John Julius Norwich, el arist¨®crata que contagi¨® al mundo su pasi¨®n por la historia
Descendiente del rey Guillermo IV e hijo de un ministro de Churchill, abandon¨® la carrera diplom¨¢tica tras el ¨¦xito de su estudio sobre los normandos en el sur de Europa
John Julius Norwich, el aristocr¨¢tico intelectual que cautiv¨® a una legi¨®n de lectores y televidentes con su apasionada divulgaci¨®n hist¨®rica, falleci¨® el 1 de junio a los 88 a?os.
En su domicilio del oeste de Londres, un soleado d¨ªa del pasado mes de noviembre, el segundo vizconde de Norwich explicaba a este corresponsal que solo aspiraba a contar buenas historias, y descubri¨® que la Historia estaba llena de ellas. De su talento para contarlas dan fe los libros Los papas y Cuatro pr¨ªncipes, recientemente editados en Espa?a.
La gen¨¦tica coloc¨® las expectativas altas. Descendiente del rey Guillermo IV y de su amante Dorothea Jordan, fue el hijo ¨²nico del diplom¨¢tico y pol¨ªtico conservador Duff Cooper, mujeriego, ministro con Churchill y vizconde de Norwich, y de la dama de la alta sociedad lady Diana Cooper.
Su madre dedic¨® a su educaci¨®n mucho m¨¢s tiempo del acostumbrado en la ¨¦poca. La exigente crianza de Norwich se ve retratada en los primeros cap¨ªtulos de Noticia bomba, de Evelyn Waugh, que se inspir¨® en su amiga lady Diana para el personaje de Algernon Stitch, la cual pide a su hijo de ocho a?os, que est¨¢ leyendo a Virgilio en la cama, que ense?e a sus amistades su imitaci¨®n del primer ministro.
John Julius ¡ªque cambiar¨ªa su apellido por el t¨ªtulo nobiliario de su padre al fallecer este¡ª creci¨® en salones frecuentados por los Churchill y escritores como H. G. Wells o Hilaire Belloc, el peso de cuyo abrigo, con los bolsillos lastrados por una ingente cantidad de alcohol embotellado, casi le hizo caer al suelo cuando, siendo un ni?o, se ofreci¨® a guard¨¢rselo una velada. ¡°A este beb¨¦ le gusta agradar¡±, le dijo su ni?era a su madre al nacer su hijo. Y de ah¨ª tom¨® Norwich el t¨ªtulo de su autobiograf¨ªa, Tratando de agradar, publicada en 2008.
Al estallar la guerra, con 11 a?os, fue interno a un colegio a Canad¨¢, para regresar a?os m¨¢s tarde al elitista Eton, su antesala a la universidad de Oxford, donde estudi¨® ruso y franc¨¦s. Sigui¨® los pasos paternos hasta el Foreign Office, y fue destinado a Belgrado y a Beirut. Despu¨¦s se instal¨® en Londres, desde donde viajaba regularmente a Ginebra como parte de la delegaci¨®n brit¨¢nica en la conferencia para el desarme. ¡°Me gustaba mucho trabajar fuera, pero me aburr¨ªa en las estancias en Londres¡±, reconoc¨ªa.
Entonces, en 1964, un viaje a Sicilia cambi¨® su vida. ¡°Me qued¨¦ fascinado¡±, recordaba. "Descubr¨ª un tema apasionante que es la Sicilia normanda. A la vuelta corr¨ª a las bibliotecas a buscar libros pero no hab¨ªa. Pens¨¦ alguien los ten¨ªa que hacer, as¨ª que dej¨¦ el Foreign Office y me puse a ello¡±.
El ¨¦xito de su primer libro, Los normandos en el sur (1967), abri¨® un camino que acabar¨ªan completando m¨¢s de 32 t¨ªtulos. Los ense?aba orgulloso, en sus diversas ediciones y traducciones, en la biblioteca de su casa londinense. ¡°De la cuarta balda para abajo¡±, se?alaba, con el mismo orgullo con que mostraba al visitante las pruebas de portada de su nuevo libro sobre Francia, De la Galia a De Gaulle, que ver¨ªa la luz el pasado mes de abril y que resultar¨ªa ser el ¨²ltimo.
Fue un maestro en procesar los hallazgos acad¨¦micos y servirlos en una prosa atractiva. En paralelo a su escritura, desarroll¨® una fruct¨ªfera carrera como presentador de radio y televisi¨®n. No huy¨® de la ambici¨®n en sus proyectos, extensos y llenos de informaci¨®n pero siempre amenos, que le llevaron del Imperio Bizantino a Inglaterra y de Shakespeare a la arquitectura, pasando por otra de sus grandes pasiones, que fue la ¨®pera.
Academia y relatos
Se cas¨® dos veces, la ¨²ltima con Mollie Philipps, que le sobrevive, igual que los dos hijos de su primer matrimonio. Tambi¨¦n otra hija, Allegra Huston, fruto de su relaci¨®n con la bailarina Enrica Soma, pareja del director de cine John Huston, que la criar¨ªa al fallecer la madre.
¡°No tengo imaginaci¨®n creativa¡±, reconoc¨ªa Norwich. ¡°Todo lo que puedo hacer es contar, y es lo que hago. No escribo para acad¨¦micos. No soy acad¨¦mico. Nunca en mi vida he descubierto un solo hecho hist¨®rico nuevo. Y no sabr¨ªa qu¨¦ hacer con uno si lo encontrara. No quiero empujar las fronteras del conocimiento: solo quiero contar una buena historia¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.