La luz de Cuba, en 250 caras (y manos)
La exposici¨®n ¡®Cuba iluminada¡¯, del fot¨®grafo espa?ol H¨¦ctor Garrido, llega a Madrid con los retratos de personalidades culturales de la isla
En 2010, el fot¨®grafo H¨¦ctor Garrido (Huelva, 1969), dej¨® la fotograf¨ªa documental que ejerc¨ªa en Do?ana y encontr¨® en Cuba una cara que no se cansaba de fotografiar. Una cara hecha de muchas caras. 250 personalidades cubanas han posado desde entonces para el objetivo de Garrido, empe?ado en hacer un cat¨¢logo visual del mundo del arte y la cultura de la isla. La muestra que cristaliza su trabajo, Cuba iluminada, llega ahora a Madrid, a Casa de Am¨¦rica, y podr¨¢ verse hasta el pr¨®ximo 28 de febrero.
¡°Siempre he retratado a gente, sus rostros, pero no los exhib¨ªa¡±, confiesa Garrido. M¨¢s centrado, antes, en la fotograf¨ªa a¨¦rea y cient¨ªfica, Garrido fue uno de los pocos habitantes de Do?ana, espacio que tambi¨¦n supo captar como nadie ¡ªsuyas son, por ejemplo, las impresionantes tomas cenitales con las que se abre la pel¨ªcula La isla m¨ªnima¡ª. Pero con Cuba Iluminada dio rienda suelta a esa pasi¨®n por los retratos. Desde ese 2010, esas ¡°gentes¡± a la que retrataba pasaron a ser representantes de todas las caras de ese poliedro que es el arte: escritores, m¨²sicos, dramaturgos, core¨®grafos cubanos. ¡°La muestra tiene mucho de evoluci¨®n personal. Ha cambiado mi forma de vivir¡±.
Muchos de los retratados se han convertido, confiesa con una voz en la que se han filtrado ecos cubanos, en amigos fundamentales. Pero de todas las relaciones trabadas por obra y gracia de la c¨¢mara, una pesa m¨¢s que ninguna. ¡°Laura, con la que sin ella hoy ya no concibo la vida¡±. Laura es Laura de la Uz, una de las m¨¢s importantes actrices cubanas, de la que tras retratarla ya no se ha separado y que es tambi¨¦n la productora de la exposici¨®n. ¡°Yo tengo la culpa de que la exposici¨®n siga abierta¡±, confiesa entre risas la actriz. ¡°?l quer¨ªa hacer 100 retratos, pero yo le dije, ¡®?solo 100?, en solo 100 fotos no cabe Cuba¡±.
?Qu¨¦ tienen en com¨²n las caras cubanas? ¡°Las caras cubanas y las manos cubanas¡±, corrige Garrido. ¡°Porque en la exposici¨®n hay en realidad dos materias primas: las caras y las manos¡±, dice, y se acerca la imagen de la core¨®grafa Lizt Alfonso. ¡°Ella me dijo que su gran obra eran sus alumnas¡±. Y con sus alumnas aparece retratada. Concretamente, con las manos de sus alumnas, como si fueran un vestido de manos que la abraza. Es cierto, por todas partes en la exposici¨®n hay manos: las manos del boxeador ol¨ªmpico F¨¦lix Sav¨®n, con la u?a del pulgar retra¨ªda; la mano de Chucho Vald¨¦s sobre sus labios, pidiendo silencio mientras el pianista mira a c¨¢mara; las manos de la poeta Carilda Oliver, arrugadas y con las u?as rosas, sobre una blusa blanca y liviana.
Cambiemos, entonces, la pregunta. ?Qu¨¦ tienen en com¨²n las caras y las manos cubanas? ¡°Para m¨ª, una cercan¨ªa¡±, sostiene el fot¨®grafo. Cuando pis¨® Cuba le hicieron falta solo unos minutos para saber que hab¨ªa llegado a casa. ¡°Hay mucho v¨ªnculo real entre Cuba y Espa?a. Pero mucho m¨¢s profundo entre Andaluc¨ªa y Cuba. Al llegar sent¨ª que, de alguna manera, estaba en un pa¨ªs que no era el extranjero¡±, explica.
¡°Sent¨ªa que en mi propio pa¨ªs el mecanismo cultural estaba oxidado. Al llegar a Cuba percib¨ª que no era as¨ª¡±, contesta sobre c¨®mo nota el pulso de la cultura cubana despu¨¦s de tomarlo con su objetivo. ¡°Aqu¨ª necesitamos mecanismos culturales m¨¢s frescos, renovados, que renueven y potencien sin llegar al ¨¢mbito de la subvenci¨®n estatal, que va viciando la creaci¨®n¡±, explica. ¡°Muchas veces, creo que los artistas espa?oles, y europeos, producen para recibir subvenciones antes que producir lo que realmente sienten¡±.
Nuevas promesas
Garrido repasa an¨¦cdotas mientras se pasea entre esas figuras importantes. ¡°Figuras importantes y no tanto¡±, replica. Entre los retratos de varios pianistas fundamentales, como Chucho Vald¨¦s o Frank Fern¨¢ndez, se cuela, por ejemplo, el joven Ahmed Alom Vega: la foto de un muchacho de 19 a?os entre las butacas del Teatro Mart¨ª, en La Habana. ¡°Est¨¢ llamado a ser alguien fundamental del piano cubano¡±. Garrido cuenta c¨®mo, cuando lleg¨® a su casa, el joven pianista no toc¨® el piano del fot¨®grafo, ¡°pero lo acariciaba siempre que pod¨ªa. Al d¨ªa siguiente volvi¨® a casa a tocarlo¡±. Le hab¨ªa quedado esa espina clavada.
La exposici¨®n en Casa de Am¨¦rica, que puede visitarse hasta el pr¨®ximo d¨ªa 28 de febrero, lejos de los cl¨¢sicos marcos o paspart¨²s, se basa en im¨¢genes claveteadas en la pared. ¡°Nos gustaba mucho esa idea, reivindicar un proyecto abierto, vivo¡±. Porque, lejos ya de esa idea inicial de cerrar su trabajo despu¨¦s de la foto n¨²mero 100, Garrido sigue ampliando Cuba Iluminada.
¡°Hace 20 d¨ªas segu¨ªa haciendo retratos, que no llegaron a tiempo aqu¨ª¡±, explica. Hoy vive con De la Uz en La Habana, junto a la que regenta un espacio cultural ¡ª¡°una especie de hotel¡±, explica¡ª. ¡°Tenemos nuestro proyecto de vida all¨ª¡±, cuenta. ¡°En realidad, bueno, pasamos la vida viajando. Pero uno tiene que poner sus libros en alg¨²n sitio¡±, concluye el fot¨®grafo que fue a encontrar la cara de un pa¨ªs en sus fotos y acab¨® encontrando su propia vida.
Babelia
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