¡®Matar a un ruise?or¡¯, demasiado ofensiva para los ni?os

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¡®Matar a un ruise?or¡¯ no se podr¨¢ leer en algunas escuelas de Virginia por su lenguaje

Las huellas del ruise?or

La palabra nigger (negrata) es demasiado ofensiva para los ni?os estadounidenses. Hiere su sensibilidad, por lo que es mejor censurarla, apartarla y que no la lean en ning¨²n sitio. Consecuencias: la novela Matar a un ruise?or, de Harper Lee, publicada en 1960, en la que este t¨¦rmino aparece repetidamente, ha sido retirada de la lista de lecturas en una escuela de la ciudad de Biloxi, en el estado de Misisipi, al sur de los EE. UU. Y no es la primera vez que sucede. En diciembre del a?o pasado ya fue apartada de los planes de estudio del condado de Accomac, en el estado de Virginia por los mismos motivos.

En esta ocasi¨®n, seg¨²n informaba el diario The Sun Herald, la novela se ha retirado despu¨¦s de que la Junta Escolar de Biloxi recibiera quejas por parte de los padres, que se?alaron que ¡°el lenguaje incomodaba a los estudiantes de octavo grado ©¤entre 13 y 14 a?os©¤¡±, explic¨® Kenny Holloway, vicepresidente de la Junta. Es m¨¢s, en los correos electr¨®nicos recibidos por este departamento se explicitaba que el problema estaba en la palabra ¡°N¡±, ya que ni siquiera se llegaba a escribir la palabra por completo.

En las escuelas de Virginia, el procedimiento fue muy parecido, puesto que fue la madre de un alumno la que pidi¨® expresamente que la novela fuera retirada por el uso de lo que ella consideraba ¡°insultos raciales¡±. De nuevo, la palabra nigger resultaba demasiado ofensiva.

La paradoja de esta pol¨¦mica es que, precisamente, Matar a un ruise?or, una novela que ha vendido m¨¢s de cuarenta millones de ejemplares y que con su adaptaci¨®n al cine consigui¨® tres Oscar en 1962, est¨¢ considerada como una de las historias que mejor aboga por la igualdad de las razas. Una novela que, a trav¨¦s de los ojos de una ni?a, consigui¨® que muchos lectores entendieran que la empat¨ªa no depende del color de piel de las personas. Por esta raz¨®n, est¨¢ en los planes de estudio de los colegios. Ahora, sin embargo, muchos la consideran pol¨ªticamente incorrecta.

La Coalici¨®n Nacional Contra la Censura (NCAC, en sus siglas en ingl¨¦s) ya elev¨® sus quejas el pasado diciembre se?alando que esta prohibici¨®n hac¨ªa ¡°un flaco favor a los estudiantes¡±, puesto que evitaba la discusi¨®n sobre el racismo, un tema que sigue estando pendiente en la sociedad norteamericana, como prueban los disturbios de Charlottesville (Virginia) el pasado mes de agosto, en los que hubo tres personas fallecidas. Adem¨¢s, entend¨ªa que ¡°los insultos racistas son una manera de entender la realidad de la historia estadounidense y por lo tanto deben abordarse con la gu¨ªa de un maestro¡±.

Sin embargo, la sociedad estadounidense prefiere mirar para otro lado y no parece haber entendido las palabras de Atticus Finch, ese abogado cuya interpretaci¨®n le vali¨® un Oscar a Gregory Peck, al se?alar su famosa reflexi¨®n: ¡°Uno no conoce de verdad a un hombre hasta que se pone en su pellejo y se mueve como si fuera ¨¦l¡±.

La escritora Harper Lee, fallecida en febrero de 2016, poco despu¨¦s de entregar Ve y pon un centinela, la primera parte de Matar a un ruise?or, consigui¨® un Pulitzer y entrar en el canon literario norteamericano, pero a su vez se hizo un hueco en la lista de las novelas que m¨¢s quejas ha recibido la Asociaci¨®n Americana de Bibliotecas (ALA). Un listado en el que tambi¨¦n se encuentran El cuento de la criada, de Margaret Atwood, El diario de Ana Franck y Romeo y Julieta. Hasta El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon, fue duramente criticado por los padres en 2015 por considerarlo demasiado profano y ateo.

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Autor:?Harper Lee.

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