¡®Ven a cenar conmigo¡¯: Gastro Aquelarre
Ni carne ni pescado, ni chicha ni limon¨¢. Eso fue anoche el estreno de 'Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition'
J¨²ntese a una escritora laureada, poliamorosa sin complejos y animalista salvaje. A un matador de toros conocid¨ªsimo en su cortijo, chulito de su dehesa y ¡°zimp¨¢tico¡± como ¨¦l solo. A una presentadora de eventos, actriz de culto y n¨²mero dos de su promoci¨®n de Biol¨®gicas. Y a un brujo propiamente dicho amueblado con un visonazo de se?ora de provincias y una trenza de Fumanch¨² albino. Conv¨®queseles a una cena a ciegas en casa de la antedicha juntaletras metida a cocinera por un d¨ªa y d¨¦jeseles a su bola sin m¨¢s instrucciones que comerse lo que les echen y meterse ca?a ad libitum. El resultado: un fiasco sin forma humana de comerlo ni beberlo. Ni carne ni pescado, ni chicha ni limon¨¢, ni ton ni son ni nada. Eso fue anoche el estreno de Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition en Cuatro: un gastro aquelarre. Una reuni¨®n de brujas/os que no daba morbo ni miedo, aunque s¨ª un poquito de asco. Un presunto bombazo sin m¨¢s muertos ni heridos que el fantasma de Gustavo Adolfo B¨¦cquer que dicen que pululaba por la casa y la flora intestinal del respetable al ver el aspecto de v¨®mito de ¨ªncubo de algunos de los platos e imaginarse a qu¨¦ diablos sab¨ªan.
Probablemente, Luc¨ªa Etxebarr¨ªa, V¨ªctor Janeiro, Ana Obreg¨®n y Rappel Con Dos Pes no hubieran quedado ni muertos a una cena de amigos. Pero los 3.000 euros del premio y la correspondiente cuota de pantalla de estar una semana yendo y viniendo a cenar a casa de unos y otros a ver qui¨¦n es mejor anfitri¨®n debieron de ser lo bastante convincente para ellos. Desde luego, no para los convidados de piedra: los espectadores. Lo dijo Etxebarr¨ªa al comienzo de tama?o G-4: ¡°el caos genera creatividad¡±. Y, aunque lo dijo para disculpar el desorden de almac¨¦n robado de su casa, ¡°embrujada¡± seg¨²n ella misma, sus palabras resultaron prof¨¦ticas. Un caos sin orden ni concierto ni creatividad ni gracia ninguna fue lo que vimos. Ni Rappel con sus conjuros de cuarta, ni Ana Obreg¨®n con sus idas de olla, ni V¨ªctor Janeiro con sus sentencias de S¨¦neca de Ubrique ¡ª¡°Como artista que soy, me encanta el arte¡±¡ª pudieron hacer nada para levantar el muerto. Al lado de semejante animalario, el zoo de Ambiciones y su tigre manso Currupipi se quedaba en nada.
Total que, aunque bien saben Vasile y Carlotti que una no es precisamente delicada de est¨®mago para el condumio televisivo y que, a ciertas horas del prime-time, me trago lo que me echen, hay cenas que se me hacen bola. Con todo, pude pescar al vuelo algunas perlas cultivadas. A saber: que Rappel se llama Rafael en el Registro y es una fiera en el t¨¢lamo. Que Ana Obreg¨®n le moj¨® los piercings a Luc¨ªa?Etxebarr¨ªa en un Sant Jordi firmando 200 libros suyos por cada uno de la ex Premio Planeta. Y que Victor Janeiro es, en efecto, zimp¨¢tico como ¨¦l zolito. Por lo dem¨¢s, ya lo dijo la biocient¨ªfica Obreg¨®n al principio del simposio: ¡°Cuando uno bosteza, oxigena el cerebro¡±. Pues eso. Que me fui a la cama tan oxigenada que ahora las mechas dorado Malib¨² que me costaron un Congo el lunes pasado me tiran a platino Goteborg.
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