¡°Murillo fue lo que hoy considerar¨ªamos un tibur¨®n econ¨®mico¡±
El profesor Benito Navarrete desmonta t¨®picos sobre el pintor, en su 400? aniversario, a trav¨¦s de un libro y una exposici¨®n
A lo largo de la historia, Bartolom¨¦ Esteban Murillo (Sevilla, 1617-1682) ha sido considerado como el gran pintor de v¨ªrgenes y santos. Sus numerosas versiones de la Inmaculada Concepci¨®n constituyen todo un g¨¦nero conocido en todo el mundo y reproducido hasta la saciedad en objetos como calendarios, recordatorios o cajas de bombones. Fue de los pocos pintores que en vida y sin apenas moverse de su ciudad natal consigui¨® fama, gloria y mucho dinero. Sus composiciones religiosas pensadas para ilustrar la iglesia de la Contrarreforma forman parte hoy de las m¨¢s importantes colecciones de Europa y Am¨¦rica. Ahora, cuando comienza el rosario de actos destinados a festejar el 400? aniversario de su nacimiento, el catedr¨¢tico Benito Navarrete (Jerez de la Frontera, C¨¢diz, 1970) publica Murillo y las met¨¢foras de la imagen (C¨¢tedra), un ensayo en el que desmonta la t¨®pica figura del artista como un santurr¨®n bendecido por el nacional catolicismo para presentar a un personaje que, como sevillano, conoc¨ªa muy bien los c¨®digos hispalenses de la ¨¦poca y dominaba las claves para adue?arse del mercado con un sentido pr¨¢ctico que nada ten¨ªa que envidiar a artistas posteriores como Salvador Dal¨ª, Andy Warhol, Jeff Koons o Manolo Vald¨¦s.
Pregunta: ?Qu¨¦ nos aporta su libro a lo que hasta ahora conoc¨ªamos sobre Murillo?
Respuesta: No es una biograf¨ªa, ni un nuevo estudio detallado sobre su obra. Hay parte de todo eso, pero lo que yo he tratado de hacer es desvelar lo que hay detr¨¢s del personaje que Murillo se construy¨® conscientemente. Creo que la imagen difundida por Antonio Palomino, el bi¨®grafo de los pintores espa?oles, se queda solo en su vertiente religiosa, aquella de la que el nacional catolicismo abus¨® tanto, pero no entra en su personalidad y ese es el tema que a m¨ª me interesa.
P. ?El pintor era consciente de su personaje?
R. Creo que era muy consciente y muy responsable. Con Murillo he cambiado mi forma de investigar y, como planteaba Walter Bejamin en su Libro de los Pasajes, creo que las im¨¢genes son un documento del pasado con un tremendo poder de comunicaci¨®n, son documentos visuales que nos dan una enorme informaci¨®n sobre el personaje.
P. ?Cual ser¨ªa el nuevo retrato de Murillo?
R. Un artista pr¨¢ctico, astuto, dominador en todo momento de su entorno y de un mercado en el que consigui¨® reinar, tanto en Espa?a como en toda Europa o Am¨¦rica. Hay que tener en cuenta que Sevilla era entonces una capital important¨ªsima llena de posibles coleccionistas para su obra y ¨¦l encontr¨® muy pronto la f¨®rmula: el aura para sus im¨¢genes de santos.
P. ?Esta versi¨®n del Murillo m¨¢s interesado desmerece su obra?
R. No. En absoluto. Es una nueva aproximaci¨®n al personaje que ¨¦l mismo invent¨®. Su capacidad para crear escenarios propios para la oraci¨®n fue insuperable pero tambi¨¦n fue un maestro del artificio y del enga?o. Yo he tratado de desmontar los t¨®picos que fueron los responsables de su ¨¦xito pero tambi¨¦n de su ca¨ªda
P. ?En qu¨¦ se ve su astucia?
R. ?l es un sevillano de manual y sabe como penetrar en la sociedad de los poderosos. Por ejemplo, muy joven participa en las procesiones de la hermandad de la Cofrad¨ªa del Rosario y de la Caridad y lo hace no solo por sus sentimientos religiosos, sino por inter¨¦s mercantil.
P. ?No era un hombre de fe?
R. Puede que s¨ª. No digo lo contrario. Lo que opino es que ¨¦l rentabilizaba esa presencia. Sab¨ªa donde hab¨ªa que estar. De hecho, a¨²n en vida de Vel¨¢zquez, ¨¦l es quien tiene las tarifas m¨¢s altas y consigue los mejores encargos para las capillas privadas y templos m¨¢s importantes del momento.
P. Cuenta usted en el libro una an¨¦cdota poco conocida. Y es que pese a su riqueza patrimonial, pas¨® unos d¨ªas en la c¨¢rcel por no tener maravedies suficientes para pagar el alquiler.
R. Es una investigaci¨®n de Pablo Hereza que yo doy a conocer en el libro. Ingres¨® en la c¨¢rcel el 15 de octubre de 1655 por estar sin liquidez. Le gustaba conseguir beneficios r¨¢pidos con inversiones en la carrera de Indias y ese mes se qued¨® sin lo que ahora llamar¨ªamos cash. Los due?os de la propiedad, el cabildo catedralicio, con los que ten¨ªa excelentes relaciones, no lo dudaron y le denunciaron. El dinero siempre es el dinero.
P. Asegura usted el el libro que Murillo sali¨® muy poco de Sevilla, a diferencia de lo que hac¨ªan otros artistas interesados en conocer en persona la obra de otros.
R. El ¨²nico viaje probado es el que realiz¨® a Madrid en 1658.No sabemos el motivo ni la duraci¨®n de su estancia. Parece que estuvo con otros pintores sevillanos que se encontraban en la corte, como Vel¨¢zquez, Zurbar¨¢n y Cano, pero no sabemos nada a ciencia cierta. Conoc¨ªa la obra de otros por las estampas, pero eso le bastaba.
P. Oy¨¦ndole hablar de Murillo puede pensarse en artistas posteriores a ¨¦l que supieron ocuparse muy bien de su propio mercado. Pensemos en Dal¨ª, Andy Warhol o Jeff Koons.
R. Perfectamente se les puede equiparar. Fue lo que hoy considerar¨ªamos un tibur¨®n econ¨®mico en el Barroco. Aunque para m¨ª hay otro ejemplo m¨¢s redondo: Manolo Vald¨¦s. Todo en Murillo parec¨ªa contribuir a multiplicar su fama, incluido su final estamp¨¢ndose contra el suelo al caerse de un andamio mientras pintaba Los desposorios de Santa Catalina para los capuchinos de C¨¢diz
La rotunda estela sevillana
Benito Navarrete es el comisario de la primera gran exposici¨®n dedicada al 400 aniversario del nacimiento del artista: Murillo y su estela, en Sevilla, en el antiguo convento de Santa Clara, a partir del 5 de diciembre. "La fortuna y el aprecio de sus obras trascendi¨® en vida del artista, consider¨¢ndose un mito viviente precisamente por voluntad propia y por la de los que lo encumbraron como el mejor pintor de la ciudad", explica Navarrete. La impresionante cantidad de sus pinturas que aparecen reflejadas en los inventarios de bienes en el siglo XVII revelan que en su siglo fue el artista m¨¢s coleccionado en Sevilla. Hay 210 originales y 53 copias de sus pinturas en 79 diferentes colecciones".
Se exhibir¨¢n 62 obras para destacar algunas de las pinturas m¨¢s originales del maestro y otras que demuestran la atracci¨®n de su gusto y est¨¦tica en la pintura, la escultura y la fotograf¨ªa.
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