¡®Alaska y Mario¡¯: el entretenimiento como ideolog¨ªa
A diferencia de temporadas anteriores, no es que est¨¦n m¨¢s maduros, sino m¨¢s relajados, con la vida, con la telerrealidad y con ellos mismos
Adoro el programa Alaska y Mario (domingos en Paramount Network, 21.30; en MTV a las 22.30) porque lo veo como un Instagram de m¨¢s de un minuto que no deja de entretenerme. Y es que el entretenimiento muchas veces se convierte en ideolog¨ªa, incluso en una fe en la que se mezclan con mucha naturalidad lo denso con lo superfluo, la tragedia con la risa y lo real con lo artificial. Cada minuto de Alaska y Mario es la constataci¨®n de que el entretenimiento es tan corrosivo como expansivo.
En esta nueva temporada, tras un largo par¨¦ntesis, Alaska y Mario [Vaquerizo] est¨¢n insuflados de ¡°buen rollismo¡±, que es una tendencia muy actual. Decoran la casa que han comprado de Bibiana Fernandez para que ella les d¨¦ su aprobaci¨®n. Como Bibiana es una superestrella, es m¨¢s cl¨¢sica ante el dise?o de interiores y se asombra ante el despliegue de colores en lo que fue su habitaci¨®n. Es un momento insuperable, no creo que exista otro programa de televisi¨®n capaz de alojar un contenido tan descarnado a la vez que hilarante. Y es ese esp¨ªritu de alta comedia espa?ola el que se desprende por toda la nueva entrega. A diferencia de temporadas anteriores, Alaska y Mario no es que est¨¦n m¨¢s maduros, sino m¨¢s relajados, con la vida, con la telerrealidad y con ellos mismos.
Tambi¨¦n es cierto que, como espectadores, terminamos por decantarnos por una u otro de sus protagonistas. Siempre he sido muy de Alaska porque admiro desde hace muchos a?os su discurso vital, la administraci¨®n de su carrera y, sobre todo, la capacidad de adaptaci¨®n de su discurso. Incluso, he intentado hacer m¨ªos algunos de estos atributos y por eso me fascinan cada uno de sus gestos en la serie, pero desde hace algunos d¨ªas convivo junto a Mario en el rodaje de la tercera edici¨®n de MasterChef Celebrity y puedo aseverar que Mario es 24 horas Mario Vaquerizo.
Y es maravilloso pasar la mitad de esas horas a su lado. Cada vez m¨¢s divertido, cada vez m¨¢s enciclop¨¦dico de andar por casa en sus intervenciones y repleto de infinidad de trucos histrionicos para hacerse imprescindible. Por eso, al recoger el premio Alan Turing en Tenerife hace unos d¨ªas y junto a Alaska le coment¨¦ todos estos piropos hacia su marido mientras pos¨¢bamos con nuestros galardones. ¡°Cuando no estamos grabando tengo mono de Mario¡±, admit¨ª. Y ella, sin dejar de sonre¨ªr a los fot¨®grafos, solt¨®: ¡° Es la convivencia¡±.
Y creo que eso es exactamente lo que hace que Alaska y Mario sea uno de los programas m¨¢s positivos de nuestra televisi¨®n.
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