La multiplicaci¨®n de las madres
Christine Baranski, Cheryl Hines y Susan Sarandon son lo mejor de la funci¨®n, pero no lo suficiente para salvar una pel¨ªcula que olvida el discurso de su predecesora

EL GRAN DESMADRE (MALAS MADRES 2)
Direcci¨®n: Jon Lucas y Scott Moore.
Int¨¦rpretes: Mila Kunis, Christine Baranski, Kristen Bell, Cheryl Hines, Susan Sarandon.
G¨¦nero: comedia. Estados Unidos, 2017
Duraci¨®n: 104 minutos.
Llegaba la semana pasada a las pantallas Dos padres por desigual, una comedia familiar, secuela de Padres por desigual (2015), que respond¨ªa a una f¨®rmula tan eficaz como transparente para cumplir con el deber ¨Ctan sistem¨¢ticamente incumplido- de toda pel¨ªcula derivada: ofrecer en esencia lo mismo que su modelo, pero con una sustancial aportaci¨®n que marque la diferencia. A los creadores de ese trabajo se les ocurri¨® que un buen modo de sumar eficacia c¨®mica al pulso entre dos padres antit¨¦ticos consist¨ªa en convocar, a su vez, a los padres de sus personajes principales en un juego de reduplicaci¨®n de efectos y contrastes que acababa funcionando razonablemente bien. Jon Lucas y Scott Moore, guionistas del primer Resac¨®n en Las Vegas (2009) y creadores de la franquicia Malas madres (2016), han tenido exactamente la misma idea que Sean Anders en Padres por desigual a la hora de definir el toque de distinci¨®n de El gran desmadre (Malas madres 2), pero, en este caso, el resultado invita a desconfiar de la infalibilidad de las f¨®rmulas.
Christine Baranski ¨Cdescomunal como g¨¦lida fiscal de la sufrida gesti¨®n dom¨¦stica de su hija-, Cheryl Hines ¨Cmuy fina en su encarnaci¨®n de abrumadora mejor amiga de su primog¨¦nita- y Susan Sarandon ¨Calgo facilona como t¨®rrida mam¨¢ cowgirl- son lo mejor de la funci¨®n, pero no lo suficiente para salvar una pel¨ªcula que olvida el discurso de su modelo ¨Cla zumbona impugnaci¨®n del fastidioso concepto de s¨²permadre- y acaba adensando su componente sentimental hasta asfixiar lo c¨®mico.
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