Nueva York-Barcelona: de viaje por el ¡®underground¡¯

Trompetista en vanguardia y veterano de la escena no wave neoyorquina, Mark Cunningham (Nueva Jersey, 1952) lleva un cuarto de siglo residiendo en Barcelona. Un nuevo proyecto, Blood Quartet, le devuelve al formato de banda, pues nace de la absorci¨®n del tr¨ªo de rock catal¨¢n Murnau B. El m¨¢s reciente disco del cuarteto sangriento, Deep Red (2016), afianzaba un lenguaje propio ¡ªritmos pausados, instrumentaci¨®n org¨¢nica, et¨¦reos resoplidos¡ª fruto de la trayectoria de un artista que desde los tiempos de su primer grupo, Mars, habita los m¨¢rgenes de lo experimental.

Entre los hallazgos de Brian Eno suele olvidarse su prospecci¨®n del Nueva York de finales de los setenta, el abrasivo interregno no wave. El ¨¢lbum resultante, No New York (1978), descubr¨ªa a los estridentes James Chance & The Contortions, Teenage Jesus & The Jerks, DNA y a Mars, donde Cunningham tocaba el bajo. Adiestrado en trompeta y saxo desde la infancia, adoptar¨¢ la guitarra para emular a los grupos de rock que, en su adolescencia, ve actuar en el Fill?more East. Fundados en 1975, Mars se sienten parte de una tradici¨®n neoyorquina que va de los Velvet a Suicide, e impulsar¨¢n una escena de gran carga conceptual que, musicalmente, no produjo ¨¦xitos. La idea era alienar al p¨²blico, no satisfacerlo.

¡°Aparecimos tras Television y The Voidoids, pero busc¨¢bamos algo m¨¢s nuestro y novedoso, con influencias del free-jazz, el primitivismo y los compositores experimentales¡¯¡¯, explica. ¡°Luch¨¢bamos contra la misma idea de banda rock: un club para chicos ¡ªen Mars hab¨ªa dos mujeres¡ª y siempre los mismos tres acordes. En aquella ¨¦poca era barato vivir en Nueva York, f¨¢cil dar con locales de ensayo y m¨²sicos con tiempo libre, fueron a?os muy creativos. Esto nos dio una inmensa libertad, pero limit¨® nuestra audiencia al downtown, no se nos aceptar¨ªa hasta mucho despu¨¦s. Sonic Youth, Swans y otros aprovecharon el terreno que hab¨ªamos labrado y tuvieron un p¨²blico m¨¢s receptivo¡¯¡¯.

En 1986, viajando con la banda Don King, recala en Barcelona. Es verano y la ¨²ltima fecha de la gira, as¨ª que decide quedarse unos d¨ªas a improvisar con m¨²sicos locales: el ide¨®logo V¨ªctor Nubla (Macromassa) y otros como Gat y Anton Ignorant, que le invitan a participar en su proyecto Buildings, con quienes recorre Espa?a y descubre el flamenco que hab¨ªa vislumbrado en Miles Davis. La escena experimental barcelonesa de aquellos a?os le recuerda a la neoyorquina de sus inicios, tan endog¨¢mica y exc¨¦ntrica, volcada en el hazlo-t¨²-mismo.

¡°Me sent¨ªa como en casa¡¯¡¯, confiesa. ¡°Naturalmente que hab¨ªa particularidades: en aquellos primeros d¨ªas de la globalizaci¨®n todav¨ªa quedaban sabores locales. Gat y Anton Ignorant, con quienes estuve en Raeo, eran autodidactas como yo, y lo mismo Pascal Comelade, con quien toqu¨¦ en la Bel Canto Orchestra. Raeo mezclaban electr¨®nica anal¨®gica, bajo y trompeta, un sonido intimista pero afilado. Ve¨ªamos nuestras canciones como historias sin palabras, muy cinematogr¨¢ficas. Pascal, por otro lado, ten¨ªa esa cosa mediterr¨¢nea mezclada con rock de ra¨ªces e instrumentos de juguete. Fue el asunto m¨¢s popular en el que he participado¡¯¡¯.

En 1990 hab¨ªa conocido a Silvia Mestres en Nueva York. Se enamoraron y decidieron instalarse en Barcelona, donde adem¨¢s de las citadas alianzas musicales colabora con su compa?era no wave Lydia Lunch, que pasa temporadas en la ciudad, y participa en grabaciones de Superelvis, Beef, Telefilme o Mil Dolores Peque?os. En el sello madrile?o de estos ¨²ltimos, Por Caridad, publica su primer trabajo en solitario. Blood River Dusk (1997) oferta una atmosf¨¦rica selecci¨®n de sampleados anal¨®gicos y paisajes surrealistas a lo Cormac McCarthy. Reeditado, suena todav¨ªa contempor¨¢neo.

¡°Me satisface el modo en que ha envejecido mi m¨²sica¡¯¡¯, razona a sus 65 a?os. ¡°Creo que se mantiene atemporal en t¨¦rminos de caracter¨ªsticas estil¨ªsticas espec¨ªficas, por lo que no resulta f¨¢cil fecharla. Con Silvia Mestres trabajamos muy duro en Blood River Dusk, pudimos grabarlo en casa con una grabadora digital que nos prestaron Superelvis, suena hermoso y denso, muy c¨¢lido. Tambi¨¦n los discos de Convolution, otro proyecto con Silvia, se grabaron as¨ª¡¯¡¯.

Su actual praxis en los tel¨²ricos Blood Quartet supone un regreso al m¨¦todo original de Mars: componer y ensayar, dejando espacio a la improvisaci¨®n. Hoy encuentra m¨¢s libertad en este planteamiento que en la improvisaci¨®n lib¨¦rrima; y disfruta de la qu¨ªmica que le une al guitarrista Llu¨ªs Rueda, el bajista Kike Bela y el bater¨ªa C¨¤ndid Coll, de su progresi¨®n natural. Preparan nuevo ¨¢lbum como artistas residentes en el centro cultural Fabra i Coats, espacio id¨®neo donde seguir elaborando su sonido.

¡°Claro que me influyeron Miles y Chet Baker, eran mis h¨¦roes, pero quise impregnarme de ese sonido ¨ªntimo para dar con mi propia versi¨®n¡¯¡¯, concluye. ¡°Aprend¨ª de o¨ªdo y no soy muy t¨¦cnico, pero poseo un estilo propio y exigente. El trompetista con el que actualmente m¨¢s me identifico es ?Bill Dixon. Veo una fuerte conexi¨®n con lo que hago; fue el primer trompetista que us¨® efectos electr¨®nicos. Adem¨¢s, segu¨ªa tocando a los 85 a?os, lo que resulta alentador¡¯¡¯.

'Dep Red'. Blood Quartet. Hang The DJ REcords.