Luis Masson, fot¨®grafo de intrigas palaciegas y monumentos
Una exposici¨®n y una monograf¨ªa rescatan la obra del olvidado autor franc¨¦s, que recorri¨® Espa?a en el siglo XIX
No se sabe el motivo por el que lleg¨® a Sevilla, en su trayectoria como fot¨®grafo hay etapas oscuras, vinculadas a intrigas palaciegas que silenciaron su nombre, y se desconoce con exactitud cu¨¢ndo y d¨®nde muri¨®. La enigm¨¢tica vida del fot¨®grafo Louis Leon Masson (Tours, 1825-?) y el valor de su obra empiezan por fin a aclararse gracias a una exposici¨®n en el Centro Andaluz de la Fotograf¨ªa, en Almer¨ªa, abierta hasta el 18 de marzo, y a una cuidada monograf¨ªa (Ediciones del Genal) que reproduce 511 im¨¢genes ¡ªla mitad de Sevilla¡ª, en su mayor¨ªa desconocidas. Las piezas han sido recabadas de centros como el Museo Getty (Los ?ngeles), la British Library y el Victoria & Albert (Londres), la Biblioth¨¨que Nationale (Par¨ªs) y coleccionistas privados. En Espa?a, hay fotos de Masson en la Biblioteca Nacional, el Museo del Prado y el Museo Universidad de Navarra.
"Llev¨¢bamos a?os tras su pista, investigando en Sevilla, Madrid y Francia, porque sospech¨¢bamos que era m¨¢s importante de lo que parec¨ªa", dice por tel¨¦fono Juan Antonio Fern¨¢ndez Rivero, autor del volumen junto a su esposa, Mar¨ªa Teresa Garc¨ªa Ballesteros, ambos al frente de la Colecci¨®n Fern¨¢ndez Rivero, desde hace m¨¢s de 25 a?os, especializados en fotograf¨ªa espa?ola del XIX. Al olvido de Masson contribuy¨® la, hasta ahora, principal biograf¨ªa, que le colg¨® el sambenito de "fot¨®grafo de muertos". "Hoy se puede decir que fue uno de los m¨¢s importantes en Espa?a en el siglo XIX", junto a los grandes? reconocidos por los expertos, Clifford y Laurent. Fern¨¢ndez Rivero calcula que, desde que Masson lleg¨® a Sevilla, en mayo de 1858, hasta 1870, tom¨® unas 800 im¨¢genes.
"Se desconoce por qu¨¦ vino a Andaluc¨ªa, lo m¨¢s probable es que fuera por alg¨²n encargo en fotograf¨ªa estereosc¨®pica de una firma parisiense", se?ala Fern¨¢ndez Rivero (M¨¢laga, 1956). "La estereoscopia fue un gran negocio en los albores de la fotograf¨ªa y Masson era un maestro". Se trataba de un formato en el que dos im¨¢genes unidas, tomadas desde distintos ¨¢ngulos, se convert¨ªan en una sola, tridimensional, cuando se contemplaban con un visor. Masson abri¨® estudio en Sevilla y de inmediato puso un anuncio en prensa: "Retratos sobre placa, papel, vidrio [¡] Vistas, reproducci¨®n de pinturas antiguas, modernas y retratos de muertos".
El fot¨®grafo franc¨¦s decidi¨® rebautizarse como Luis en la ciudad andaluza. All¨ª coincide con un personaje fundamental en su vida, su compatriota el duque de Montpensier, pr¨ªncipe que hab¨ªa aspirado a casarse con la que luego fue Isabel II, pero tuvo que conformarse con la hermana menor. Antonio Mar¨ªa de Orleans organiz¨® junto a Mar¨ªa Luisa Fernanda de Borb¨®n una corte paralela en Sevilla... y era un enamorado del joven invento de la fotograf¨ªa.
Reproducciones de Murillo
Fern¨¢ndez Rivero, que posee 270 fotos de Masson, cree que en alg¨²n momento este se ofreci¨® como fot¨®grafo al duque y as¨ª comenz¨® una relaci¨®n que luego tuvo ramificaciones. Masson fue uno "de los primeros que hace reproducciones de obras de Murillo, muy demandado entonces en Francia e Inglaterra". Con la ayuda de su mujer, Lorenza Simonin Berard, recorre Andaluc¨ªa con dos c¨¢maras, "para tomar fotos normales y estereosc¨®picas de vistas y monumentos". Su objetivo se centra en Sevilla: el Alc¨¢zar, la catedral, la Casa de Pilatos, preciosas vistas del Guadalquivir¡ Tambi¨¦n retrata Granada, C¨®rdoba, M¨¢laga y C¨¢diz. Fern¨¢ndez Rivero destaca de su t¨¦cnica "el gusto por jugar con las l¨ªneas que hac¨ªan sombras en los monumentos, era un fot¨®grafo comercial pero con estilo, equilibrado". Tambi¨¦n hace retratos pintorescos como Mujer con guitarra o Bailarina con abanico y mantilla.
Pese a estar bien situado en Sevilla, Masson emprende "un extra?o viaje a Madrid en septiembre de 1866, cuando se est¨¢ gestando la ca¨ªda de Isabel II". En la capital decide pasar casi inadvertido. "Se instala en un piso bajo cuando lo normal en los fot¨®grafos era hacerlo en el ¨²ltimo, para tener m¨¢s luz". Fern¨¢ndez Rivero, en su libro Descubriendo a Luis Masson, conjetura con que estuviese en la capital cumpliendo alg¨²n encargo del duque. Cuando estalla el periodo revolucionario, en 1868, se marcha de Madrid y se desplaza al norte. El duque de Montpensier ha perdido sus opciones a la corona, en manos de Amadeo I de Saboya, y quiz¨¢s es buen momento para esfumarse. Su v¨ªnculo con un personaje tan intrigante explica que "hoy apenas se conserve obra suya en el Palacio Real o la Biblioteca Nacional".
El siempre discreto Masson no contrata espacios en la prensa para anunciarse, ni hay registro suyo en los padrones en los a?os siguientes. Sigue el camino de las ciudades a las que llega el ferrocarril, ?vila, Salamanca, Valladolid, Burgos... para retratarlas, hasta la frontera con Francia, como demuestra una foto del puente de Endarlaza (Navarra), en 1874. Su rastro desaparece.
"En torno a 1879, vuelve a haber noticias de ¨¦l en Sevilla". Las aguas se han calmado pero los tiempos son otros. La monarqu¨ªa se ha restaurado en Alfonso XII, Masson ha perdido el contacto con sus antiguos clientes y el fot¨®grafo que se estila es Laurent. Las brumas le acompa?an hasta el final de su vida. ?Muri¨® en Sevilla o volvi¨® a Francia para pasar all¨ª sus ¨²ltimos momentos? El rastro de Masson se pierde en 1881. Ahora emerge como uno de los m¨¢s grandes de las primeras d¨¦cadas de la fotograf¨ªa en Espa?a.
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