Cine vanguardista en pleno franquismo
La Escuela de Barcelona, movimiento que apost¨® por la modernidad de nuevos lenguajes, cumple 50 a?os
Se llam¨® escuela pero nunca tuvo centro, ni profesores, ni siquiera alumnos propiamente. La Escuela de Cine de Barcelona naci¨® como reflejo de la Escuela de Cine de Madrid que s¨ª ten¨ªa actividad como formaci¨®n cinematogr¨¢fica y subvencionaba las pel¨ªculas de cineastas que daban sus primeros pasos, entre ellos Mario Camus, Francisco Regueiro o Basilio Mart¨ªn Patino. Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa Escudero, director general de Cinematograf¨ªa y Teatro entre 1962 y 1968, fue el que decidi¨® que los cineastas emergentes de Barcelona, como Jacinto Esteva, Joaquim Jord¨¤, Carlos Dur¨¢n o Jos¨¦ Mar¨ªa Nunes, tendr¨ªan el mismo trato que los de Madrid.
¡°La Escuela de Cine de Barcelona fue un movimiento, no un lugar. Y si en Madrid se opt¨® por el neorrealismo, la est¨¦tica del blanco y negro, de mujeres de luto, en Barcelona la apuesta fue la modernidad de nuevos lenguajes, el futurismo, lo pop y la belleza de modelos de la ¨¦poca que se convirtieron en aut¨¦nticas musas¡±, explica Esteve Riambau, director de la Filmoteca de Catalu?a, que ha recuperado la filmograf¨ªa de aquel movimiento: 15 largometrajes y seis cortos. ¡°Hace 50 a?os, Barcelona vivi¨® una especie de oasis en pleno franquismo, el r¨¦gimen se abland¨® un poco y fue el momento en el que confluy¨® el talento de gente brillante en el cine, la arquitectura, tambi¨¦n en el mundo de la edici¨®n, dise?adores. Fue como un estallido de libertad y color antes de la recta final del r¨¦gimen franquista, que fue muy dura¡±, cuenta Riambau.
Aquella movida barcelonesa, la gauche divine catalana que agrupaba a personalidades tan dispares como los editores Jorge Herralde y Beatriz de Moura; los arquitectos ?scar Tusquets, Ricardo Bofill y Oriol Bohigas; los cineastas Pere Portabella o Jacinto Esteva y nombres de las letras como Terenci y su hermana Ana Maria Moix, Jaime Gil de Biedma, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n o la fot¨®grafa Colita, por citar unos cuantos, era como una tribu que se reun¨ªa en la sala Bocaccio o el pub Tusset. ¡°En verano, los puntos de encuentro se desplazaban a las discotecas de la Costa Brava, como Madox o Tiffany¡¯s, y tambi¨¦n a Cadaqu¨¦s. Cada uno iba a lo suyo pero se encontraban en los estrenos y eventos culturales y aquello cre¨® una masa cr¨ªtica que aliment¨® la Escuela de Cine de Barcelona y que coincidi¨® con la fundaci¨®n del Cercle A, las salas de cine de arte y ensayo¡±, a?ade. Estas fueron el c¨ªrculo de exhibici¨®n de las pel¨ªculas catalanas de mediados de los sesenta y que tambi¨¦n se programaron en los cines de arte y ensayo de Madrid.
Una pel¨ªcula de episodios
Dante no es ¨²nicamente severo (1967), de Jacinto Esteva y Joaquim Jord¨¤, est¨¢ considerada como una de las pel¨ªculas m¨¢s representativas de la Escuela de Barcelona: ¡°No ser¨¢ la mejor pero s¨ª la m¨¢s emblem¨¢tica de aquella locura. La idea la dio N¨¦stor Almendros ¡ªdirector de fotograf¨ªa¡ª y la propuesta era hacer una pel¨ªcula de episodios, al estilo de las que se hac¨ªan en Par¨ªs en la ¨¦poca de la vanguardia que representaba la nouvelle vague. Era una forma de empezar y, adem¨¢s, barata. Los episodios iban a ser cuatro: de Esteva, Jord¨¤, Bofill y Portabella. Pero se pelearon y al final la pel¨ªcula se mont¨® solo con los de Esteva y Jord¨¤. Tuvieron una subvenci¨®n y se rod¨® lo que finalmente lleg¨® a las pantallas como Dante no es ¨²nicamente severo¡±. Un manifiesto con un inexistente argumento en el que brillaba Serena Vergano, una actriz de 20 a?os que se convirti¨® en una de las musas de la Escuela de Barcelona, junto con Romy o Teresa Gimpera.
Bellezas y exponentes de una Europa moderna, lo que se quer¨ªa oponer a una Espa?a entonces gris y anticuada. ¡°Vine a rodar a Barcelona una pel¨ªcula que era una coproducci¨®n italo-franco-espa?ola y recuerdo que Paco Rabal me invit¨® a cenar y a dar un paseo por la ciudad. Me pareci¨® triste, sucia y gris¡±, recuerda Serena Vergano quien pese a aquella impresi¨®n se afinc¨® en la ciudad. ¡°Conoc¨ª toda la movida del cine de entonces, como a Esteva, Jord¨¤, Dur¨¢n y Bofill [con el cas¨®]. Y me convert¨ª en la actriz de ellos, algo as¨ª como una musa. Pasado el tiempo, creo que me utilizaron un poco, pero tengo muy buenos recuerdos de aquella ¨¦poca, hab¨ªa un optimismo ciego y la confianza de que las cosas que hac¨ªamos se ver¨ªan fuera de Espa?a¡±. Teresa Gimpera fue otra de las musas de la Escuela de Barcelona.
Noches de vino tinto (1966) de Jos¨¦ Mar¨ªa Nunes, Fata Morgana (1966), de Vicente Aranda y Una historia de amor (1966), de Jordi Grau, son algunos de los t¨ªtulos de la filmograf¨ªa de la Escuela de Barcelona que se desintegr¨® a los cuatro o cinco a?os de su formaci¨®n: ¡°Cambi¨® el ministro [a Manuel Fraga le sustituy¨® Carlos Robles Piquer] y el director de cinematograf¨ªa y la censura apret¨®. Portabella pas¨® a la clandestinidad, Jord¨¤ se fue a Italia a hacer cine militante y el grupo se fue desperdigando o reorientando¡±, comenta Riambau. O al Vietnam metaf¨®rico o hacia un cine m¨¢s comercial.
El camino de Portabella en la clandestinidad
No cont¨¦is con los dedos (1967) era el corto de Pere Portabella que ten¨ªa que haber formado parte del proyecto de Dante no es ¨²nicamente severo, la pel¨ªcula planeada a cuatro manos conjuntamente con Jacinto Esteva, Joaquim Jord¨¤ y Ricardo Bofill, quien tambi¨¦n acab¨® por desligar su corto Circles(1966) del proyecto. "Era una diferencia estructural, un cambio de c¨®digo. Yo era m¨¢s radical", explica Portabella, quien recuerda la escuela como un movimiento muy interesante.
"Yo ten¨ªa muy buena amistad con todos, pero mi cine era distinto. Ellos de alguna manera se acomodaron a producir pel¨ªculas dentro del marco regulado, que eran subvencionadas por el Gobierno. Yo tom¨¦ otro camino", matiza. Se confiesa m¨¢s implicado con la clandestinidad: "No soy, ni era ni mejor ni peor. Simplemente era distinto", apunta el autor de Nocturno 29 (1968), otra de las pel¨ªculas que se encuadr¨® en la llamada Escuela de Cine de Barcelona de mediados de la d¨¦cada de los sesenta.
Babelia
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