Pitol, un monje de la literatura
Tanto con su obra personal como con la que tradujo, un fan¨¢tico de la literatura tiene suficiente material para entender el complejo arte de las letras
Fue lo que se llama un monje de la literatura. Un modelo ya en extinci¨®n. Todo en ¨¦l era un mundo de palabras. Construy¨® su propio templo. Y cre¨® una literatura propia, que sirvi¨® de gu¨ªa para muchos escritores de nuestra lengua. Les se?al¨® que no hab¨ªa l¨ªmites. Que siempre se pod¨ªa llegar a m¨¢s. Como amigo era el m¨¢s divertido hacedor de mundos propios. Cualquier situaci¨®n era reinterpretada bajo sus propias normas de ficci¨®n. Teni¨¦ndolo de amigo y c¨®mplice el mundo era un lugar con sentido.
Adem¨¢s de su misi¨®n como escritor, hay que recordar lo importante que fue durante una ¨¦poca su labor como traductor. No solamente con respecto a su excelencia pr¨¢ctica sino en la elecci¨®n de autores. Tanto con su obra personal como con la que tradujo, un fan¨¢tico de la literatura tiene suficiente material para entender el complejo arte de las letras. Su muerte no es una Muerte. Lleg¨® como mensajero y aqu¨ª est¨¢ su legado...
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