¡°El hidr¨®geno de mis l¨¢grimas lo fabric¨® el ¡®Big Bang¡±
La astr¨®noma y escritora Mar¨ªa Teresa Ruiz publica el libro 'Hijos de las estrellas' sobre la relaci¨®n ¨ªntima que los humanos tenemos con el universo
Aunque fuera por un solo minuto, qu¨¦ singular experiencia ser¨ªa estar dentro de la cabeza de esta mujer, cerebro profundo y brillante, prosa concisa y transparente, una mente capaz de abarcar el cosmos. Su curr¨ªculum cient¨ªfico no cabe en esta p¨¢gina, as¨ª que nos apa?aremos con saber que Mar¨ªa Teresa Ruiz (Santiago de Chile, 1946) es una de las grandes astr¨®nomas de nuestro tiempo, y que acaba de publicar en Debate Hijos de las estrellas,un libro reeditado y actualizado que muestra en solo 100 p¨¢ginas la relaci¨®n ¨ªntima que los humanos tenemos con el universo, y lo mucho que su conocimiento importa a nuestro destino. La astrof¨ªsica anda estos d¨ªas por Madrid.
¡°El hidr¨®geno de mis l¨¢grimas lo fabric¨® el Big Bang¡±, dice, ¡°el calcio de mis huesos y el ox¨ªgeno de mi sangre se cocin¨® en las estrellas¡±. Puede parecer poes¨ªa, y es probable que lo sea, pero es tan cierto como que t¨² est¨¢s leyendo esto, y condensa en tres pinceladas cristalinas nuestra astrof¨ªsica m¨¢s avanzada, el conocimiento m¨¢s veraz que atesoramos sobre la historia del cosmos. Nuestra historia. No la que cuentan las religiones y los mitos, sino la real. Somos en un sentido literal hijos de las estrellas, productos esperables de un universo maduro.
Entonces, una buena pregunta para una astr¨®noma es: ?estamos solos en el universo? ¡°Espero que no¡±, responde horripilada. ¡°Hay gente a la que le asusta la vastedad del universo, pero a m¨ª me abruma mucho m¨¢s la posibilidad de que seamos la ¨²nica consciencia existente, la ¨²nica especie de este cosmos inmenso capaz de pensar y de sentir; ser¨ªa muy raro que estuvi¨¦ramos solos¡±. Con la mayor¨ªa de las estrellas orbitadas por planetas de todas clases, 100.000 millones de estrellas en nuestra galaxia, la V¨ªa L¨¢ctea, y 100.000 millones de galaxias en el universo visible, poca gente pondr¨ªa su dinero en la casilla de que estamos solos. Esa idea, producto seguramente del deseo irresistible que sentimos de ser ¨²nicos, parece cada vez m¨¢s absurda.
Pero entonces, ?d¨®nde est¨¢ todo el mundo? Esa pregunta se conoce a veces como ¡°la paradoja de Fermi¡±, por el gran f¨ªsico italiano Enrico Fermi. Durante una comida con dos colegas en la cantina del laboratorio de Los ?lamos, en Nuevo M¨¦xico, Fermi se distrajo haciendo uno de sus famosos c¨¢lculos mentales r¨¢pidos: si hay tantas estrellas en la galaxia, y muchas de ellas tienen planetas, y dada la edad de la V¨ªa L¨¢ctea y el tiempo que le costar¨ªa colonizarla a una civilizaci¨®n avanzada, los alien¨ªgenas ya deber¨ªan estar aqu¨ª. Al terminar su c¨¢lculo mental, Fermi dej¨® pasmados a sus colegas al preguntar en voz alta: ¡°?D¨®nde est¨¢ todo el mundo?¡±. La paradoja de Fermi.
¡°Tal vez est¨¦n muy lejos¡±, conjetura la f¨ªsica chilena, ¡°y cuando miramos objetos muy lejanos estamos viendo el pasado¡±. Cuando miramos el cielo nocturno, en efecto, estamos viajando en el tiempo. Como la luz no es instant¨¢nea, sino que viaja a una velocidad finita, si el Sol desapareciera ahora mismo tardar¨ªamos ocho minutos en enterarnos. Una estrella que est¨¦ a 1.500 a?os luz podr¨ªa haber muerto hace 1.500 a?os y seguir¨ªamos vi¨¦ndola en el firmamento. Lo mismo vale para las posibles civilizaciones muy lejanas, que sus mensajes no nos habr¨ªan llegado a¨²n, ni nuestras emisiones al espacio ¡ªcomo los juegos ol¨ªmpicos de Berl¨ªn que televis¨® Hitler¡ª les habr¨ªan alcanzado a ellos, quiz¨¢s por fortuna.
Ruiz, como todo astrof¨ªsico, sabe que el futuro de la humanidad no puede estar en la Tierra. No es ya que nuestro Sol tenga los d¨ªas contados ¡ªaunque se cuenten por miles de millones de a?os¡ª, sino que mucho antes nos habremos quedado sin una miserable mol¨¦cula de agua en este planeta: el Sol se va calentando con el tiempo, y la sequ¨ªa pertinaz, esta vez en sentido estricto, ser¨¢ una de las primeras consecuencias de ello. ¡°Pero esto no ocurrir¨¢ de martes a jueves¡±, advierte Ruiz, ¡°y tal vez podamos irnos adaptando durante un tiempo; tal vez nos adaptemos contra la sequ¨ªa con algo parecido a la coraza de los armadillos¡±. Eso es un consuelo, ?no les parece?
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Autor:?Mar¨ªa Teresa Ruiz.
Editorial:?Debate (2017).
Formato:?versi¨®n Kindle y tapa blanda (112 p¨¢ginas).
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