Santos Juli¨¢: ¡°En la Transici¨®n, el consenso dur¨® un a?o¡±
El historiador rastrea en su nuevo ensayo, 'Transici¨®n', un concepto que apareci¨® por primera vez en 1937, en plena Guerra Civil, empleado por Manuel Aza?a y por un grupo de intelectuales franceses
El historiador Santos Juli¨¢ (Ferrol, 1940) lleva d¨¦cadas criticando el ¡°uso de la historia para las pol¨ªticas del presente¡± y ha dedicado los ¨²ltimos a?os a rastrear el concepto de transici¨®n desde que apareciera por primera vez en 1937, en plena Guerra Civil, empleado por Manuel Aza?a y por un grupo de intelectuales franceses ¡°por la paz¡±. El resultado es Transici¨®n (Galaxia Gutenberg). En su estudio de Madrid, Juli¨¢ cuenta que los editores le apremiaron a concluir el libro, que termina con el pleno del Parlament de Catalu?a del pasado 7 de septiembre.
Pregunta. ?Por qu¨¦ se remonta a 1937?
Respuesta. La Transici¨®n, tal como sucede en 1977-78, no se entiende sin tener en cuenta que lo que se quiere no es solo pasar de una dictadura a una democracia sino tambi¨¦n ¡°clausurar la guerra¡±, como se dec¨ªa entonces. El primer momento en que se pretende clausurar la guerra con una transici¨®n es en el 37.
P. ?Transici¨®n equival¨ªa a reconciliaci¨®n?
R. Todo el discurso de la reconciliaci¨®n, creaci¨®n del PCE, pretende se?alar que la l¨ªnea divisoria no es la que traz¨® la guerra sino la que se trazar¨¢ entre democracia y dictadura sin preguntar a nadie de d¨®nde viene. De eso hablaban socialistas y mon¨¢rquicos a finales de los 40 y comunistas y cristianos en los 50. El PCE es el que m¨¢s insiste en que la amnist¨ªa incluya a los dos bandos.
P. Lo de libertad, amnist¨ªa y estatuto de autonom¨ªa viene de la posguerra.
R. El gran mito de la Transici¨®n es que se improvis¨®. Se enfrenta a problemas inesperados, cierto, pero de libertad y amnist¨ªa ya se empieza a hablar en los a?os 40. Y m¨¢s tarde, de los estatutos.
P. ?Cu¨¢ndo terminar¨ªa la Transici¨®n?
R. Seg¨²n sus protagonistas, con la Constituci¨®n de 1978. Todos, los que vienen del R¨¦gimen y la oposici¨®n, tienen la vivencia de que est¨¢n en transici¨®n y de que esta se est¨¢ realizando por consenso. Tanto [Adolfo] Su¨¢rez como Felipe Gonz¨¢lez, lo primero que dicen cuando se convocan las siguientes elecciones es: ¡°El consenso ha terminado¡±.
P. El famoso consenso dur¨® poco.
R. Poco m¨¢s de un a?o. Luego empieza una batalla de reproches de d¨®nde viene cada cual, que es algo constante hasta que llega el PSOE al poder, momento en que el pasado deja de importar.
P. Sin embargo, se dice que la Transici¨®n impuso la amnesia.
R. Otro mito. En la Transici¨®n se escribe much¨ªsimo sobre el franquismo. Si se pude decir que hubo un momento en que el pasado no preocup¨®, son los 13 a?os de Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque no les interesa pol¨ªticamente revivir el pasado. Ni a ellos ni a la oposici¨®n de Alianza Popular, que hab¨ªa comprobado que presentarse como herederos del franquismo les hab¨ªa llevado a tocar techo. Por eso Aznar se inventa una vinculaci¨®n centrista que no tuvo.
P. Pero usted mismo ha escrito que lo que se hizo en la Transici¨®n fue ¡°echar al olvido¡±.
R. Echar al olvido es que t¨² te acuerdas de algo e incluso lo traes al presente pero no permites que influya en las decisiones que est¨¢s tomando. Es olvidarse voluntariamente, pero para eso tienes que recordar.
P. Pero los nietos quieren algo m¨¢s que recordar.
R. Lo que quieren es que se haga justicia a su abuelo, que est¨¢ en una fosa. Y tienen raz¨®n. Lo que falla es la pol¨ªtica de Estado. Zapatero hizo mal con una ley lo que podr¨ªa haber hecho bien con una simple comisi¨®n: ver d¨®nde estaban las fosas y disponer de jueces y forenses. Hubieran resuelto el asunto en un a?o. En su lugar subvencionan a asociaciones para que procedan ellos.
