Trotamundos de l¨¢piz, tinta y color
Yildiray ?inar y Alberto Ponticelli dibujan superh¨¦roes en Estados Unidos en Marvel y DC y comparten una amistad nacida del tebeo
Hay algo de belleza inherente en entrevistar a un par de amigos. La superficie de esa belleza, las curvas, por as¨ª decirlo, son los chascarrillos m¨¢s o menos punzantes nacidos de la camarader¨ªa. La m¨¢s invisible y por tanto m¨¢s valiosa es contemplar una de las emociones humanas que m¨¢s resarcen a nuestra especie y que se manifiesta en los silencios y en las palabras. Este tipo de amistad es la que comparten Yildiray ?inar y Alberto Ponticelli, un turco y un italiano trabajando para las dos editoriales m¨¢s poderosas de Estados Unidos: Marvel y DC Comics.
Desde las XXII Jornadas de C¨®mic de Avil¨¦s, Ka-BOOM comparti¨® una terraza con esta desigual pareja ¡ª?inar, alto, fuerte, barbado y oculto tras unas gafas de sol, m¨¢s de silencios que de palabras; Ponticelli, hablador, enjuto, expresivo, fil¨®sofo¡ª para hablar de todo un poco. El plan secreto no era otro que ver si esa amistad entre dos de los dibujantes europeos con m¨¢s proyecci¨®n internacional chispeaba en cada respuesta. Juzgue, lector. Juzgue.?
Pregunta. ?De d¨®nde viene esta amistad?
Yildiray ?inar. Pues de una convenci¨®n, claro est¨¢.
Alberto Ponticelli. En Par¨ªs, hace unos cuatro a?os. Est¨¢bamos juntos el uno al lado del otro. La verdad es que al principio no le hablaba. Da miedo, no crees [risas de los dos]. Lo ves ah¨ª, tan serio.
Y?. Pero cuando nos tomamos una pausa para echar un cigarrito, comenzamos a hablar. Algunas veces hablas con alguien por primera vez, pero parece que lo conoces. Lo nuestro fue as¨ª.
AP. ?Exactamente!
Y?. Ahora ya estamos prometidos, as¨ª que.
AP. La verdad es que se ha quedado embarazado. Ya no tenemos m¨¢s remedio que casarnos [se parten de risa].
P. ?C¨®mo es esta vida de ver a los amigos de meses en meses, o incluso a?os, cada vez en un lugar del mundo distinto?
AP. A veces, tenemos que pasarnos mucho tiempo encerrados en casa por los deadlines. Y es lo peor del trabajo. Pero esto es un trabajo maravilloso, haces b¨¢sicamente lo que quieres. A veces eres muy esclavo de ¨¦l, porque no te ves capaz de decir que no al siguiente trabajo, por si no te vuelven a llamar. Hay que tener cuidado, o le entregas toda tu alma.
Al principio, era m¨¢s f¨¢cil, porque no ten¨ªa tanta carrera, as¨ª que a todo dec¨ªa que s¨ª [risas]. Pero ahora, no s¨¦ si con Yildiray es igual, yo necesito parar y recargar las pilas. Hacer otras cosas con mi vida. La verdad es que ahora para m¨ª la historia que ilustro es tremendamente importante. Ya lo era, pero ahora solo me veo capaz de abordar trabajos que me importen. Para m¨ª, dibujar es hablar sobre m¨ª mismo. Incluso cuando hago superh¨¦roes.
Y?.Es casi lo mismo para m¨ª. Dibujar tebeos es muy dif¨ªcil. Si no lo amas, no lo haces. Tienes que aceptar la realidad que te vas a pasar un mes en un n¨²mero y que luego el lector se va a tirar minutos. ?Me pas¨¦ doce putas horas en esa p¨¢gina y ¨¦l la pasa en menos de un minuto!?
AP. ?Y a veces se la leen en el retrete! ?Pero qu¨¦ co?o! [risas]. Es normal, es normal. Empezar un c¨®mic es muy dif¨ªcil. La primera p¨¢gina cuesta un mundo. ?Es muy duro!
Y?. Es infinito. Piensas, mientras lo haces: "?Terminar¨¦ alg¨²n d¨ªa?".
AP. Cuando terminas, renaces. Cada nuevo n¨²mero es un nuevo trabajo. Es como estar en la uni con ex¨¢menes. Terminas uno, te cargas las pilas, y vas a por otro que no tiene nada que ver.
Y?. Para m¨ª es como subir unas escaleras. De vez en cuando, hay descansillos. En ellos te das cuenta de que has aprendido algo nuevo que aplicar¨¢s en los pr¨®ximos pelda?os. Creces y creces. Es descubrirte. Es como la meditaci¨®n.
AP. Es terap¨¦utico. Incluso para resolver problemas personales, porque te preocupa realmente lo que est¨¢s haciendo. Te preguntas si es lo mejor que puedes hacer, si es lo correcto. Tienes que luchar a cada vi?eta. Pero en realidad esa presi¨®n lo hace m¨¢s f¨¢cil, si te gusta.
