¡°He sido capaz de superar los retos... A pesar de la fama¡±
El controvertido pianista croata Ivo Pogorelich, de gira por Espa?a, habla de su deuda con Beethoven y Liszt

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Ivo Pogorelich triunf¨® muy joven gracias a un fracaso. Irrumpi¨® con 22 a?os en el mundo del piano por quedar fuera del prestigioso Concurso Chopin, que se celebra en Varsovia. Lo eliminaron en semifinales. Martha Argerich, que era jurado, se rebot¨® y abandon¨® la competici¨®n al grito de: "?Injusticia! ?Pogorelich es un genio!". A partir de ah¨ª, su carrera despeg¨® con un extra de responsabilidad. Deb¨ªa mostrase a la altura del esc¨¢ndalo. Hoy, el m¨²sico yugoslavo que naci¨® en Serbia (Belgrado) pero que eligi¨® pasaporte croata, observa ese pasado a sus 59 a?os como una prueba de resistencia. En medio ha vivido periodos de depresi¨®n, intensidad, reconocimiento y retiro. Su marca es la controversia. Puede fascinar lo mismo que repeler. Se ha vacunado toda su vida contra la indiferencia y se muestra orgulloso de pertenecer a la estirpe de estudiantes e int¨¦rpretes que entronca con la escuela de Liszt y Beethoven. Anda de gira por Espa?a con la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia y su presente director titular, el revulsivo ruso Dima Slobodemiouk. Ha interpretado junto a ellos el Concierto n¨²mero 2 de Rachmaninov en A Coru?a y Madrid, el pasado mi¨¦rcoles y el jueves. Le quedan recitales en solitario por Zaragoza, Alcoy y Castell¨®n el 4, 5 y 6 de junio.
Pregunta. ?Podr¨ªa definir el lugar que ocupa Rachmaninov en la historia del piano?
Respuesta. Respeto a Rachmaninov como un genio de la m¨²sica y me gusta pensar que puedo contribuir a la comprensi¨®n de sus obras. Pero hay algo que me resulta enigm¨¢tico. Cuando era ni?o estudi¨¦ desde los 11 a?os en Mosc¨², all¨ª todo el mundo estaba fascinado con ¨¦l. Todos escuch¨¢bamos sus grabaciones y pens¨¢bamos que su manera de tocar era insuperable. A?os despu¨¦s escuch¨¦ de nuevo las grabaciones en Jap¨®n, remasterizadas por los ingenieros de Sony y, extra?amente, al escucharlos en versi¨®n digital, perd¨ªan gran parte de su magia. No creo que sea correcto imaginarse que los autores son los mejores int¨¦rpretes de sus propias composiciones. Por ejemplo, un chef que cocina en su restaurante chuletas para sus clientes, probablemente comer¨¢ sardinas. Lo que quiero decir es que ning¨²n autor puede admirar su m¨²sica de la misma manera que alguien que no compone debido a la proximidad que tiene con su propia obra. Esta admiraci¨®n es un buen comienzo para un pianista que quiera alcanzar el fondo de la m¨²sica, demostrando a la vez respeto hacia el compositor.
P. Ha sido un pianista de altibajos. Su controvertido ¨¦xito como joven promesa, ?le lleg¨® demasiado pronto?
Voy a cumplir 60 con algo envidiable: esp¨ªritu joven¡±
R. Supongo que es una opini¨®n particular. En la vida no elegimos el momento. Para m¨ª, lo importante es que he sido capaz de superar los retos y continuar con mi trabajo art¨ªstico... A pesar de la fama.
P. ?C¨®mo afect¨® aquella temprana explosi¨®n de su nombre a su carrera?
R. Estoy seguro de que hoy, en cualquier campo profesional, cualquiera que haya alcanzado reconocimiento internacional le dar¨¢ la misma respuesta. Es muy sencilla. Hay dos caras en una moneda: una es brillante y la otra es oscura. Seguro que si le pregunta lo mismo a Cristiano Ronaldo tendr¨¢ una respuesta parecida.
P. ?Y en qu¨¦ medida afecta a su m¨²sica esa cara oscura?
Los compositores no siempre son los mejores int¨¦rpretes de su obra¡±
R. Lo que no puedo soportar es el sufrimiento y dolor de los dem¨¢s. Especialmente de las personas cercanas. Tambi¨¦n soy muy sensible al sufrimiento de los animales. Nada que me haya pasado a m¨ª, me afecta con la misma intensidad. Mi profesi¨®n es exigente y me obliga a ser fuerte incluso cuando no me siento as¨ª.
P. Se reivindica descendiente de la escuela de Beethoven y Liszt. ?Existe una aristocracia creativa del piano? ?C¨®mo pesa esta tradici¨®n en los int¨¦rpretes?
R. Existe un privilegio o un toque de fortuna. De la misma manera que la gente que tiene en su pueblo una fuente no bebe agua embotellada. La pureza y la sabidur¨ªa de los antepasados convierte en responsables a los que hemos tenido la suerte de beber de ellas. Debemos protegerlas de la misma manera que los campesinos protegen su fuente y no escupen en ella.
P. ?En qu¨¦ medida esa tradici¨®n le deja ser m¨¢s libre?
R. Beethoven era alem¨¢n. Hoy los alemanes producen autom¨®viles de primera calidad, porsches, BMW¡ Adem¨¢s de otras de cosas, son buenas ingenieros. En sus composiciones y en su faceta dentro del piano, Beethoven tambi¨¦n fue un ingeniero que construy¨® par¨¢metros para todos nosotros. Son perfectamente v¨¢lidos incluso hoy, en pleno siglo XXI. Y lo hizo, no por capricho, sino por generosidad. Para ayudarnos a entender y expresar m¨²sica.
P. ?De qu¨¦ manera consigue mantenerse al nivel que se espera de usted en sus periodos de retiro?
R. Pr¨¢cticamente no tomo vacaciones, no estoy interesado en compartir playa con miles de personas en este cambiante clima europeo, donde 30 grados es la media que marca el term¨®metro. Tampoco me apetece viajar en mi tiempo libre. Mi profesi¨®n me obliga a ello. As¨ª que trabajo y aprendo nuevas piezas. O repito repertorios, como por ejemplo piezas que toque hace medio siglo. Es una paradoja: cumplir¨¦ sesenta a?os este octubre y aunque es habitual para los de mi edad descansar y tomar m¨¢s vacaciones que en la juventud, yo hago lo contrario: me dedico a trabajar.
P. En su madurez, ?ha conseguido equilibrar sus altibajos psicol¨®gicos con una visi¨®n m¨¢s pr¨¢ctica de lo que debe ser la carrera de un m¨²sico?
R. Supongo que se trata de nuevo de una opini¨®n particular. Los movimientos en la vida pueden verse reflejados en los cambios de la naturaleza. En todo hay ciclos. Por ejemplo, el oc¨¦ano cuenta con sus mareas y olas. Nieva en las monta?as y luce el sol. Los humanos formamos parte de la misma naturaleza. Pero lo que yo tengo es realmente envidiable: un esp¨ªritu joven a mi edad.
P. ?C¨®mo se define como int¨¦rprete y c¨®mo cree que el aficionado o la cr¨ªtica percibe su discurso musical?
R. Cada uno a su manera, no soy capaz de controlar lo que la gente piensa o dice de m¨ª. Pero puedo muy bien entender la diferencia entre ir a la cama despu¨¦s de un concierto con la conciencia tranquila o con la sombra de la duda. Si uno sigue sus principios acompa?ados de trabajo, no puede equivocarse.
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