Malick Sidib¨¦: cronista de la libertad
Un a?o despu¨¦s de su muerte, la Fundaci¨®n Cartier dedica una retrospectiva al artista. Una de las voces m¨¢s destacadas de la fotograf¨ªa africana.
Le llamaban el ojo de Bamako. Se defin¨ªa a s¨ª mismo como ¡°un fot¨®grafo de retratos, naturalista y no filos¨®fico¡±. Le gustaba vivir la noche. Le gustaba vivir la vida, compartiendo el esp¨ªritu euf¨®rico de emancipaci¨®n e identidad del que hac¨ªan gala los j¨®venes urbanos del Mali poscolonial de los sesenta. As¨ª, Malick Sibid¨¦ (Soloba 1935-2016, Bamako, Mali), con sus c¨¢ndidas im¨¢genes en blanco y negro, se convirti¨® en cronista de una promesa de libertad, de un momento de inocencia y de vehemencia en el que todos quer¨ªan ser fotografiados bailando.
¡°Las chicas en minifalda, los chavales con pantalones de pata de elefante, la llegada de la m¨²sica cubana, la amistad con China, los pa¨ªses ¡°fraternales¡±, todo esta ah¨ª, Malick no fotograf¨ªa la nostalgia, sino la historia¡±, escribi¨® el fot¨®grafo Fran?oise Hugier. La Fundaci¨®n Cartier de Par¨ªs, mostrar¨¢, a partir del 20 de octubre, esta visi¨®n de la historia de ?frica a trav¨¦s de una retrospectiva, Mali Twist, donde se rinde tributo al artista un a?o despu¨¦s de su muerte, el 4 de abril de 2016. ¡°Malick comunicaba su alegr¨ªa, daba su vida. Amaba a los j¨®venes y los j¨®venes le amaban a ¨¦l. Toda su obra brota de ah¨ª, de ese amor¡±, apunta Andr¨¦ Magnin, uno de los comisarios de la muestra.
Abri¨® un estudio fotogr¨¢fico en Bamako en 1958, despu¨¦s de haber trabajado como ayudante para el fot¨®grafo Gerard Guillet. El haber perdido la visi¨®n de un ojo, en un accidente cuando era ni?o, nunca fue una limitaci¨®n para ¨¦l. Su estudio tampoco era como el de cualquier otro fot¨®grafo; escaso de mobiliario, permit¨ªa a la gente llevar cualquier cosa para ser retratada: la moto, la bicicleta o una oveja. El talento del artista comenz¨® a despuntar en la infancia, cuando el jefe de su pueblo le eligi¨® para disfrutar de una beca promovida por un colegio de blancos. Su habilidad para el dibujo le permiti¨® estudiar arte en Bamako. Poco se pod¨ªa imaginar este hijo de un pastor cuando a los ocho a?os andaba descalzo cuidando bueyes que llegar¨ªa a alcanzar la fama internacional: en 2003 fue galardonado con el prestigioso premio Hasselblad, cuatro a?os m¨¢s tarde se convirti¨® en el primer africano en ganar el Le¨®n de Oro de la Bienal de Venecia, en 2008, el Centro Internacional de Fotografia ( ICP ) le concedi¨® el Infinity Awards a toda su trayectoria art¨ªstica, y un a?o m¨¢s tarde recibi¨® el premio PHotoEspa?a.
Por las noches sol¨ªa coger su bicicleta y equipado con su c¨¢mara acud¨ªa a los clubs nocturnos. All¨ª r¨¢pidamente se identificaba con el ambiente, manteniendo siempre una distancia que le permit¨ªa estar alerta a ese momento en el que una mirada o un gesto fugaz e irrepetible le hac¨ªa disparar el obturador. ¡°Sidib¨¦ disfrutaba de la compa?¨ªa de los dem¨¢s. Empatizaba con los extra?os que encontraba aqu¨ª y all¨¢, y quedaba fascinado por sus rostros, su riqueza y su diversidad. Por la 'sabidur¨ªa de la naturaleza' que hace a cada persona distinta¡±, escribe la comisaria Brigitte Ollier en el cat¨¢logo que acompa?a a la muestra. De vuelta al silencio de su estudio, revelaba las copias para que al d¨ªa siguiente sus clientes eligieran la mejor. Fue en uno de esos clubs de moda, donde el pop, el soul y el rock'n'roll hac¨ªan estragos, donde tom¨® ¡°Nuit de Noel¡±, elegida por la revista Time entre las 100 fotograf¨ªas m¨¢s influyentes de todos los tiempos. ¡°La m¨²sica nos hac¨ªa libres. De repente un chico joven pod¨ªa acercarse a una chica y cogerla con sus manos. Antes no estaba permitido. Todos quer¨ªan ser fotografiados bailando cerca uno del otro¡±, recordaba el fot¨®grafo.
Tanto en los clubs nocturnos como en las fiestas, las bodas, los bautizos y las dem¨¢s celebraciones al aire libre en las que era solicitada su presencia, o en la intimidad de su estudio, Sidib¨¦ ten¨ªa el don para que sus modelos se sintieran c¨®modos. Manejaba a la perfecci¨®n el equilibrio entre la discreci¨®n y la indiscreci¨®n, esa consonancia tan necesaria para los fot¨®grafos. ¡°La sociabilidad y la amabilidad¡± deb¨ªan ser las dos caracter¨ªsticas principales de un retratista. ¡°Hay siempre algo de m¨ª en las im¨¢genes. Es como un juego, en el que ni yo ni el cliente tenemos el control. Es el genio, el esp¨ªritu quien toma la fotograf¨ªa¡±, se?alaba el autor. ¡°Una fotograf¨ªa no es algo para uno mismo, es para los dem¨¢s¡±, destacaba, sinti¨¦ndose en la necesidad de que sus modelos resultasen favorecidos. ¡°No me gusta la tristeza en la fotograf¨ªa¡±.
A partir de los a?os setenta comenzar¨ªa a practicar el retrato dentro de su estudio en el barrio de Bagadadji. Este se convirti¨® en una meca tanto para los j¨®venes como para las familias. La austeridad del lugar quedaba compensada por el colorido de las telas que utilizaba como fondo, en el que los modelos se funden perdidos en el silencio de sus enso?aciones, de ah¨ª el car¨¢cter atemporal de sus im¨¢genes. Por su estudio pas¨® toda una generaci¨®n de j¨®venes africanos, abiertos al mundo con sus desinhibidos atuendos y su descarado dinamismo. ¡°Desvel¨® momentos de verdad, de solemnidad y de fantas¨ªa, y construy¨® un mosaico de peque?os relatos que se entrelazan para formar una sola y ¨²nica historia¡±.?destaca el fot¨®grafo senegal¨¦s Omar Victor Diop.?Una historia de ?frica que nos aleja del estereotipo y del afropesimismo al que estamos acostumbrados.
¡°El hombre intent¨® imitar a Dios a trav¨¦s del dibujo, pero m¨¢s tarde invent¨® la fotograf¨ªa, escrib¨ªa el artista. ¡±La fotograf¨ªa es la mejor forma de perpetuar nuestra imagen. Creo en el poder de las im¨¢genes. Por eso invert¨ª mi alma en ellas, todo mi coraz¨®n, con el fin de de embellecer al sujeto. Creo que la fotograf¨ªa es la mejor forma de permanecer vivo despu¨¦s de la muerte".
?Malick Sidib¨¦. Mali Twist. Fundaci¨®n Cartier, Par¨ªs. Desde el 20 de Octubre hasta el 28 de febrero
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