Jugando al ¡®Cluedo¡¯
En manos de Agatha Christie, el g¨¦nero era un artefacto tan despojado de lo pulsional como un juego de mesa
LA CASA TORCIDA
Direcci¨®n: Gilles Paquet-Brenner.
Int¨¦rpretes: Glenn Close, Max Irons, Gillian Anderson, Christina Hendricks.
G¨¦nero: thriller. Reino Unido, 2017.
Duraci¨®n: 115 minutos.
¡°Se traz¨® una trayectoria que sigui¨® hasta el fin sin ansias culturizantes ni innovadoras. Y el p¨²blico no esperaba otra cosa de ella. Sus lectores sab¨ªan lo que iban a encontrar en una novela de Agatha Christie y no se sintieron nunca defraudados¡±, escrib¨ªa Salvador V¨¢zquez de Parga en su divulgativo Los mitos de la novela criminal, fijando con precisi¨®n el tipo de placeres que la llamada reina de la novela policiaca proporcionaba a sus incondicionales: una garant¨ªa fundamentada en la previsibilidad y la limpia resoluci¨®n del enigma a partir de un limitado repertorio de variables. En sus manos, el g¨¦nero era un artefacto tan despojado de lo pulsional como un juego de mesa: no resulta extra?o, pues, que la especialidad de Miss Christie ¨Cla novela enigma- acabase inspirando una c¨¦lebre creaci¨®n para dados y tablero ¨Cel Cluedo- que, precisamente, lleg¨® al mercado el mismo a?o -1949-, en la que la escritora publicaba La casa torcida, una de las obras favoritas de su autora, que Gilles Paquet-Brenner ha llevado a la pantalla bajo la convicci¨®n de que al potencial p¨²blico de adaptaciones del cat¨¢logo de la Dama del Crimen tampoco tienen en alta estima la innovaci¨®n y la sorpresa.
El ciclo de versiones cinematogr¨¢ficas que abri¨® Asesinato en el Orient Express (1974), de Sidney Lumet, fij¨® un modelo que la nueva lectura de Kenneth Branagh parec¨ªa revivir en clave manierista: producciones con el crepuscular sentido del star-system de una pel¨ªcula de cat¨¢strofes¡ sin cat¨¢strofe. Paquet-Brenner se aplica a ese patr¨®n sin atisbo de inspiraci¨®n expresiva, pero Glenn Close, Julian Sands y Gillian Anderson, entre otros, le sacan las casta?as del fuego con su colectivo retrato de una aristocracia endog¨¢mica y monstruosa. Que, en este caso, el h¨¦roe no luzca particularidades habilidades deductivas suma un punto de extra?eza al previsible mecanismo.
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