El cantante omn¨ªvoro
La carrera de Jonas Kaufmann va ascendiendo pelda?os incesantemente, aunque siguen qued¨¢ndole retos que afrontar
Hay cantantes de repertorio corto y estrecho y, en el otro extremo, los hay tambi¨¦n de repertorio largo y ancho, para quienes parece que no hay nada que, potencialmente al menos, no pueda resultar digerible antes o despu¨¦s. Este ¨²ltimo fue el caso, por ejemplo, de Dietrich Fischer-Dieskau, capaz de amoldarse a cualesquiera estilos, idiomas o g¨¦neros, y sigue si¨¦ndolo de Pl¨¢cido Domingo, que ha traspasado incluso las barreras de su propia cuerda para adentrarse en la de bar¨ªtono. Jonas Kaufmann est¨¢ realizando tambi¨¦n un viaje exhaustivo a todos aquellos rincones que puedan acomodarse a su voz de tenor, m¨¢s l¨ªrica al comienzo, m¨¢s dram¨¢tica y con mucho m¨¢s peso en la actualidad. Conviene recordar, por ejemplo, que hace tan solo 15 a?os estaba cantando en la ?pera de Z¨²rich Il ritorno d¡¯Ulisse in patria, de Claudio Monteverdi, bajo la direcci¨®n de Nikolaus Harnoncourt. Del personaje de Tel¨¦maco que cant¨® entonces al de Otello que ha abordado por primera vez este verano en la Royal Opera House hay una distancia sideral, la misma que separa a aquel joven prometedor y apenas conocido de la celebridad mundial en que se ha convertido el ya plenamente maduro cantante alem¨¢n.
Kaufmann no ha querido encasillarse en ning¨²n repertorio y ha logrado sentar c¨¢tedra en todos ellos, ya sean italianos, franceses o alemanes. Su carrera va ascendiendo pelda?os incesantemente, aunque siguen qued¨¢ndole retos que afrontar. El m¨¢s importante quiz¨¢, tras mudarse en Parsifal, Lohengrin o Walther von Stolzing (Los maestros cantores), es acometer el Trist¨¢n wagneriano, aunque parece ser que cantar¨¢ ¡ªde momento¡ª el segundo acto de la ¨®pera en concierto con la Sinf¨®nica de Boston el a?o que viene. Ya ha anunciado que encarnar¨¢ a Tannh?user y Sans¨®n, siguiendo tambi¨¦n aqu¨ª los pasos de Pl¨¢cido. Tampoco reh¨²ye el Lied alem¨¢n y su Winterreise o su m¨¢s reciente incursi¨®n en Strauss han reforzado sus credenciales en este ¨¢mbito. El gran interrogante es si su voz se recuperar¨¢ del todo de las dolencias que lo apartaron de los escenarios el a?o pasado (cancel¨® en dos ocasiones un recital en el Teatro Real), ya que en su Lohengrin parisiense en enero, e incluso en el Otello de Londres meses despu¨¦s, ha dado claras muestras de no estar a¨²n al nivel previo a aquel largo par¨¦ntesis. Kaufmann se exige much¨ªsimo: a ¨¦l y a su voz. Ojal¨¢ esta dieta omn¨ªvora y un tanto fren¨¦tica no acabe fagocitando a uno y a otra.
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