Y?. Creo que por eso hay gente que lo deja.
AP. Exactamente.
Y?. Cuando se dan cuenta de que es realmente duro, se van a otra cosa y empiezan a pensar en el dinero. Yo, ahora mismo, podr¨ªa ganar el triple para una empresa. Pero no quiero. Quiero pasarme toda la vida as¨ª.
Es curioso, pero lo mejor son estos momentos, cuando te encuentras con los amigos en cualquier rinc¨®n del mundo. Desde hace 10 a?os, tengo amigos en todas partes. A veces nos mandamos mensajes. Nos preguntamos qu¨¦ tal nos va...
P. Imagino que es como la vuelta del h¨¦roe al hogar. Despu¨¦s de los esfuerzos de la obra, viene la recompensa de los amigos.
AP. Es exactamente as¨ª.
Y?. Y por supuesto est¨¢n tambi¨¦n los lectores. Te da un gran placer cuando ves que han le¨ªdo tus libros, que les gusta tu estilo.
AP. Te sientes en casa en cualquier parte, porque tienes conexiones con gente que te ha le¨ªdo. Es genial cuando se deciden a hablar contigo. Porque hay veces que crean una distancia artificial entre t¨² y ellos, te ponen en un pedestal. Pero la mayor¨ªa son majos y se animan a hablar.
Y?. Pero no todos son as¨ª.
AP. No. No todos [risas]. Hacer un c¨®mic es un poco como parir. Nunca he estado pre?ado, pero me siento que es algo parecido. Hay dos etapas: la escalada, cuando est¨¢s solo escalando la monta?a y la relaci¨®n con el p¨²blico cuando se termina, porque te da la oportunidad de hablar de tu arte con otra gente.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s raro que os haya pasado por ser artistas de tebeo?
Y?.?Lo m¨¢s raro fue un dibujo que me pidi¨® un norteamericano. Me pidi¨® algo porno. No tengo problema con el porno. Pero los ojos que ten¨ªa cuando me lo ped¨ªa...? Daba miedo [risas]. As¨ª que se lo rechac¨¦. Cambi¨® de estrategia y me pidi¨® algo m¨¢s normal. Lo hice. Y cuando termin¨¦ me mir¨® otra vez as¨ª y me pregunt¨®: "?Lo gozaste?" [Ponticelli se desternilla]. En ese mismo momento tuve la sensaci¨®n de que el t¨ªo iba a coger el dibujo e irse a casa a masturbarse.
P. ?Era un monstruo el dibujo?
Y?. No, era una mujer y [enf¨¢ticamente] un monstruo [carcajada general].
AP. A m¨ª tambi¨¦n me pas¨® algo parecido. Y lo chungo es que de alguna manera es como si t¨² estuvieras masturbando al t¨ªo, lo cual es un poco raro. La m¨ªa fue con un alem¨¢n. Ten¨ªa la filia de coleccionar superhero¨ªnas vestidas de jueces. Quer¨ªa que dibujara una She-Hulk, desnuda, sexy, salvo por la toga judicial. Al terminar, me ofreci¨® un par de euros. As¨ª que le dije que se lo llevara gratis. ?Te lo puedes imaginar? ?Un t¨ªo que colecciona eso? Raro, raro.
P. ?Como os sent¨ªs ante Estados Unidos, una naci¨®n que por su pol¨ªtica internacional a veces es odiada en muchos pa¨ªses, como ahora en la era Trump, pero que sin embargo ofrece oportunidades a artistas de todo el mundo de tener una carrera?
Y?. Yo no me siento muy emigrante, la verdad. Nunca he querido vivir all¨ª [Tanto ?inar como Ponticelli viven en sus pa¨ªses respectivos, Turqu¨ªa e Italia]. Quer¨ªa dibujar superh¨¦roes desde ni?os, sin m¨¢s. Lo que me interesa es el c¨®mic, no las fronteras.
AP. Lo m¨ªo fue porque no pod¨ªa dibujar lo que quer¨ªa en Italia, por la censura. As¨ª que me busqu¨¦ las casta?as, a veces en Estados Unidos, a veces en Francia. Para m¨ª es interesante la posibilidad de trabajar para muchos lugares del mundo. Aprendes las diferencias entre las culturas y las aprecias. Te da armas para probar si tu estilo se entiende en todos los pa¨ªses o no, porque puede ser que no se entienda. Y ampl¨ªa tus miras.?
S¨ª me siento un emigrante porque mi pa¨ªs no quiso mi obra y tuve que buscar aceptaci¨®n en otra parte. Pero, como cont¨¦ en mi charla ayer, en cuanto publiqu¨¦ en Estados Unidos, hubo una rifa salvaje entre las editoriales italianas y me pagaron el triple de lo que no me quisieron pagar antes por el mismo trabajo. Fue entonces cuando entend¨ª que no importa lo que hagas, solo d¨®nde publiques. Al menos, es as¨ª en mi pa¨ªs.
