Si no hay respeto para el toro, dif¨ªcil es que lo haya para la tauromaquia
Hoy solo existe la fiesta de los toreros, alentada por aficionados dadivosos y orejeros
Tiempo ha que el toro, el gran protagonista de la tauromaquia -el jefe de la cosa, el rey- ha sido destronado y dormita escondido en un exilio interior que lo tiene desesperanzado y triste. No hay m¨¢s que verle la cara cada vez que uno de ellos aparece en un ruedo.
Tiempo ha que ha sufrido un violento golpe de estado que lo ha despojado de sus poderes y relegado a un deshonroso papel de convidado de piedra en una fiesta a la que ya no conoce ni el que la fund¨®.
Y los golpistas han sido los toreros -con la colaboraci¨®n diligente, irresponsable e imprudente de ganaderos y empresarios-, erigidos en due?os de un negocio que, a la vista est¨¢, se les va de las manos con la hu¨ªda en masa de los aficionados.
No tiene sentido alguno que la tauromaquia se siga llamando ¡®fiesta de los toros¡¯, cuando estos han sido despojados de toda autoridad y cometido estelar. Hoy no existe m¨¢s que la fiesta de los toreros, alentada por esos aficionados de nuevo cu?o -espectadores, no m¨¢s- que se definen como ¡®toreristas¡¯, como si la tauromaquia se sustentara en las poses aflamencadas de un se?or vestido de luces ante un tonto toro artista y apocado.
¡°La nobleza y la dulzura me gustan en un perro, no en un toro¡±
Es ya una pr¨¢ctica habitual que se anuncien carteles sin toros (actuar¨¢n fulano, zetano y mengano con toros por designar); acaba de suceder con las dos corridas que se celebrar¨¢n en la pr¨®xima feria de Ja¨¦n, pero no es un hecho aislado. Figuras como El Juli -y no es el ¨²nico- han permitido semejante tropel¨ªa en alg¨²n momento.
En otras palabras, al toro bravo se le ha perdido el respeto. Son los toreros los que hacen el boicot, abandonan y, en muchos casos, condenan al exterminio a ganader¨ªas que se distinguen por su casta, fiereza y movilidad, y aupan al podio de la fama a hierros caracterizados por su bondadosa condici¨®n y su desafortunada consideraci¨®n de artistas.
¡°La nobleza y la dulzura me gustan en un perro, no en un toro¡±, confesaba hace unos d¨ªas un aficionado en twiter. El pasado d¨ªa 13, el peri¨®dico digital Noticiascyl de Salamanca escrib¨ªa lo siguiente sobre la corrida celebrada en esa ciudad en la que actuaron Talavante, Ferrera y Cayetano con toros de Garc¨ªa Jim¨¦nez (Matilla): ¡°La tarde fue la demostraci¨®n m¨¢s palpable de la situaci¨®n actual de la Fiesta, fundamentada en el torero y, con perd¨®n, casi menospreciando la condici¨®n del toro. Una Fiesta con toros hechos para las figuras actuales; bondadosos, noblotes, a medida¡ La gente -no toda, obviamente- va a ver toreros, no va a ver toros¡ y se deja llevar por las faenas bonitas ante toros f¨¢ciles¡±.
Nobleza y dulzura del denostado y vigente perritoro; y animalitos a la medida de las figuras en Salamanca, otrora tierra sagrada del toro bravo y hoy cualquiera sabe lo que ser¨¢¡
En fin, que la emoci¨®n ha sido sustituida por la diversi¨®n, y los espantados aficionados serios y exigentes por un p¨²blico festivo, alborotador y lego en cuestiones taurinas.
¡°Es un deber que cada espectador vuelva a casa emocionado¡¯.
Y la m¨¢s nefasta consecuencia ha sido el triunfalismo imperante y la proliferaci¨®n de los indultos.
Ya se sabe aquella m¨¢xima que dice que ¡®sobre aquello que no se conoce se tiene mejor opini¨®n¡¯. Y ah¨ª est¨¢ la televisi¨®n -un arma peligrosa de doble filo- que, por un lado, te permite, por ejemplo, ver los toros de la prestigiosa feria de Bilbao y, al mismo tiempo, te ense?a que el prestigio de esa plaza -como el de Pamplona o de tantas otras- no es m¨¢s que una reminiscencia del pasado sin sentido alguno en la actualidad.
Esa peque?a pantalla muestra cada tarde c¨®mo la fiesta est¨¢ inundada de triunfalismo, movido por un p¨²blico -bien pertrechado de comida y bebida, por lo general-, dadivoso, orejero y con ansias de diversi¨®n que olvida por desconocimiento absoluto las normas b¨¢sicas que han hecho grande la tauromaquia.
Esa peque?a pantalla muestra cada tarde c¨®mo ha desaparecido el tercio de varas, c¨®mo han perdido importancia el capote y las banderillas, y todo se reduce a interminables y sopor¨ªferas faenas de muleta como pre¨¢mbulo de un posible indulto no m¨¢s que un toro muestre movilidad y dulce comportamiento.
Esas -el triunfalismo y el indulto- parecen ser las ¨²nicas respuestas del taurinismo al muy dif¨ªcil momento que padece la fiesta: a m¨¢s dificultad, m¨¢s orejas y m¨¢s toros a la dehesa, como si la diversi¨®n inocua fuera el b¨¢lsamo a tanto desafuero.
Y no es as¨ª; claro que no. La ¨²nica soluci¨®n de la fiesta est¨¢ en el toro, en su recuperaci¨®n, en el respeto que nunca se le debi¨® perder.
Es el toro ¨ªntegro, encastado, fiero y noble, el que tiene la respuesta adecuada a la situaci¨®n actual. El ¨²nico que puede hacer nuevos aficionados, y el que devolver¨¢ la emoci¨®n y la exigencia.
Es m¨¢s, si no hay respeto para el toro, dif¨ªcilmente podr¨¢ haberlo para la tauromaquia.
Es, quiz¨¢, buen momento este para recordar aquella c¨¦lebre reflexi¨®n de Joaqu¨ªn Vidal sobre el aficionado:
¡°Aquello de que a los toros hay que ir a divertirse es una falsedad. A los toros hay que ir dispuesto a sufrir; provisto de lupa para comprobar la casta y fortaleza de las reses, la integridad de sus astas, el discurrir de la lidia, el m¨¦rito de los lidiadores, la calidad de los lances¡ Y si algo de todo esto falta, el aficionado conspicuo lo exigir¨¢ con la vehemencia que sea del caso; y si se cumple cabalmente, lo celebrar¨¢ gozoso, e, incluso, puede que entre en trance y crea que se le ha aparecido la Virgen¡±.
Hace unos d¨ªas, Diario de Sevilla publicaba una entrevista con Ara Malikian, el famoso violinista de origen liban¨¦s, y el t¨ªtulo de la misma era toda una declaraci¨®n: ¡°Es un deber que cada espectador vuelva a casa emocionado¡¯.
Se refer¨ªa, claro es, a la m¨²sica, pero imag¨ªnese por un momento que hablaba de toros. Esa es la clave.
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