La poes¨ªa sigilosa de Rafael Cadenas gana el premio Reina Sof¨ªa

¡°Humilde, silencioso y rebelde¡±, as¨ª se autorretrat¨® en un poema el venezolano Rafael Cadenas, que acaba de obtener el Premio Reina Sof¨ªa de Poes¨ªa Iberoamericana. Convocado por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, el galard¨®n se ha convertido en el m¨¢s prestigioso del g¨¦nero en los pa¨ªses de lengua espa?ola y portuguesa. Cadenas toma el relevo este a?o de la nicarag¨¹ense Claribel Alegr¨ªa, que lo obtuvo el a?o pasado, meses antes de fallecer.

El jurado encargado de seleccionar a Cadenas como ganador del premio estuvo copresidido por Alfredo P¨¦rez de Armi?¨¢n y de la Serna, presidente del Patrimonio Nacional, y Ricardo Rivero Ortega, rector de la Universidad de Salamanca. Su composici¨®n la completaron Dar¨ªo Villanueva Prieto, director de la Real Academia Espa?ola; Juan Manuel Bonet Planes, director del Instituto Cervantes; Ana Santos Aramburo, directora de la Biblioteca Nacional de Espa?a; y Jos¨¦ Manuel Mendes, presidente de la Asociaci¨®n Portuguesa de Escritores, entre otros poetas y personas vinculadas con el mundo de la poes¨ªa como Berna Gonz¨¢lez Harbour, Luis Alberto de Cuenca, Pilar Mart¨ªn-Laborda y Bergassa o Blanca Berasategui.

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Nacido en Barquisimeto (Venezuela) en 1930 y vecino de la urbanizaci¨®n La Boyera, al sureste de Caracas, Cadenas es uno de los autores fundamentales de la l¨ªrica latinoamericana de los ¨²ltimos a?os, papel ya reconocido por el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances que otorga la Feria del Libro de Guadalajara (M¨¦xico) o el Garc¨ªa Lorca que se concede en Granada. Sigiloso en el trato y lento en la conversaci¨®n ¨Cpiensa cada palabra como si formara parte de un futuro poema-, Cadenas ha ido ocupando poco a poco un lugar en el Olimpo de los poetas vivos sin abdicar ni de su humildad ni de su rebeld¨ªa ni de su silencio. Ni de un compromiso cr¨ªtico al que se ha acercado tambi¨¦n sin estridencias.

Era un jovenc¨ªsimo militante comunista autor de un libro de poemas ¨CCantos iniciales (1946)- cuando tuvo que exiliarse a la isla de Trinidad, circunstancia a la que suele quitar hierro diciendo que se puede llegar a ella ¡°en lancha¡± desde la costa venezolana: ¡°est¨¢ a 30 kil¨®metros¡±. Cuatro a?os tard¨® en recorrerlos de vuelta para instalarse en la capital en 1957, pocos meses antes de la ca¨ªda del dictador. Un a?o m¨¢s tarde public¨® el poemario La isla y en 1960, uno de sus libros clave, titulado, no por casualidad, Los cuadernos del destierro. En 1966, en medio de una profunda depresi¨®n, dio a la imprenta Falsas maniobras (1966), que incluye su poema m¨¢s famoso, un verdadero hito en Am¨¦rica Latina: Derrota. ¡°Yo que no he tenido nunca un oficio / que ante todo competidor me he sentido d¨¦bil / que perd¨ª los mejores t¨ªtulos para la vida / que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una soluci¨®n)¡­¡± Cuando se le recuerdan esos versos Cadenas responde que los escribi¨® con 32 a?os ¨Cen unos meses cumplir¨¢ 88-, que ya no se reconoce en ellos y que su ¨¦xito se debi¨® a la situaci¨®n pol¨ªtica de los a?os sesenta en su pa¨ªs, volcado en la consolidaci¨®n de la democracia con el presidente R¨®mulo Betancourt. Se reconoce, eso s¨ª, en el verso que dice que es un hombre que apenas habla. ¡°?Que cada palabras lleve lo que dice. / Que sea como el temblor que la sostiene. / Que se mantenga como un latido¡±, dicen tres famosos versos suyos.

Su laconismo le ha llevado a cultivar una poes¨ªa cada vez m¨¢s influyente y, a la vez, m¨¢s esencial. Menos exuberante, matiza ¨¦l. A la reuni¨®n en 2007 de su Obra entera (Pre-Textos) -700 p¨¢ginas que contienen libros como los citados m¨¢s Intemperie, Memorial (los dos de 1977), Amante (1983) o Gestiones (1992)- le siguieron t¨ªtulos como Sobre abierto (2012) o En torno a Basho y otros asuntos, su ¨²ltimo libro hasta la fecha. ¡°Lo que salva de los escombros / es la mirada¡±, escribi¨® en ¨¦l. Aunque es dif¨ªcil encontrar en su poes¨ªa rastro alguno de intenci¨®n pol¨ªtica, Cadenas mantiene una actitud muy cr¨ªtica respecto al Gobierno de su pa¨ªs. Siempre se ha declaro a favor de la democracia, ¡°por defectuosa que sea¡±, y alarmado por la ausencia de separaci¨®n de poderes en Venezuela. Pese a los ataques que ha recibido por ello desde el flanco gubernamental, siempre ha quitado importancia a su propio papel. Rebelde y silencioso era su autorretrato.