Una mujer en la ventana

¡°En el cerco dom¨¦stico de la ventana existe tambi¨¦n un anuncio de una prisi¨®n femenina, que puede llegar a alcanzar aliento tr¨¢gico¡±, escrib¨ªa Jordi Ball¨® en su libro Im¨¢genes del silencio (Anagrama) a prop¨®sito del motivo visual de la mujer colocada frente a una ventana. En El jard¨ªn de Jeannette -la adaptaci¨®n de Una vida, primera novela de Guy de Maupassant, que propone St¨¦phane Briz¨¦- la imagen, en penumbra, de la actriz Judith Chemla, asomada a la ventana con gesto melanc¨®lico, se convierte en un motivo recurrente a lo largo de todo el metraje. Una nota ¨²nica e insistente que refuerza esa de idea de c¨¢rcel femenina que va mucho m¨¢s all¨¢ de la claustrofobia matrimonial: a Jeanette no solo le oprimir¨¢ la pol¨ªtica dom¨¦stica de austeridad de un marido infiel, sino, tambi¨¦n, los condicionamientos de clase cuando dicha clase social est¨¢ de capa ca¨ªda, una educaci¨®n que no contempla actividades demasiado emancipadas para el sujeto femenino y, tambi¨¦n, un amor maternofilial que acabar¨¢ abriendo la puerta a una forma de parasitismo afectivo y econ¨®mico.

A Briz¨¦ la parece tan relevante ese motivo como elemento rector del relato que no se conforma con adaptar la tradici¨®n iconogr¨¢fica de tantas mujeres que en la pintura o el cine han mirado al fuera de campo desde una ventana, sino que decide aplicar sobre Jeanette la doble condena de encerrarla en un ancho de pantalla de formato acad¨¦mico (4:3) que refuerza la sensaci¨®n de claustrofobia. La decisi¨®n formal genera, no obstante, sus fricciones: Briz¨¦ deja claro que la composici¨®n del plano no va a interesarle como elemento expresivo, porque lo relevante va a ser la elocuencia del gesto del actor, transmitir al espectador la impresi¨®n de que se ha infiltrado en una realidad viva y org¨¢nica ¨Calgo que estaba ah¨ª, que no se ha construido para el objetivo de la c¨¢mara- y, ocasionalmente, subrayar detalles sensoriales, como ese dobladillo del vestido manchado de barro.

El jard¨ªn de Jeannette opta por un modelo de narrativa fracturada y el¨ªptica, peri¨®dicamente asaltada por el recuerdo de un luminoso para¨ªso perdido o la anticipaci¨®n de la ca¨ªda y el aislamiento. Una noche de bodas sintetizada en dos rostros y un crescendo de dolientes l¨¢grimas, un giro dram¨¢tico condensado en los planos de tres cad¨¢veres o la lectura de las cartas maternas son solo algunos de los muchos detalles que invitan a aplaudir la fuerza de esta adaptaci¨®n.