Y?. Para m¨ª, es tan sencillo como que en Turqu¨ªa es imposible ganarme la vida con el c¨®mic. Lo intent¨¦ y era imposible. El caso es que, en mi infancia, los chicos se re¨ªan de m¨ª por dibujar superh¨¦roes y so?ar con ganarme la vida as¨ª. Cuando publiqu¨¦ en Estados Unidos, dejaron de re¨ªrse.
P. Dir¨ªan, a posteriori, que ten¨ªa usted mucho talento.
AP. A posteriori siempre es f¨¢cil. Esto tambi¨¦n es parte de nuestro trabajo. Las relaciones humanas. No llega con ser un gran dibujante, tienes que saber empatizar y hablar con la gente. Y adem¨¢s con gente muy variada de todo el mundo. O eso o te quedas frente a tu ordenador con la simulaci¨®n de una vida.?
P. ?Hay alg¨²n superh¨¦roe que les caiga realmente mal?
AP. A m¨ª me dan igual los personajes, lo que me importa son las historias. Si tengo que ser honesto, es en lo que me centro. Si son buenas historias. Incluso con un personaje odioso, un guionista magn¨ªfico lo hace genial.
Y?. Pero vamos a ver, hablamos de ficci¨®n. A lo mejor hay algo que no te gusta. Pero odiar...
AP. Eso es. No puedes odiar un ser de ficci¨®n.
P. S¨¦ que son una pareja feliz. Pero definan un defecto y una virtud en su arte de su compa?ero de romance.
AP. ?Eres un cabronazo!
Y?. Mierda... A ver, su arte me inspira mucho. ?l dibuja por instinto. Cuando lo veo dibujar, me entran ganas de dibujar.
AP. ?Vaya piropo!
Y?. Es la verdad.
P. Pero le ped¨ª tambi¨¦n un defecto...
Y?. ?Es que no se me ocurre ninguno!
AP. Perdona, hablo yo por ti. Dibujar por instinto es malo y bueno a la vez. Para m¨ª, dibujar es una expresi¨®n f¨ªsica. A veces me equivoco y a veces acierto. En realidad no s¨¦ si es exactamente un problema; es mi estilo.
Si tengo que decir algo bueno sobre Yildiray... ?Joder, soy mejor dibujante solo por ver c¨®mo dibujas! Vi¨¦ndoos dibujar a ti y Mahmud [Asrar, otro afamado ilustrador turco] siento que me hago peque?ito, porque estos cabrones tienen tanto talento...
Y?. Venga ya...
AP. Va en serio. Para m¨ª, es muy importante, porque est¨¢n muy lejos de m¨ª. Pero a la vez tienen algo, en su t¨¦cnica, que necesito. Aprendi¨¦ndolo puedo mezclar mi estilo con el suyo y mejorar. Gente como ¨¦l tiene algo que no todos pueden tener. Es una sutileza en captar el movimiento y las emociones, incluso cuando dibuja superh¨¦roes. Y creo que gran parte del secreto est¨¢ en lo emp¨¢tico que es, en que se fija y capta a la gente. Ya s¨¦ que no conoce a nadie que vuele, pero...
Y?. ?Est¨¢s seguro? [risas].
AP. Bueno, eso creo. El caso es que les sale realista. No se trata de poner a un tipo musculoso en el cielo, sino en captar c¨®mo hacer eso natural.
Y?. Me vas a sonrojar.
AP. Es que despu¨¦s te voy a besar. Estoy allanando el camino.
P. ?Pero no estaba embarazado?
AP. Ups, es verdad. ?Pero no nos besamos! ?No somos as¨ª! [carcajada general].
P. Usted no me ha dicho un defecto de Ponticelli. D¨ªgame entonces uno de usted.
Y?. Tengo la sensaci¨®n de que me contengo, de que no doy todo lo que podr¨ªa. As¨ª que te digo, y esto es exclusiva, que ya estoy trabajando en una obra propia en la que voy a soltarme y a crecer. A sacar todo lo que llevo dentro.?
P. La ¨²ltima. Imaginen que soy un todopoderoso editor y les pido una historia de Donald Trump. ?Qu¨¦ me cuentan?
Y?. Ufffff... No s¨¦. U horror o postapocal¨ªptico.?
AP. A m¨ª me hace pensar en Senderos de gloria, de Kubrick. Es la mejor pel¨ªcula antib¨¦lica de la historia, para m¨ª, porque habla de la estupidez de los poderosos. Yo har¨ªa algo as¨ª, una historia sobre un ignorante que tiene poder.
Y?. Eso ser¨ªa perfecto.
AP. Lo malo de tener poder, es que eso te hace tener la raz¨®n a ojos de mucha gente, aunque digas estupideces. Y no es solo Trump. En Italia est¨¢ pasando lo mismo. En todo el mundo. No quiero escribir una historia as¨ª porque igual lo que me toca es luchar en la guerra que genere esta clima. Da miedo.?
P. ?Y en su caso?
Y?. Pues... ?Algo como Regreso al futuro? [risas].
P. Imagino que Trump ser¨ªa Biff [el antagonista].
Y?. Pues s¨ª. Donald Trump es Biff. Un abus¨®n.
Babelia
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