P. ?Por qu¨¦ la reivindicaci¨®n de los estatutos de autonom¨ªa es posterior?
R. En el exilio lo que se reclama es el reconocimiento de la personalidad de los pueblos de Espa?a. A partir de los a?os 70 empieza a introducirse la autonom¨ªa de nacionalidades y regiones. Contra lo que se piensa, no es una diferencia que suponga que las nacionalidades vayan a tener competencias m¨¢s elevadas, al contrario. Autonom¨ªa y solidaridad van juntas siempre. En el primer debate de pol¨ªtica general de 1977 de la ¨²nica autodeterminaci¨®n de la que se habla es de la del pueblo saharaui. La Constituci¨®n no hubiera resultado como fue sin una muy activa participaci¨®n de los nacionalistas, sobre todo de los catalanes.
P. ?El caf¨¦ para todos fue el problema?
R. Esa fue una f¨®rmula desdichada de [Manuel] Clavero Ar¨¦valo, el ministro de UCD. A veces nos perdemos por hacer el chiste a costa de procesos complejos.
P. Tampoco le gusta la f¨®rmula de Alfonso Guerra¡
R. De ¡®cepillar¡¯ el Estatut de 2006. Lamentable.
P. Aquel caf¨¦ fue el problema.
R. Ni siquiera. Cuando [Jordi] Pujol habla entonces de hechos diferenciales se refiere sobre todo a la lengua. A partir de 1996 el problema de fondo es la financiaci¨®n. Entonces arranca la idea de reformar los estatutos.
P. ?Qui¨¦n se equivoc¨® con el de Catalu?a? ?El Congreso al ¡®cepillarlo¡¯ o el Constitucional?
R. Cuando hay pol¨ªticas que resultan en crisis profundas no suele haber un solo culpable. Est¨¢n el tripartito llevando las cosas al l¨ªmite de lo posible al principio y, al final, la denuncia del PP ante el Tribunal Constitucional.
P. ?Qu¨¦ arreglo tiene?
P. No s¨¦. Yo soy historiador. Quienes sostienen que todo viene de la Transici¨®n dicen que aquellas lluvias traen estos fangos, pero se olvidan de lo que llovi¨® en los a?os 80, 90 y 2000. La impresi¨®n actual es de indeterminaci¨®n porque no se ve que el poder central tenga recursos claros para poner fin a esta gran desavenencia. Ni que quienes pretenden una ruptura dispongan de recursos suficientes para seguir su camino. Es una situaci¨®n t¨ªpica de enfrentamiento cuyo ¨²ltimo recurso est¨¢ en la violencia. Y eso ser¨ªa una cat¨¢strofe.
R. ?Las cargas policiales del 1-0 fueron un bal¨®n de ox¨ªgeno al independentismo?
R. Fue un error, el recurso a un medio que nunca deb¨ªa haberse empleado. Puedes cerrar un colegio electoral y poner tres filas de guardias armados, pero si no has sido capaz de hacerlo, no puedes pegarle a la gente que va a votar.
P. ?La reforma de la Constituci¨®n podr¨ªa arreglarlo? La Transici¨®n no tiene la culpa de todo pero hay cosas que, dicen algunos expertos, no se hicieron bien.
R. Quienes hicieron esa Constituci¨®n no imaginaron esta situaci¨®n. Era tal el grado de solidaridad y acuerdo que redactaron un t¨ªtulo que era sobre todo procedimental: c¨®mo se llega a los estatutos. Y no es solo la Constituci¨®n, ha habido un trabajo constante del Tribunal Constitucional que en general ha sido muy favorable a los derechos de las autonom¨ªas en sus pleitos con el Estado. Respecto a la reforma ahora, si los nacionalistas no van a intervenir salvo que esa reforma contemple ser independiente, ?para qu¨¦?
P. ?Todo ser¨ªa distinto sin la crisis econ¨®mica?
R. Las tensiones constitucionales son anteriores, pero en Euskadi el bloqueo al plan Ibarretxe no dio lugar a una rebeli¨®n, todo lo contrario.
P. ?Qu¨¦ ha pasado en Catalu?a?
R. A la tensi¨®n del Estatut se sum¨® la indignaci¨®n por los recortes de la Generalitat. El cerco al Parlament no tiene nada que ver con el Estatut. La independencia es tambi¨¦n una manera de desviar la atenci¨®n. Y todo coincide con un momento de debilidad del Gobierno del Estado por la eclosi¨®n de casos de corrupci¨®n. Lo que falla es la pol¨ªtica.
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Autor: Santos Julia.
Editorial:?GALAXIA GUTENBERG (2017).
Formato: tapa dura (350 p¨¢ginas).
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