Regi¨®n
No es oro todo lo que reluce debajo de los embalses, como la presente sequ¨ªa se encarga de demostrarnos
¡°Para m¨ª y para mi familia ¡ªy creo que para toda la gente que trabaj¨® conmigo¡ª los a?os de Porma fueron decisivos. Me atrever¨ªa a decir que fue en Porma donde complet¨¦ mi formaci¨®n de ingeniero, donde adquir¨ª una forma de ejercer la profesi¨®n que se adquiere de una vez para siempre y que, con independencia de los conocimientos pasados y futuros, apenas se modificar¨¢ ya, donde, para llenar las noches invernales de aquel lugar extremadamente solitario, escrib¨ª por en¨¦sima y definitiva vez una novela ¡ªVolver¨¢s a Regi¨®n¡ª que en buena medida vino a suponer cierta madurez literaria, o, al menos, un acercamiento a la afici¨®n que hasta entonces s¨®lo hab¨ªa practicado a ratos perdidos y bien perdidos¡¡±.
(Juan Benet, Prosas civiles, 1994).
Coinciden en el tiempo el 50? aniversario de la publicaci¨®n de Volver¨¢s a Regi¨®n, la emblem¨¢tica novela de Juan Benet con la que fund¨® su territorio m¨ªtico, Regi¨®n, al estilo de la Yoknapatawpha, de William Faulkner, o la Santa Mar¨ªa, de Onetti, y el del cierre de la presa del embalse que construy¨® mientras la escrib¨ªa en las monta?as del r¨ªo Porma, en Le¨®n, y que aneg¨®, entre otros varios, el pueblo en el que yo nac¨ª. Dos aniversarios, pues, que se complementan y que la Fundaci¨®n Antonino y Cinia de Cerezales del Condado, la empresa cultural que cre¨® el anterior presidente del mexicano grupo Modelo, fabricante de la cerveza Corona (Coronita para los espa?oles), en su pueblo natal, que est¨¢ aguas abajo del mismo r¨ªo Porma, ha utilizado para reflexionar desde muchos ¨¢ngulos (literario, t¨¦cnico, art¨ªstico, social, medioambiental¡) sobre las pol¨ªticas hidr¨¢ulicas y su impacto en el territorio. El programa, que llenar¨¢ varios meses, se inaugura hoy, s¨¢bado, en la sede de la fundaci¨®n, un edificio espectacular del arquitecto Alejandro Zaera en un pueblecito de apenas 50 vecinos, con una exposici¨®n sobre Juan Benet, en cierto modo el culpable de todo lo que se tratar¨¢.
Lo de culpable es una figuraci¨®n, por supuesto. Juan Benet con su novela, pero tambi¨¦n con su participaci¨®n en la obra que, aparte de condenar a los pueblos del valle de Vegami¨¢n a desaparecer, transform¨® en regad¨ªo parte de la provincia leonesa, da material para una reflexi¨®n poli¨¦drica de las pol¨ªticas hidr¨¢ulicas y de sus efectos, positivos y negativos, en los territorios. Porque no es oro todo lo que reluce debajo de los embalses, como la presente sequ¨ªa se encarga de volver a demostrarnos a lo largo y ancho de la geograf¨ªa espa?ola. Recuerdo en una entrevista que le hice para TVE hace muchos a?os haberle preguntado a Benet si como escritor lo que hac¨ªa era resucitar por las noches lo que por el d¨ªa destru¨ªa como ingeniero y su mirada de desconcierto, poco imaginable en ¨¦l. Lo que no recuerdo es cu¨¢l fue su respuesta, pero por los archivos de TVE andar¨¢.
50 a?os son una buena disculpa para volver a leer una novela que ya es historia de la literatura espa?ola y a un escritor hoy semiolvidado pese a su envergadura l¨¦xica, pero tambi¨¦n para revisar unas actuaciones seguramente necesarias, pero cuyo impacto ha sido demoledor para muchas personas. Necesitamos agua, nadie lo niega, pero no a cualquier precio y sin importar el c¨®mo ni el para qu¨¦. De todo ello se hablar¨¢ a partir de hoy en una peque?a aldea leonesa cuya condici¨®n de cuna de una familia de indianos enriquecidos al otro lado del Atl¨¢ntico le ha concedido la suerte de acoger una fundaci¨®n mod¨¦lica, cuyo objetivo es dignificar el mundo rural a trav¨¦s de la cultura, que es algo de lo que nunca se habla al referirse a este.
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