¡®La uruguaya¡¯ que seduce a todo el mundo
El argentino Pedro Mairal se ha ganado al p¨²blico y a la cr¨ªtica con una novela que se ha convertido en un fen¨®meno editorial de las letras en espa?ol
Hay sexo, dinero, infidelidad, humor, crisis existencial, mezquindad, amargura, traici¨®n e incluso f¨²tbol. Son los mimbres con la que est¨¢ tejida una novela tan corta como intensa, tan apreciada por el p¨²blico como por la cr¨ªtica, un libro que no ha dejado de crecer desde que se publicara el pasado a?o en Argentina. En Espa?a, La uruguaya, del porte?o Pedro Mairal, lleva ya cinco ediciones a la espera de ser traducida a varios idiomas y de su adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica. Es eso que llaman en el teatro de Broadway y el cine de Hollywood un sleeper, un ¨¦xito durmiente que brota de forma inesperada gracias sobre todo al boca a boca, aunque el autor, de 47 a?os, ni es un primerizo ni un escritor clandestino.
¡°Hay libros que viajan. Y este es un libro viajero. Un poco como Una noche con Sabrina Love [su primera novela, que interpret¨® en el cine Cecilia Roth]. Pero tambi¨¦n mi novela Salvatierra se tradujo al yoruba en ?frica... Puede que La uruguaya tenga el morbo de que la gente quiere saber qu¨¦ le va a pasar a este tipo casado, en los cuarenta, que se pasa a Montevideo en busca de un dinero y sobre todo de una chica mucho m¨¢s joven¡±, explica Mairal en Madrid, tras recibir el pasado lunes en Oviedo el premio Tigre Juan, organizado por el Ayuntamiento de la localidad asturiana y la asociaci¨®n Tribuna Ciudadana, por esta novela de 140 p¨¢ginas, publicada por Libros del Asteroide y escrita en primera persona, a modo de confesi¨®n a la esposa del protagonista.
¡°Vengo del ambiente de la poes¨ªa y el c¨ªrculo de lectores es peque?o. Que esta novela haya cruzado el Atl¨¢ntico y se lea con tanto inter¨¦s no deja de sorprenderme. Uno escribe en soledad y oscuridad sin saber bien lo que est¨¢ haciendo¡ Despu¨¦s tir¨¢s una piedra al agua y que los c¨ªrculos lleguen tan lejos es una sorpresa. Es curioso, me parece que el libro se entiende mejor en Espa?a que en M¨¦xico. Puede ser porque los espa?oles agarran mejor los modismos argentinos, por la iron¨ªa¡¡±, prosigue el autor, extra?ado por el uso extendido en Espa?a del adjetivo ¡°acojonante¡±, que pronuncia con delectaci¨®n, alargando las s¨ªlabas.
El d¨ªa en que Valdano se hizo intelectual
En ¡®La uruguaya¡¯ aparecen numerosas referencias a la actualidad, tambi¨¦n futbol¨ªstica. Las menciones a los delanteros Sebasti¨¢n Abreu y Luis Su¨¢rez parecen obligadas al transcurrir la acci¨®n en Montevideo. ¡°No hay nada que no sea literario. Todo depende de c¨®mo lo mir¨¢s. Es verdad que escritores argentinos como Oswaldo Soriano, pero tambi¨¦n el uruguayo Eduardo Galeano, se abren al mundo popular del f¨²tbol y lo legitiman. No sab¨ªa que Valdano hab¨ªa ayudado tambi¨¦n Espa?a en este sentido. De Valdano me gusta pensar que se convirti¨® en un intelectual el d¨ªa en que Maradona no le pas¨® el bal¨®n, y eso que iba solo corriendo a su lado, en su famoso gol contra los ingleses [en el Mundial de M¨¦xico de 1986]. Valdano piensa mucho el f¨²tbol desde dentro y eso es bueno¡±.
