Damien Jurado, luminosa y triste obra maestra

Supuso la relaci¨®n de Damien Jurado con el amante de las atm¨®sferas Richard Swift, y aquel, su primer disco juntos, Saint Bartlett (2010), un punto de inflexi¨®n en la carrera del de Seattle: el paso de su poderosamente triste americana lo-fi a un universo en expansi¨®n, el del nuevo y psicod¨¦lico y brillant¨ªsimo, sonido Jurado, el de los conceptuales (y de otro planeta y uno alucinante): Maraqopa (2012), Brothers and Sisters of the Eternal Son (2014) y Visions of Us on the Land (2016). Y se dir¨ªa que The Horizon Just Laughed reconcilia al viejo Damien (perfeccionado hasta lo indecible en Over Rainbows and Rainier, capaz de propulsarse, por momentos, en la direcci¨®n del Wonderful World de Louis Armostrong, y, la confesional y dolorosa, y muy Damien Jurado, Lou-Jean) con el que piensa seguir experimentando con todo lo aprendido en su largo e intachable trayecto, en esos 12 discos que son como 12 disparos, o 12 llamadas de tel¨¦fono que nunca esperaron respuesta.

Artista: Damien Jurado

Disco: The Horizon Just Laughed

Sello: Secretly Canadian/Everlasting

Calificaci¨®n: 9 sobre 10.

As¨ª las cosas, The Horizon Just Laughed que se abre con un delicad¨ªsimo y atmosf¨¦rico soul de ra¨ªz poderosamente ¨ªntima (Allocate), soul que se desdibuja y se convierte en oda a Nebraska y a los diez d¨®lares que nunca, en ning¨²n caso, nos van a poder llevar a casa en ¨C la muy, por qu¨¦ no, Kiwanuka ¨C Dear Thomas Wolfe, y que se lanza a la conquista de un ardiente yo cada d¨ªa m¨¢s complejo, un yo poli¨¦drico, punzante, y narrativo, que trae de vuelta al solitario Damien pre-trilog¨ªa Maraqopa (el Damien de Ghost of David) en la ambiciosa The Last Great Washington State, el Damien que ha vuelto al estudio ¨C un modesto estudio de California ¨C a producir su primer disco en 20 a?os. Y es que como si el tipo eternamente triste hubiera salido al mundo con una maleta vac¨ªa y hubiera vuelto luego a casa, una casa lejos de Seattle, con una brillante colecci¨®n de conchas con aspecto de tipos de sonido y hubiese hecho con ellas un collage fascinante.

Abunda el nombre propio (la diminuta y susurrada Cindy Lee; el luminoso Marvin Kaplan, convertido en la intenci¨®n de ser, tarde o temprano, una mera voz al otro lado del tel¨¦fono; la esperanzadora y ligeramente lis¨¦rgica, de un pop destilado en qui¨¦n sabe bajo qu¨¦ l¨²gubre palmera Forence-Jean), y la sensaci¨®n de colecci¨®n de polaroids (la nost¨¢lgica oscuridad de 1973, la derrota del tipo que se sabe derrotado, aunque llegue a tiempo a pagar el alquiler; el coro sangriento de la callejera y canalla Random Fearless: o el primer e inesperad¨ªsimo solo de guitarra con el que se atreve Jurado), en un ¨¢lbum que viaja (del Monte Rainier de Seattle al desierto de Texas, pasando por el vac¨ªo del Medio Oeste, y aeropuertos, carreteras, estaciones de tren: el caos no se ordena y est¨¢ bien que as¨ª sea) y que, dice el propio Damien, empez¨® siendo un sue?o, y acab¨® convertido en otra peque?a y, a ratos, luminosa, y casi siempre, triste, obra maestra.

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Autor:?Damien Jurado

Sello: Secretly Canadian/Everlasting

Formato:?CD y Disco de Vinilo

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