Reivindicar a base de rock
Egon Soda lanzan su cuarto disco, 'El rojo y el negro', con grandes dosis de ideolog¨ªa de izquierdas
Su anterior disco estaba inspirado por los versos del poeta estadounidense Walt Whitman. En este les mueve algo m¨¢s prosaico: la pol¨ªtica. O m¨¢s bien sus orillas, esos lugares donde los ciudadanos se encolerizan porque es su ¨²nico arma, aparte del voto, frente a la frustrante impunidad de sus gobernantes. As¨ª lo ve la banda Egon Soda, y con El rojo y el negro, lo hacen a trav¨¦s de sus canciones. Y a las claras. Las letras de Ferr¨¢n Pont¨®n reivindican sin met¨¢foras.
El t¨ªtulo tampoco tira de circunloquio: rojo por su signo pol¨ªtico, negro porque se abrazan a la m¨²sica americana de ra¨ªz, m¨¢s que nunca antes, la que debe su germen al continente africano. En el cuarto trabajo de los barceloneses, siempre afinados por encima de la media patria, hay rock, funk, blues, y jazz. No es un viraje radical: el pop alicatado de Egon Soda sigue all¨ª, pero ahora son m¨¢s generosos con el aderezo.
La entrevista con Ricky Falkner (voz y bajo) y Ferr¨¢n Pont¨®n (guitarra y letrista) comienza hablando de pol¨ªtica. Los dos acaban de entrar en las cuarentena y no se andan con rodeos: son conscientes de que las canciones son tan expl¨ªcitas en lo que cuentan que incluso le comen terreno a lo musical. "No hay solo una cr¨ªtica a la clase pol¨ªtica. Tambi¨¦n a uno mismo. Por una falta de reacci¨®n", dice Pont¨®n, y sigue: "He tenido la suerte de haber sido educado por mi familia en unas ideas que, a mi parecer, son las justas, pero en algunas canciones hablo de que me gustar¨ªa ser m¨¢s coherente con lo que soy, y de c¨®mo puede ser que a estas alturas a¨²n me pida coherencia. Eso es lo que ha originado algunas letras".
Lucha de clases, Esp¨ªritu de Transici¨®n o Mi famoso gancho de izquierda son algunos de sus t¨ªtulos sin dobleces. Glasnost, otro, significa en ruso "transparencia", y es el nombre que recibi¨® la apertura pol¨ªtica y de los medios de comunicaci¨®n del bloque sovi¨¦tico justo antes de su colapso. En el estribillo dicen: "el mundo se alimenta de tu voz". Trasluce una cr¨ªtica a lo que entendemos por libertad en un mundo hiperconectado que muchas veces supone, por contra, la b¨²squeda de una voz ¨²nica que no sea manipulada.
"Tiene que ver precisamente con la comunicaci¨®n en las redes", explica Pont¨®n: "Todo el mundo opina y eso genera un sistema casi aut¨®nomo, impermeable a los medios, que no siempre usa esas opiniones para el bien com¨²n. Y por otro lado, es bueno que la gente tenga una opini¨®n, que pueda darla, pero tambi¨¦n es crucial saber escuchar, y ponerte en relaci¨®n a lo que dice el otro. Eso no siempre existe en las redes sociales".
La conversaci¨®n sigue por derroteros hist¨®ricos para explicar lo que dicen algunas de las canciones: "Marx no tiene la culpa de Stalin. Fue un pensador brillante, no solo para la gente de izquierdas. No estaba en contra del capitalismo, solo dec¨ªa que ten¨ªa una fecha de caducidad y hab¨ªa que buscar un sistema mejor", reflexiona Pont¨®n. Y concluye: "Un capitalismo m¨¢s humanista funcionar¨ªa mejor. No la merienda que es el actual, en el que tres se benefician del resto".
Tambi¨¦n hay m¨²sica, claro. "Nos quer¨ªamos mover en otra direcci¨®n, a¨²n m¨¢s americana", dice Falkner. "Lo hablamos desde el principio con Jordi Mora, nuestro productor. Nos empuj¨® hacia ah¨ª. Y el cambio tal vez fue m¨¢s notable de lo que pretend¨ªamos". Y concluye: "Lo bonito es que el proceso de grabaci¨®n siempre es un proceso tierno, con mucha amistad, que nunca sabes c¨®mo va a acabar y en el que aprendes un mont¨®n de m¨²sica. Nos compenetramos mucho: ten¨ªamos 10 d¨ªas para 10 canciones y nos sobr¨® un d¨ªa".
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