahora atraviesa.
Situado a medio camino entre el Congreso de Estados Unidos y la Casa Blanca, la ubicaci¨®n del Newseum es una met¨¢fora del papel supervisor que juega la prensa sobre quienes ocupan el poder. Una funci¨®n que ha cobrado especial relevancia por la entrada en la esfera pol¨ªtica de un presidente, Donald Trump, que ha generado crispaci¨®n entre los medios de comunicaci¨®n y el Ejecutivo. Pero ante la precariedad econ¨®mica de la industria period¨ªstica, quiz¨¢s ni su homenaje podr¨¢ sobrevivir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.