¡°Todo el mundo me pide una secuela de ¡®Cuando Harry encontr¨® a Sally¡¯, pero Trump me interesa m¨¢s¡±
El director de 'La princesa prometida', galardonado en el festival de Z¨²rich por toda su carrera, abandona el cine para todos los p¨²blicos y se centra en el drama pol¨ªtico
Rob Reiner (Nueva York, 1947) es hombre afable. Sus continuas bromas y su sonora carcajada lo desvelan en cuesti¨®n de minutos. Pero ahora est¨¢ enfadado. El mismo que cre¨® hace justo 30 a?os la fantas¨ªa de La princesa prometida y le puso psicolog¨ªa y humor inteligente a la comedia rom¨¢ntica en Cuando Harry encontr¨® a Sally (1989) est¨¢ lleno de ira. En los ¨²ltimos tiempos, los asuntos pol¨ªticos obsesionan al actor y director neoyorquino porque, en realidad, lleva enfadado desde 2003. La raz¨®n es la misma que todav¨ªa resuena en la memoria colectiva de los espa?oles. Ese a?o, la Administraci¨®n Bush asegur¨® que iniciaba la Guerra de Irak por culpa de las armas de destrucci¨®n masiva que pose¨ªa Sadam Husein. Su nuevo filme, Shock and Awe, se proyecta por vez primera en Suiza y se centra en un reducido grupo de periodistas que demostr¨® la escasa veracidad del asunto. ¡°Adem¨¢s de rabia, siento una enorme frustraci¨®n¡±, matiza el cineasta en Z¨²rich, cuyo festival de cine premia al estadounidense por su medio siglo de carrera. ¡°Mi pa¨ªs estaba a punto de hacer algo horrible y termin¨® haci¨¦ndolo. Era como ver a tu propio hijo a punto de ser atropellado en la calle y no poder salvarlo¡±.
Cuenta que, a pesar de leer casi una decena de peri¨®dicos estadounidenses a diario, no encontraba en ellos lo que estaba buscando. S¨ª lo hicieron las cr¨®nicas publicadas por el desaparecido grupo de comunicaci¨®n Knight-Ridder. Woody Harrelson y Tommy Lee Jones encarnan en la pel¨ªcula a algunos de los responsables de esas aisladas informaciones. ¡°Nos hab¨ªamos metido en una guerra bas¨¢ndonos en una mentira, como ocurri¨® en Vietnam y est¨¢ gente fue la ¨²nica capaz de contarlo con veracidad¡±, defiende. Su gesta fue tan poco reconocida, que el director no se enter¨® de la existencia de estos periodistas hasta que a?os despu¨¦s vio un documental sobre su trabajo. ¡°Pens¨¦ en hacer una s¨¢tira sobre ello, que quiz¨¢ pegaba m¨¢s con el tipo de pel¨ªculas que hab¨ªa hecho antes. Algo al estilo de Tel¨¦fono rojo, volamos hacia Mosc¨². No funcion¨®, as¨ª que busqu¨¦ otra forma¡±, recuerda. Esa alternativa, inusitadamente sobria, le ayud¨® a liberar parte de esa rabia acumulada.
¡°El resto de medios no fue capaz de hacer su trabajo por la sombra del 11-S. Temieron dejar de ser patriotas en un momento y tampoco quer¨ªan perder influencia en los c¨ªrculos de poder¡±, dice. Y de esa polvareda mal relatada que se levant¨® en Irak llegan los actuales lodos en forma de fake news, que ¡°han encontrado un importante hueco en medio de todo este l¨ªo¡±, opina el cineasta. El cabreo de Reiner se extiende hasta nuestros d¨ªas: ¡°Que los grandes peri¨®dicos siguieran sin hacer su trabajo, mostrando a las claras al lector qui¨¦n es Donald Trump, nos ha llevado a la situaci¨®n en la que estamos. Puede que en principio creyeran que el tipo no iba a ir muy lejos, pero lleg¨® un momento en que deb¨ªan haber priorizado la verdad¡±.
En este premio honor¨ªfico que el director recibe en Z¨²rich engloba una de las filmograf¨ªas m¨¢s heterog¨¦neas de Hollywood. Se meti¨® a actor en los a?os 60, a pesar de alargada presencia de su padre, Carl Reiner, un icono de la comedia cl¨¢sica con 9 emmy en su haber. A?os despu¨¦s, se atrevi¨® con la direcci¨®n. Tras la c¨¢mara fund¨® las bases del mockumentary "siguiendo" con su c¨¢mara a Spinal Tap en 1984, firm¨® Misery (1990), una de las adaptaciones de Stephen King m¨¢s celebradas, y convirti¨® a River Phoenix en una estrella juvenil en Cuenta conmigo (1986). Pero en los ¨²ltimos tiempos, Reiner se siente obsesionado por desarrollar proyectos con marcado tono pol¨ªtico. El a?o pasado recurri¨® tambi¨¦n a Woody Harrelson para construir la biograf¨ªa de Lyndon B. Johnson, el hombre al frente de la Casa Blanca durante la Guerra de Vietnam. Y no descarta inspirarse en el actual presidente estadounidense para la pr¨®xima. ¡°Todo el mundo me lo sugiere ¨²ltimamente. Tambi¨¦n llevan toda la vida pidi¨¦ndome una secuela de Cuando Harry encontr¨® a Sally, pero es una historia que ya he contado. Trump me interesa m¨¢s. Tambi¨¦n hay un asunto que me llama la atenci¨®n: c¨®mo los realities show afectan a nuestras vidas. Yo lo llamo la kardashizaci¨®n de Estados Unidos. Tiene su m¨¦rito que las Kardashian hayan montado un imperio de la nada, pero tambi¨¦n da que pensar. La fama como logro vital¡ da para una pel¨ªcula maravillosa¡±, comenta convencido.
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