?Escribi¨® pensando en llegar a un p¨²blico amplio, agitando en la coctelera tem¨¢tica ingredientes siempre presentes en los superventas? ¡°De golpe, este libro tiene elementos que se combinaron bien, m¨¢s all¨¢ de m¨ª. Antes, estuve 10 a?os sin hacer ficci¨®n. Escrib¨ª muchos art¨ªculos, cr¨®nicas de viaje, columnas, blogs, y desarroll¨¦ un tono m¨¢s coloquial, sin querer perder precisi¨®n verbal, claro, pero sin ser muy l¨ªrico, sin hacer eso que se llama alta literatura. S¨ª me permit¨ª, digamos, explosiones creativas del lenguaje que obedecen a la trama, como cuando el protagonista est¨¢ convencido de que su mujer le enga?a con un m¨¦dico y suelta una diatriba contra estos o cuando se intoxica, fumado y borracho, y el lenguaje se arremolina de un modo medio l¨ªrico. Pero, en general, todo confluy¨® en un estilo m¨¢s confesional¡±.
El nombre propio de la uruguaya es Magal¨ª Guerra. El protagonista del libro, el escritor Lucas Pereyra, casado y con un hijo, la conoce en un festival literario en Uruguay, que no se salva de la iron¨ªa feroz que impregna toda la novela. Un a?o despu¨¦s, planea un viaje de Buenos Aires a Montevideo para cobrar un dinero (evitando las restricciones cambiarias de Argentina) y sobre todo reencontrarse con la hermosa joven. ¡°Me doy cuenta de que el protagonista provoca mucha identificaci¨®n y no solo en los hombres. Evidentemente, las mujeres tambi¨¦n se sienten encerradas en sus parejas, tienen amor¨ªos mentales como el del personaje. Esa v¨¢lvula de escape no corresponde solo a los hombres¡±, comenta el autor, cuya ¨²ltima novela ha recibido entusiastas recomendaciones de escritoras como Leila Guerriero o Guadalupe Nettel.
Hay preguntas que por muy t¨®picas y facilonas que suenen son dif¨ªciles de evitar, sobre todo en estos tiempos abonados a la autoficci¨®n que coloniza las librer¨ªas: ?qu¨¦ hay de autobiogr¨¢fico en el libro? ¡°Us¨¦ muchas cosas de mi vida para el personaje y tambi¨¦n invent¨¦ y exager¨¦. Con mi familia, mi mujer y yo tuvimos que organizar un domingo un asado y explicar que no est¨¢bamos separados. La gente se lo toma todo de manera muy literal. Es un juego peligroso y tiene su coste. Pero a la vez, el lector siempre te inventa. Mi madre ten¨ªa en la mesa de luz una foto de [Albert] Camus, pero seguramente su Camus no ten¨ªa nada que ver con el m¨ªo. No hay que aclarar qu¨¦ es verdad. Hay un morbo leg¨ªtimo en la lectura¡±.
Tambi¨¦n suscita morbo conocer qui¨¦n interpretar¨¢ a la uruguaya en la versi¨®n cinematogr¨¢fica cuyo guion est¨¢n preparando el propio Mairal y el escritor Hern¨¢n Casciari. ¡°Estamos pensando en una joven actriz uruguaya. Ya veremos. El cineasta y psicoanalista Diego Peretti quiere codirigirla y Jorge Drexler quiere hacer la canci¨®n final¡±, se?ala el escritor, que maltrata y zarandea a su pat¨¦tico, divertido y reflexivo protagonista.
Recibe incluso m¨¢s palos que el Quijote de Cervantes. ¡°Podr¨ªa ser una buena comparaci¨®n, porque tambi¨¦n pienso que hay que maltratar al personaje. Hay una historia en la medida en que maltratas al personaje, poni¨¦ndolo a prueba y de ah¨ª va saliendo su personalidad. Al pobre Quijote le apalean dos veces. A mi personaje las cosas no le salen como desea. La distancia entre deseo y realidad siempre funciona en la literatura. Eso es el Quijote. Todos somos un poco as¨ª, vivimos con nuestro mundo inventado y todo el tiempo nos damos contra la realidad. As¨ª funciona Uruguay para los argentinos, como el paisito bueno donde vamos de vacaciones, pero en la novela no es as¨ª¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.