Pap¨¢ est¨¢ en el fondo del mar

En un viejo libro de Jacques Yves Cousteau, el protagonista de Rushmore (1998) se encontraba una nota manuscrita en los m¨¢rgenes: ¡°Cuando un hombre, por cualquier motivo, tiene la oportunidad de llevar una vida extraordinaria, no tiene derecho a guard¨¢rsela para s¨ª mismo¡±. Era una frase del c¨¦lebre ocean¨®grafo, personaje que tuvo que desempe?ar un importante papel en la educaci¨®n sentimental de Wes Anderson, toda vez que el cineasta volvi¨® a ¨¦l dedic¨¢ndole una pel¨ªcula entera ¨CThe Life Aquatic (2004)-, donde le imaginaba como su padre simb¨®lico: una inmadurez melanc¨®lica bajo ic¨®nico gorro rojo que hab¨ªa dejado afectos filiales desatendidos en cada puerto.

Jacques, el biopic que J¨¦r?me Salle ha consagrado a Cousteau, es como el complemento de no ficci¨®n al fantaseo generacional de Anderson: aqu¨ª tambi¨¦n hay un padre remoto y no uno, sino dos ni?os perdidos, castigados por el fulgor narcisista del patriarca. Uno de ellos, Philippe, ser¨¢ el predilecto y, al mismo tiempo, el mayor problema de ese descendiente del capit¨¢n Nemo al que nunca le gustar¨¢ demasiado que se las canten claras en cuestiones de afecto familiar y coherencia medioambiental. El otro, Jean-Michel, autor de uno de los dos libros ¨CMon p¨¨re le commandant- que sirven de base documental para la pel¨ªcula -el otro es Capitaine de La Calypso, de Albert Falco e Yves Paccalet, miembros de la tripulaci¨®n-, condenado a ser el eterno segund¨®n, el no elegido para prolongar el proyecto paterno. En la superficie de Jacques, una idea disfuncional de la familia mece su crispaci¨®n sobre el silencio y la belleza inabarcables de ese mundo submarino que Cousteau convirti¨® en refugio y territorio de su propia automitificaci¨®n.

La relaci¨®n entre Jacques y su hijo Philippe proporciona a esta pel¨ªcula su conflicto central, mientras no deja de sonar el rumor de la ruina econ¨®mica sobre el pulso entre utop¨ªa y pragmatismo que define la trayectoria de su icono colocado en el cadalso del biopic insidioso. Esa relaci¨®n paternofilial se revela m¨¢s llena de matices y contradicciones que la interpretaci¨®n de un Lambert Wilson que ahoga todo trazo amable o positivo que podr¨ªa aportar al personaje. La pel¨ªcula resume la vida del comandante como el viaje ¨¦pico desde su propio ombligo a la toma de conciencia (ecol¨®gica), mientras una puesta en escena, obcecada con el sentido del espect¨¢culo, le da id¨¦ntico ¨¦nfasis a un correteo infantil por el campo y al encuentro con una imponente ballena.