Poes¨ªa contra el malentendido
Los poetas Joan Margarit, catal¨¢n, y Luis Garc¨ªa Montero, andaluz, leen su obra en un ¡°acto c¨ªvico¡±
Un acto sencillo: leer poes¨ªa en p¨²blico. Tan viejo como la poes¨ªa. Pero este del mediod¨ªa del s¨¢bado, en la Residencia de Estudiantes donde vivi¨® Federico Garc¨ªa Lorca, era mucho m¨¢s que un recital: era ¡°un acto c¨ªvico¡± en el que dos poetas, Joan Margarit, catal¨¢n, y Luis Garc¨ªa Montero, andaluz, se juntaron para ofrecer ¡°poes¨ªa contra el malentendido¡±, como dijo el granadino.
Leyeron de sus libros ¨²ltimos, A puerta cerrada, del andaluz, y Un asombroso invierno, del catal¨¢n. Ambos, en Visor. El de Margarit tambi¨¦n en Proa, en el idioma original. Revolote¨® el proc¨¦s entre los versos, pero no se dijo esa palabra ni ninguna que directamente aludiera al conflicto, ese ¡°malentendido¡±. El momento m¨¢s emocionante fue cuando Margarit, que hab¨ªa recitado en espa?ol, ley¨® en catal¨¢n. Salud¨® en pie la ovaci¨®n que coron¨® su poema. Y luego firm¨®, con Garc¨ªa Montero, como si fueran cantantes de rock.
El p¨²blico sab¨ªa que era ¡°un acto c¨ªvico¡±. Lo dijo el propio Margarit y la composici¨®n de la sala lo proclamaba: hab¨ªa pol¨ªticos (In¨¦s Saban¨¦s, ?ngel Gabilondo, Julio Rodr¨ªguez, Gaspar Llamazares), sindicalistas, escritores, cantantes, acad¨¦micos, y el clima subrayaba la euforia de otros tiempos, como si juntarse ya fuera un milagro y los que se juntan, adem¨¢s, buscaran un conjuro contra el mal. Lo dijo tambi¨¦n Garc¨ªa Montero: ¡°La poes¨ªa busca la verdad en tiempo de manipulaciones¡±. Y Jordi Gracia, cr¨ªtico, que los present¨®, subray¨® lo que los distingue: ¡°Son poetas que van m¨¢s all¨¢ de los desasosiegos privados para comprender la realidad p¨²blica¡±. Y la realidad p¨²blica que a los dos compete, quedaba claro en la intenci¨®n de la lectura, es el asunto que con m¨¢s fiereza (¡°como una herida¡±, se?al¨® Gracia) ha entrado en la vida espa?ola.
El encuentro tuvo su met¨¢fora en este breve intercambio entre Margarit y Garc¨ªa Montero. El andaluz iba a recitar en catal¨¢n un poema de Margarit. Y se?al¨® que su acento, tan andaluz, no es bueno para leer en catal¨¢n. Y Margarit lo ataj¨®: ¡°No se puede entender el catal¨¢n de hoy sin la influencia del andaluz de tantos a?os¡±.
Margarit recit¨® en castellano, con su acento catal¨¢n acunado en Tenerife; los primeros poemas que dijo suceden en dos estaciones de Madrid, Atocha y Chamart¨ªn; en ellos hay alegr¨ªa y juego, humor incluso; Garc¨ªa Montero se acerc¨® a su maestro ?ngel Gonz¨¢lez (¡°Sin esperanza, con convencimiento¡±) para adentrarse en la realidad de lobos fieros que ahora acontece. El poema Lucha libre, de Margarit, le dio al p¨²blico claves para otra ovaci¨®n. Dicen algunos de su versos: ¡°Mi padre me llevaba siendo ni?o. / Con barandas de cuerdas / el ring de lona blanca era el centro iluminado/ de aquella enorme oscuridad. / Cuando sal¨ªan ambos luchadores, / aquel al que la multitud odiaba/ ser¨ªa el perdedor, ya lo sab¨ªamos¡±. Y estos versos finales fueron los que encendieron el aplauso y acaso el entendimiento: ¡°Aprend¨ª m¨¢s que en clase: / qu¨¦ significa lucha, qu¨¦ significa libre ./ Cerraron el local. Siempre lo cierran./? Pero la multitud ya grita en otro lado¡±.
Leyeron tambi¨¦n poemas de amor y de experiencias tristes o descarriadas. La apoteosis vino cuando recitaron juntos Llibertat, un himno de Margarit, el andaluz en su catal¨¢n, y el catal¨¢n en su castellano. ¡°Una forma de amor, la libertad¡±. Pero el aplauso que recibi¨® Margarit fue a¨²n mayor cuando ley¨® Coraje, en el que aparece la abuela diciendo que ¡°el amor es claridad y dureza al mismo tiempo, / que sin coraje no se puede amar. / No era literatura: no sab¨ªa leer¡±.
El recital c¨ªvico se repetir¨¢ en Barcelona (Casa del Libro, Rambla de Catalu?a, a las 19 horas) este mi¨¦rcoles de reflexi¨®n. Un colombiano dec¨ªa hace a?os que conflictos graves los arreglan ¡°cien a?os o un poeta¡±. En ese caso dos se juntan ¡°contra el malentendido¡± que ya no se sabe cu¨¢ntos a?os dura.
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