Una traducci¨®n para sacar a Dumas del purgatorio
Una nueva edici¨®n de ¡®El conde de Montecristo¡¯ revaloriza la novela
Edmond Dant¨¨s se pas¨® 13 a?os en una prisi¨®n del castillo de If, condenado por un delito que no cometi¨® y enga?ado por quienes consideraba sus amigos. Y m¨¢s de un siglo estuvo El conde de Montecristo, la novela en la que este personaje desarrolla sus aventuras, escrita por Alejandro Dumas en 1844, condenada al ostracismo del follet¨ªn. No entr¨® en la famosa Pl¨¦iade hasta los a?os sesenta del siglo XX y no tuvo su primera edici¨®n en esta colecci¨®n hasta 1981. Tampoco le ayudaron las reediciones, ya que la primera realmente completa y que m¨¢s se atiene al original fue realizada por el especialista en Dumas, Claude Schopp, en 1993. La traducci¨®n italiana rigurosa no llegar¨ªa hasta 2014 elaborada por Margherita Botto. Y la espa?ola acaba ahora de ver la luz de la mano del traductor Jos¨¦ Ram¨®n Monreal y la editorial Navona. Demasiado tiempo para una de las novelas m¨¢s universales del canon occidental.
Esta nueva traducci¨®n al castellano, que parte del texto fijado por Schopp, fue precisamente un reto que Pere Sureda, editor de Navona, le propuso a Monreal. El editor la hab¨ªa le¨ªdo en su juventud y cuando la retom¨® ya de adulto observ¨® multitud de defectos en las ediciones que ya exist¨ªan en castellano. ¡°Es la mejor novela de Dumas, pero me di cuenta de que hab¨ªa cuestiones de constricci¨®n, repeticiones y traducciones demasiadas literales a la ¨¦poca¡±, admite Sureda. Monreal tom¨® el testigo y se puso a investigar las mejores fuentes para eliminar ¡°lapsus propios de una literatura de urgencia semanal, que raramente era revisada por el autor y que acumulaba un desali?o inevitable en una producci¨®n de tipo industrial¡±, afirma. Adem¨¢s, hab¨ªa un motivo a?adido, ya que, para el traductor el haberse convertido en un producto pop ¡ªse ha adaptado al cine y a las series de televisi¨®n¡ª, no ha jugado a su favor; al contrario, ha minusvalorado la obra y a su autor: ¡°Quer¨ªa sacarlo del purgatorio de la literatura popular para situarlo en el de la gran literatura, como ocurri¨® en su d¨ªa con Simenon, con quien comparte algunas caracter¨ªsticas comunes, aparte de una larga exclusi¨®n del Parnaso: la energ¨ªa del genio y la desmesura¡±, a?ade.
El conde de Montecristo es una novela monumental. Abarca el periodo del bonapartismo y los reinados de Luis XVIII de Francia, de Carlos X de Francia y el de Luis Felipe I de Francia. Refleja con meticulosidad el sistema financiero, pol¨ªtico y social de la Francia de aquella ¨¦poca.
Como buena novela de aventuras, bulle la acci¨®n folletinesca. Y debajo de toda esa capa hist¨®rica, de los avatares de Dant¨¨s en la isla de Montecristo y su regreso a Marsella para ejercer la venganza, hay, como dice, Sureda, ¡°una radiograf¨ªa sobre el car¨¢cter del ser humano: la generosidad, la venganza, la raz¨®n, la ¨¦tica y las confidencias, adem¨¢s de un mensaje contra la maldad. Nos lleva a mirarnos como seres humanos desnudos, porque no somos ni buenos ni malos¡±. Por este motivo, hasta Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez reconoci¨® que esta hubiera sido la novela que le hubiera gustado escribir.
Esta nueva traducci¨®n ofrece algunos cambios para los que ya la hayan le¨ªdo. Desde la primera frase, la m¨ªtica ¡°el 24 de febrero de 1815[¡]¡±, que se ha cambiado por ¡°el 28 de febrero de 1815¡±. El traductor tambi¨¦n la ha acompa?ado de notas para aclarar hechos de la cr¨®nica contempor¨¢nea, como esc¨¢ndalos period¨ªsticos, nombres de personajes pol¨ªticos y actrices c¨¦lebres de la ¨¦poca con el fin de realzar el contexto hist¨®rico, sociol¨®gico y ling¨¹¨ªstico. En definitiva, como afirma Monreal, un trabajo escrupuloso para ¡°separar un poco el metal precioso de la ganga¡±.
Babelia
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