?Qui¨¦n puede matar a un hijo?
'Custodia compartida', meritoriamente dirigida por Xavier Legrand, arranca con algo lamentablemente rutinario: el proceso judicial para lograr la custodia de los hijos
CUSTODIA COMPARTIDA
Direcci¨®n: Xavier Legrand.
Int¨¦rpretes: Denis M¨¦nochet, L¨¦a Drucker, Thomas Gioria.
G¨¦nero: drama. Francia, 2018.
Duraci¨®n: 93 minutos.
Resulta intolerable ser testigo del sufrimiento de los ni?os, su machaque, su terror. Y nadie en su sano juicio certificar¨ªa que todos ellos son ¨¢ngeles, sabemos que en ocasiones pueden ser crueles entre ellos, abusar de los m¨¢s d¨¦biles, cebarse sin piedad con los que padecen taras f¨ªsicas o ps¨ªquicas. Pero tambi¨¦n representan la vulnerabilidad extrema, la ausencia de culpa, la inocencia amenazada. Las im¨¢genes de barbaries que m¨¢s han sobresaltado y desatado la l¨¢grima en cualquier ser humano que no sea un malnacido son la de una cr¨ªa vietnamita corriendo envuelta en napalm, el buitre acechando a una desnutrida y agonizante criatura en un poblado de Sud¨¢n y el cad¨¢ver de un ni?o sirio v¨ªctima de un naufragio en una playa de Turqu¨ªa.
El retrato m¨¢s genial que he visto en el cine del desamparo, el pavor y la capacidad de supervivencia de la infancia es La noche del cazador. Un cr¨ªo y su hermana peque?a huyen en la noche, a trav¨¦s de r¨ªos y bosques, de un ogro a caballo y vestido de negro que lleva tatuadas en sus manos las palabras amor y odio. Es su diab¨®lico padrastro, ha degollado a la madre, les quiere robar su herencia, su vida y su alma. Una viejecita en¨¦rgica, rodeada de gansos y de ni?os perdidos, ejercer¨¢ de ¨¢ngel protector al final de su aterrorizado camino enfrent¨¢ndose al monstruo.
La pel¨ªcula francesa Custodia compartida, meritoriamente dirigida por el principiante Xavier Legrand, habla inicialmente de algo tan frecuente y lamentablemente rutinario como un divorcio y el consecuente proceso judicial para lograr la custodia de los hijos. Es una secuencia muy larga en la que las abogadas de las dos partes utilizan ante la jueza la esgrima verbal para lograr que sus representados se lleven la mejor parte en la custodia de los hijos. Y comparto la opini¨®n de un amigo de que en esa vistilla en la que los litigantes permanecen callados hay un fallo de casting. La apariencia de ¨¦l es amenazante, la de ella excesivamente c¨¢ndida. A partir de ah¨ª se narra una historia progresivamente inquietante y que acaba en estado de puro terror.
Por supuesto, todo el mundo sufre en estas siniestras movidas y posee sus razones. Incluso la obcecada bestia, incapaz de admitir el definitivo naufragio de su matrimonio, el distanciamiento y el miedo que sienten hacia ¨¦l sus hijos y la que fue su esposa. Y lamento el calvario que sufre esta y la hija adolescente, pero lo que m¨¢s me impresiona es el llanto, el horror y la par¨¢lisis del ni?o peque?o. Su madre y su hermana poseen defensas, tambi¨¦n hombres que las quieren, pero la intemperie emocional del cr¨ªo, su continuo temor a las volc¨¢nicas explosiones del padre, a la permanente amenaza que late en ¨¦l me provocan dolor y piedad.
Es una pel¨ªcula ¨¢spera, inc¨®moda, sin concesiones sentimentales, con un tono voluntariamente terroso, apegado a la realidad. Y te asalta el escalofr¨ªo con la tenebrosa estad¨ªstica que esta te ofrece. Que se repite en cualquier lugar la aparici¨®n de enloquecidos o fr¨ªos salvajes que asesinan a su pareja y a los hijos que engendraron ejerciendo la venganza m¨¢s s¨¢dica. Y luego se suicidan o lo intentan. Y podr¨ªas entender los motivos de su desesperaci¨®n, que se sientan acabados al perder a los suyos. O sea, que se maten. Lo cual puede ser tan razonable como tr¨¢gico. Pero que dejen en paz a los dem¨¢s. No son gente desolada. Son la encarnaci¨®n del mal.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.