Venecia no olvida a Casanova, su libertino universal
La ciudad inaugura el primer centro en todo el mundo dedicado al escritor y aventurero, que naci¨® en la ciudad italiana pero tuvo que escapar tres veces de ella por sus licenciosas costumbres
Cuando Carlo Parodi se mud¨® a Venecia, hace algunos a?os, se puso a seguir el rastro de su h¨¦roe de infancia, Giacomo Casanova, que vio la luz en la ciudad italiana en 1725. Este empresario lombardo descubri¨® que exist¨ªa un ¨²nico espacio para recordar su memoria. Y que no estaba necesariamente a la altura de tan legendario personaje: una simple placa conmemorativa instalada en la calle Malipiero, discreta traves¨ªa pegada al Gran Canal, donde Casanova naci¨® y creci¨®. Cada vez que se paseaba por all¨ª, descubr¨ªa a turistas amontonados frente a esa inscripci¨®n, inmortalizando el momento con un selfie. ¡°Me dije que no era posible que ese fuera su ¨²nica huella en toda Venecia. Hab¨ªa que hacer algo para solucionarlo¡±, explica Parodi, dedicado a la importaci¨®n de prosecco en el Reino Unido.
Casanova es como un iceberg: solo conocemos una min¨²scula parte de ¨¦l
Decidi¨® inventarse un museo, el primero dedicado al escritor y aventurero en todo el planeta, que abri¨® sus puertas la semana pasada, coincidiendo con el 220? aniversario de la muerte de Casanova. Situado en un palacete del Quattrocento del barrio de Cannaregio, as¨ª llamado Casanova Museum and Experience es m¨¢s lo segundo que lo primero.
Parodi ha hecho una apuesta distinta a la del museo tradicional. Para empezar, su colecci¨®n se limita a un pu?ado de libros y objetos. Que nadie espere una rigurosa direcci¨®n cient¨ªfica, aunque los textos son abundantes y est¨¢n bien documentados. Pero su perfil es indudablemente l¨²dico. Al cruzar el umbral, el visitante se coloca unas gafas de realidad virtual, con las que logra transformarse en Casanova y vivir las mismas andanzas que este personaje protagoniz¨® en una ciudad de la que tuvo que escapar hasta tres veces, al verse perseguido por sus libertinas costumbres. ¡°No es un artista que pintara cuadros a los que ahora podamos contemplar. En realidad, yo creo que es su vida la que es una obra de arte¡±, sostiene Parodi. ¡°Por eso resultaba conveniente encarnar al personaje para lograr entender qui¨¦n fue¡±. El dise?ador Roberto Frasca, a cargo de los aspectos tecnol¨®gicos, le secunda: ¡°Este es un museo de la experiencia, donde el visitante debe ser el protagonista y no solo un ser pasivo que observa detr¨¢s de una vitrina¡±.
A lo largo de seis salas, el museo explora todas las aristas de su biograf¨ªa. Distintos hologramas y v¨ªdeos evocan su vida y su obra, entre vestidos de ¨¦poca y proyecciones de cuadros del Canaletto, e incluso un dormitorio donde el visitante es testigo de sus rituales de aparejamiento. Pese a todo, la principal obsesi¨®n de Parodi ha sido desmarcarse del mito del que Casanova termin¨® siendo v¨ªctima. ¡°Fue un gran seductor, pero tambi¨¦n un gran literato, m¨²sico, cient¨ªfico, diplom¨¢tico y agente secreto¡±, afirma el fundador del museo. ¡°Casanova es como un iceberg: solo conocemos una min¨²scula parte de ¨¦l. He querido devolverle su complejidad y su eclecticismo¡±. El nuevo museo recuerda que frecuent¨® a personajes como Rousseau, Voltaire o Mozart. Una aplicaci¨®n para m¨®vil completa la visita y permite recorrer distintos puntos de la ciudad vinculados a Casanova, como el Sottoportego dei Do Mori o el Caff¨¦ Florian, donde Casanova daba cita a sus conquistas. ¡°Es una idea importante recuperar a este personaje hist¨®rico y volver a situarlo en este bello lugar. Si Casanova es un veneciano por antonomasia, es porque esta no es la ciudad de quienes nacen aqu¨ª, sino de quienes deciden regresar a ella¡±, explic¨® el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, durante la inauguraci¨®n.
Casanova muri¨® en Bohemia, donde trabaj¨® como bibliotecario tras caer en el olvido y la miseria
Este es el primer museo Casanova, pero no ser¨¢ el ¨²ltimo. A finales de 2018, Parodi abrir¨¢ otro centro id¨¦ntico en Praga, recordando que el aventurero falleci¨® en Bohemia, donde trabaj¨® como bibliotecario al servicio del conde de Waldstein, tras caer en el olvido y la miseria. Tambi¨¦n ultima una versi¨®n itinerante de la exposici¨®n que pasar¨¢ por algunas de las ciudades donde vivi¨® San Petersburgo, Par¨ªs, Londres y ¡°una ciudad espa?ola¡±, todav¨ªa por determinar. En su d¨ªa, Casanova pas¨® por Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza entre 1767 y 1768, tras ser expulsado de Par¨ªs por sus indecorosas costumbres. Huy¨® tras ser hostigado por la Inquisici¨®n y expulsado de la capital catalana, donde pas¨® seis semanas encerrado en su Ciudadela. M¨¢s de dos siglos despu¨¦s de su muerte, Casanova volver¨¢ a recorrer la geograf¨ªa europea.
Fascinaci¨®n continua
Desde que sus exhaustivas memorias de 3.500 p¨¢ginas, Historia de mi vida, fueron reeditadas en los a?os 60, tras haber sobrevivido a un bombardeo de los aliados en Leipzig, Casanova se ha vuelto a convertir en objeto de fascinaci¨®n. Al final del recorrido, el museo veneciano pasa revista a las pel¨ªculas que se han inspirado en su vida, dirigidas por todo tipo de cineastas, de Federico Fellini a Albert Serra. Numerosas biograf¨ªas han intentado descifrar la clave de su existencia. Una de ellas, firmada por la psicoanalista Lydia Flem en los noventa, lo tild¨® de personaje prefeminista y atendi¨® a su sexualidad fluida y a sus experiencias con hombres y mujeres. Otra m¨¢s reciente, publicada en 2016 por Laurence Bergreen, se?alaba las carencias afectivas que habr¨ªa provocado el abandono de su madre, una actriz que lo dej¨® a cargo de su abuela y nunca le dio el amor que necesitaba. La Biblioteca Nacional de Francia adquiri¨® el manuscrito de Historia de mi vida en 2010 por 7 millones de euros, lo que la convirti¨® en la pieza m¨¢s costosa de su colecci¨®n
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