El cine ecuatoriano experimenta con la epilepsia en ¡®Solo es una m¨¢s¡¯
El nuevo largometraje de Viviana Cordero tiene como protagonista a un joven que vive con la enfermedad
La v¨ªspera del rodaje Viviana Cordero escrib¨ªa en su blog: ¡°Cuando termin¨¦ No Robar¨¢s¡ me promet¨ª que ser¨ªa la ¨²ltima pel¨ªcula que har¨ªa y heme aqu¨ª de nuevo, recayendo. Cometiendo cine otra vez¡±. Su quinta reca¨ªda se llama Solo es una m¨¢s y es la historia real del protagonista del filme, Joaqu¨ªn Wappenstein, un joven epil¨¦ptico que vive en un mundo de adultos con vidas rotas.?
El filme pone en escena la problem¨¢tica de las personas con discapacidad y la gran apuesta es usar a actores naturales. Adem¨¢s de Joaqu¨ªn, tambi¨¦n act¨²a Nicolle Herdo¨ªza, que tiene S¨ªndrome Down, y en la pel¨ªcula es la mejor amiga del joven epil¨¦ptico. ¡°Yo estoy muy contenta con el resultado, pero s¨ª cuestiono lo que es el ser humano, debemos darnos cuenta de que tenemos muchas bendiciones¡±, dice Cordero.?
La cineasta choc¨® de frente con esta historia cuando buscaba un m¨¦dico para aliviar la migra?a de su hija. Uno de los recomendados result¨® ser su amor plat¨®nico de su adolescencia, quien se hab¨ªa marchado a estudiar medicina en Argentina y hab¨ªa retornado con su hijo, Joaqu¨ªn. ¡°Debo aclarar que a m¨ª las historias me buscan, no yo a ellas. Cuando las persigo se me escabullen, pero cuando algo quiere ser contado, no hay manera de rechazarlo¡±, se?ala.?
Hubo un flechazo entre el joven y la cineasta, tanto que decidieron escribir el guion a cuatro manos. Fue un trabajo de cinco a?os en los cuales Cordero indag¨® mucho sobre la epilepsia. ¡°Cuando habl¨¦ con los neur¨®logos me dijeron que no se sabe lo que ocurre en una convulsi¨®n y me pareci¨® estupendo experimentar con la fantas¨ªa¡±, cuenta. El coguionista acept¨® escribir su propia versi¨®n de Alicia en el Pa¨ªs de la Maravillas. Sab¨ªa que su creador, Lewis Carroll, tambi¨¦n hab¨ªa sido diagnosticado de epilepsia.
La fantas¨ªa que se ve en la cinta es realmente sorprendente para ser una cinta low cost. La direcci¨®n de arte us¨® maquillaje, mapping y m¨²sica para recrear escenas espeluznantes. ¡°Yo asumo que en una convulsi¨®n t¨² te vas a otro mundo, yo he visto la angustia de ¨¦l cuando convulsiona y creo que vive algo terror¨ªfico¡±, explica Cordero.
La fantas¨ªa es nueva en el cine ecuatoriano y la taquilla parece reconocerlo. Cordero siente que su cinematograf¨ªa se ha reinventado. Con veinte y pocos a?os empez¨® retratando a una banda de m¨²sicos que se retira a una hacienda para capturar el sonido de Los Andes. Luego de una pausa, en la que escribi¨® novelas y obras de teatro, e incursion¨® en la televisi¨®n con un serial sobre la migraci¨®n, volvi¨® a la pantalla grande con la historia de un sacerdote alem¨¢n que llega a una peque?a poblaci¨®n y se disfraza de luchador para recaudar fondos. Despu¨¦s hizo una pel¨ªcula por encargo sobre Guayaquil y su anterior filme cuenta la historia de una familia fragmentada por la violencia de g¨¦nero y el injusto encarcelamiento de una madre.
Antes de conocer la historia de Joaqu¨ªn, Cordero estaba empe?ada en sacarse de la cabeza las tres o cuatro novelas que tiene. Pero volvi¨® a recaer y el resultado fue esta cinta llena de coraz¨®n y respeto por las personas que viven con alguna discapacidad. El t¨ªtulo de la cinta es un mantra que repite el protagonista despu¨¦s de cada crisis de epilepsia en la vida real. ¡°S¨¦ que puedo morir con cualquiera de mis convulsiones, pero en fin, a todos nos va a llegar el momento¡±, dice Joaqu¨ªn en una de las l¨ªneas que escribi¨® para su personaje.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.