La maternidad no tiene gracia

El t¨ªtulo es expl¨ªcito, convencional, por reiterado, y malo. Y la pel¨ªcula es igual. Hacerse mayor y otros problemas, segundo trabajo de Clara Mart¨ªnez-L¨¢zaro, que dirige y escribe en solitario, es un conjunto de ideas alrededor del paso de la juventud a la madurez, ese camino recorrido cada vez con menos euforia y m¨¢s parsimonia, que nunca logra escapar de la condici¨®n de t¨®pico superficial, banal ejercicio de autorreflexi¨®n y comedia sin ritmo ni gracia.

La inestabilidad de las relaciones sentimentales, la necesidad (o no) de tener hijos, la calidad del sexo, el valor de la amistad... Buena parte de las primeras pel¨ªculas de los nuevos directores van de eso, algo comprensible si se tiene en cuenta que se intenta hablar de lo que se sabe, y que se busca el poder de la identificaci¨®n con algo que se est¨¢ viviendo o se ha experimentado hasta bien poco antes. Y, sin embargo, en la pel¨ªcula de Mart¨ªnez-L¨¢zaro todo est¨¢ muy por debajo de la media; incluso en las actuaciones, donde una parte de los int¨¦rpretes roza la sobreactuaci¨®n gestual y vocal, quiz¨¢ para remediar la poca calidad de los di¨¢logos.

¡°Cuatro semanas llevo sin dormir. Yo pens¨¦ que iba a ser feliz. ?Ni se os ocurra!¡±. No es que sean las tres frases esenciales de la historia sobre el hecho de ser madre: es que son casi las ¨²nicas. Y poco m¨¢s all¨¢ llega esa vertiente de la reflexi¨®n ¡ªcierta o no, eso es lo de menos¡ª en el relato de Mart¨ªnez-L¨¢zaro, que debut¨® en 2015 con Mirabilis, pel¨ªcula que no lleg¨® a las salas comerciales, y que en Hacerse mayor y otros problemas acusa unas demasiado visibles carencias para el tempo c¨®mico, el dinamismo secuencial y la escritura de situaciones que lleven a la risa.