Los hijos gamberros de Beatrix Potter
El trabajo de Will Gluck y sus ayudantes es brillant¨ªsimo en lo t¨¦cnico y notablemente eficaz en lo expositivo
PETER RABBIT
Direcci¨®n: Will Gluck.
Int¨¦rpretes: Domhnall Glesson, Rose Byrne, Marianne Jean-Baptiste, Sam Neill.
G¨¦nero: f¨¢bula animada. Reino Unido, 2018.
Duraci¨®n: 95 minutos.
Cuando la brit¨¢nica Beatrix Potter comenz¨® a escribir e ilustrar sus libros infantiles en los primeros a?os del siglo XX ¡ªlleg¨® a publicar 23 entre 1902 y 1930¡ª, cortados por un patr¨®n narrativo esencialmente meloso y sencillo y un dibujo tierno y pastel, poco pod¨ªa imaginar que m¨¢s de un siglo despu¨¦s alguien har¨ªa una pel¨ªcula tan vertiginosa, gamberra y de trazos tan realistas como Peter Rabbit, adaptaci¨®n de su personaje m¨¢s famoso.
Los tiempos han cambiado tanto que lo que en sus cuentos era un tono familiar ahora lo sigue siendo en la pel¨ªcula, aunque con unas peculiaridades que poco tienen que ver con los originales de la escritora. As¨ª, el trabajo de Will Gluck y sus ayudantes es brillant¨ªsimo en lo t¨¦cnico y notablemente eficaz en lo expositivo, pero casi nos atrever¨ªamos a decir que esto no es Beatrix Potter sino una efervescente sublimaci¨®n de Alvin y las ardillas con una reivindicaci¨®n de lo rural como sello de estilo moral.
La parte animada de los animales, en su concepci¨®n realista, su movimiento, interacci¨®n con las personas reales y expresividad facial y gestual es directamente portentosa. Y la velocidad de los gags y de los di¨¢logos, con r¨¦plicas y contrarr¨¦plicas brillantes, revela que en Gluck y su coguionista, Rob Lieber, hay dos excelentes c¨®micos, capaces de dotar a su pel¨ªcula de detalles metaling¨¹¨ªsticos y de crear potentes secundarios casi de la nada, con apenas unos trazos de conducta, y ah¨ª el gallo y el ciervo son dos espectaculares ejemplos.
Mejor en su primera mitad que a partir de la llegada del amor entre sus dos protagonistas humanos, Peter Rabbit sabe incluso cu¨¢ndo terminar a tiempo. Y justo en el momento en el que est¨¢ a punto de hacerse bola por reiteraci¨®n, se desvanece con un final en¨¦rgico y diligente. Como una chuche provocadora de un placer nada culpable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.