Nathalie Poza, el frenes¨ª del ¨¦xito
La madrile?a obtiene el Goya a mejor actriz protagonista por 'No s¨¦ decir adi¨®s' y corona una trayectoria curtida en el teatro
Sobre las nueve de la noche de la v¨ªspera de los Goya, el m¨®vil de Nathalie Poza (Madrid, 1972) empieza a sonar. Le llama un n¨²mero extra?o, largu¨ªsimo. La actriz enseguida inquiere:
-?Eres el taxista?
-No, lo siento. Es para entrevistarle.
-Perdona. Es que mi vida es un sinsentido.
Una quincena de minutos despu¨¦s, cuando el taxi ya la ha llevado a casa, la int¨¦rprete se r¨ªe: ¡°Soy exagerada, porque soy actriz, pero est¨¢ siendo una locura, nunca hab¨ªa hecho un gran slam as¨ª¡±. Pese a tres nominaciones anteriores a los Goya, y a filmes como La flaqueza del bolchevique o D¨ªas de cine, pocos conoc¨ªan a una int¨¦rprete curtida sobre todo en el teatro ¡ªdesde sus comienzos con el grupo Animalario¡ª y varias series. Pero el s¨¦ptimo arte al fin la ha entronizado. Premio Forqu¨¦, Feroz y, ayer, la joya de la corona: Goya a la mejor actriz protagonista, por su Carla, una mujer que afronta el c¨¢ncer de su padre en No s¨¦ decir adi¨®s. "Este oficio me ha salvado la vida. Si no me hubiera agarrado a esto no s¨¦ qu¨¦ hubiera sido de m¨ª", afirm¨® ya con el cabez¨®n entre manos.
Y eso que Poza quiso rechazar ese papel. Autodestructiva y herm¨¦tica, Carla la asomar¨ªa a un abismo. ¡°Est¨¢ tan instalada en la negaci¨®n que me daba respeto. Y hab¨ªa cosas del guion que me resonaban, conoc¨ªa esa despedida¡±, relata la int¨¦rprete, que hace ocho a?os perdi¨® a su padre. Rodar en hospitales reales no ayudaba: ¡°Huelen todos igual¡±. Eso s¨ª, la relaci¨®n con el director, el debutante Lino Escalera, se hizo tan estrecha que se ha repetido en la serie Traici¨®n y cuesta imaginar que no lo haga en la pantalla grande.
En realidad, las dudas iniciales conviven con Poza. ¡°Siempre me quiero marchar, pienso que no lo s¨¦ hacer¡±, afirma. Dice que los premios no le han tra¨ªdo de momento muchas ofertas de trabajo pero en eso s¨ª ayudan: ¡°Dan entusiasmo. Piensas: ¡®?Para qu¨¦ me voy a retirar? Esta semana no¡±.
Al hablar, en cambio, la actriz no muestra grandes frenos: ¡°No me gusta discutir, pero el temperamento forma parte del artista. No me creo un proceso creativo en el que fue todo id¨ªlico¡±. Impulsiva y transparente por su propia definici¨®n, Poza dispara respuestas a un ritmo contagioso. Cuenta que de joven se apasion¨® al ballet y al piano, que quiso ser Lou Reed y tocar en Velvet Underground y que su falta de filtros le ha jugado alguna mala pasada con la prensa. No por eso ha dejado de decir lo que piensa: cree que la sociedad y el cine a menudo ¡°cosifican¡± a la mujer y reivindica m¨¢s papeles femeninos, sobre todo mayores: ¡°?Si mi amigo Antonio de la Torre, a los 50 a?os, est¨¢ en el c¨¦nit de su carrera, por qu¨¦ a una actriz de su edad no le puede ocurrir?¡±.
¡°Me gustan mucho los rodajes, igual me siento m¨¢s c¨®moda detr¨¢s o dentro de un personaje. Tal vez por eso me hice actriz. Lo que me ha costado es aceptarme, vivir fuera de eso. En la actuaci¨®n est¨¢s en el momento, en la vida tenemos exceso de pasado y futuro¡±, agrega. Detr¨¢s, Poza ha dejado un sendero complicado ¡ª¡°no fue un camino de rosas¡±¡ª, que arranc¨® junto al otro actor triunfador de los Goya, Javier Guti¨¦rrez. ¡°El otro d¨ªa pas¨¦ delante de nuestra primera escuela y dije en voz alta: ¡®?Lo hemos hecho!¡±.
En su futuro, en lugar de tantas galas, Poza ve paseos por Madrid, coger el metro y, sobre todo, trabajo. Ensay¨® el d¨ªa antes de los Goya y el lunes empieza una nueva pel¨ªcula. Vuelta a la normalidad. Tiene sentido.
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