Bob Dylan contra el anticristo
Una panor¨¢mica de grabaciones in¨¦ditas recoge la m¨²sica cristiana que el cantautor factur¨® entre 1979 y 1981 ante la furia de gran parte de su p¨²blico
Bob Dylan tiene arte: ha sabido sobrevivir a sucesivos enfrentamientos con su audiencia. En 1979, le ech¨® un pulso al n¨²cleo contracultural de su p¨²blico: convertido al fundamentalismo cristiano, ofrec¨ªa conciertos dedicados exclusivamente al cancionero proselitista. El rechazo fue brutal y, a finales de 1980, reintrodujo piezas profanas, de Blowin¡¯ in the Wind a Like a Rolling Stone. Tras Slow Train coming (1979), Saved (1980) y Shot of Love (1981), dej¨® de girar durante un par de a?os y diluy¨® el contenido religioso en sus siguientes discos. Quiz¨¢s sigui¨® manteniendo las mismas creencias: intim¨® con varias de sus cantantes y, en 1986, se cas¨® en secreto con una de ellas, Carolyn Dennis; un matrimonio que gener¨® una hija y que dur¨® hasta 1992.
?Se podr¨ªa afirmar que Dylan perdi¨® aquella batalla? No exactamente: ha salido Trouble No More (Sony), una antolog¨ªa de grabaciones in¨¦ditas de 1979-81, disponible en un doble CD o una caja colosal con libro, 8 CD y un DVD. Ahora, las cr¨ªticas est¨¢n siendo extraordinariamente generosas. Se reconoce que la cristianizaci¨®n supuso para Dylan una explosi¨®n creativa; se rescatan muchas canciones descartadas y se ofrecen abundantes muestras de directos con robustas bandas y un coro que lleg¨® a sumar cinco voces femeninas.
Pero hay truco. Los conciertos incluidos son incompletos: no est¨¢ el aperitivo g¨®spel que ofrec¨ªan las coristas ni ¨Curge destacarlo- los parlamentos de Dylan entre canci¨®n y canci¨®n, a veces aut¨¦nticos sermones. Muchos de aquellos conciertos se desarrollaron en teatros, donde el artista pod¨ªa apreciar el repudio de sus antiguos fieles, a los que -aparte de amenazar con el fuego y el azufre del infierno- Dylan vituperaba.
Tales alocuciones han sido borradas de estos documentos oficiales. Persisten dispersas entre grabaciones piratas; est¨¢n transcritas en Saved! The Gospel Speeches, un librito publicado por el pintor Francesco Clemente en edici¨®n artesanal. Aparte de mostrar a un Dylan que pierde los estribos, las arengas revelan que se hab¨ªa apuntado a un dogma particularmente odioso. Como muchos de los veteranos de los 60, Bob entr¨® en lo que Robert Greenfield denomin¨® el Supermercado Espiritual. Pero no se content¨® con el Jesucristo afable y pacifista de aquellos hippies llamados Jesus freaks. Prefiri¨® hurgar en los rincones donde se amontonaban cosmogon¨ªas rancias, ex¨¦gesis vengativas, visiones del Dios guerrero. Con todo ello, se cocin¨® una aut¨¦ntica olla podrida.
Dada la reticencia dylaniana a explicarse, solo podemos especular a partir de sus arranques. Parec¨ªa coincidir con la Mayor¨ªa Moral del predicador Jerry Falwell sobre la degeneraci¨®n de las costumbres: se refer¨ªa a San Francisco como ¡°ese lugar donde habitan los homosexuales¡±, censuraba a las mujeres ¡°que viven para los orgasmos¡±, deploraba los anticonceptivos.
Cre¨ªa en la literalidad de la Biblia, especialmente del Libro de las Revelaciones. Ve¨ªa cerca el Final de los Tiempos, con la batalla de Armaged¨®n en el israel¨ª valle de Jezreel. All¨ª ser¨ªan masacradas las fuerzas del Anticristo, es decir, los ej¨¦rcitos de Ir¨¢n, China (¡°200 millones de soldados¡±) y la Uni¨®n Sovi¨¦tica: la fantas¨ªa favorita del cristianismo sionista.
Educado en el juda¨ªsmo, la Biblia hab¨ªa estado presente en su obra casi desde sus inicios. Pero el Dylan evang¨¦lico parec¨ªa convencido por las predicciones del te¨®logo Hal Linsey, que vendi¨® (dicen) 30 millones de copias de La agon¨ªa del gran planeta Tierra. Seg¨²n Linsey, 1988 era una fecha probable para la Gran Tribulaci¨®n y el Arrebatamiento (los justos ascienden desnudos al cielo, dejando abajo montoncitos de ropa y calzado). En justicia, conviene saber que Dylan se distanci¨® p¨²blicamente de aquel fan¨¢tico, que terminar¨ªa identificando a Obama como el Anticristo.
Epifan¨ªas musicales
Escuchando Trouble No More, se evidencia que el Dylan de 1979-81 estaba ardiendo, art¨ªsticamente hablando. Las canciones se repiten pero van mudando en arreglos y letras. Muchas siguen modelos del g¨®spel mientras otras, grata sorpresa, se aproximan al blues-rock de 1965, tanto en el ataque instrumental como en la manera de escupir los versos.
Aparte del choque cultural que supon¨ªan esos textos, hay que recordar que la trilog¨ªa cristiana se comercializ¨® con portadas francamente feas. Con todo, Dylan se preocup¨® por mimar la producci¨®n: llam¨® a uno de los hist¨®ricos del sello Atlantic, Jerry Wexler, al que in¨²tilmente pretendi¨® evangelizar (¡°Bob, soy un ateo jud¨ªo de 62 a?os, no sigas¡±).
Como c¨®mplice, estuvo el teclista Barry Beckett, que convoc¨® a los m¨²sicos de Muscle Shoals (Alabama), reforzados por invitados como Mark Knopfler. Para el tercer ¨¢lbum, Shot of Love, no se movi¨® de Los ?ngeles, donde recibi¨® en el estudio a Ringo Starr o Ronnie Wood.
La versi¨®n ampliada de Trouble No More contiene tambi¨¦n una pel¨ªcula de una hora, que alterna entre cuidadas interpretaciones en directo, salpimentadas con varios sermones, escritos ad hoc por Luc Sant¨¦ y escenificados brillantemente por el actor Michael Shannon.
COMPRA ONLINE 'TROUBLE NO MORE'
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.