¡°Las Ronettes ¨¦ramos un grupo de ¡®rock and roll¡¯ que nos sacud¨ªamos m¨¢s que todas las dem¨¢s¡±

Tiene una risa ex¨®tica e intr¨¦pida, causando un fascinante magnetismo con su acento callejero y vitalista, como si fuera un reflejo perfecto de la efusividad de sus mejores canciones de soul. Esas canciones que marcaron una ¨¦poca y alumbraron los dorados a?os sesenta al frente de The Ronettes. Veronica Bennett (Nueva York, 1943), conocida art¨ªsticamente como Ronnie Spector, r¨ªe espont¨¢neamente cuando explica que atiende la llamada de este peri¨®dico sentada en el sal¨®n de su casa, con un ¡°buen caf¨¦¡± y ganas de ¡°guerra¡±. ¡°Soy una chica mala en el escenario, pero no cuando estoy en casa. Intento comportarme¡±, cuenta con especial salero.

A sus 75 a?os, la cantante se mantiene en activo, mostrando una alegr¨ªa contagiosa y una verborrea incre¨ªble con respecto a su papel de leyenda en vida, aunque lejos quede ese tiempo que protagoniz¨® con uno de los girl-groups m¨¢s atractivos de la historia, especialmente por ese br¨ªo juvenil divinamente melodram¨¢tico. All¨ª donde las Supremes eran refinadas y dulces, bajo el blanqueo pop de la f¨¢brica de ¨¦xitos de Motown, las Ronettes eran puro nervio del Spanish Harlem, tres chicas ¨Cella, su hermana Estelle Bennett y su prima Nedra Talley- que aprendieron de las mujeres puertorrique?as de Nueva York y que se expresaban sin cors¨¦s, con m¨¢s chuler¨ªa que el resto, entregadas sin pudor a un sentimentalismo que terminaba por conquistar tanto lo espiritual como lo f¨ªsico. ¡°Los otros grupos de chicas llevaban vestidos elegantes y nosotras hicimos lo contrario: quer¨ªamos que nuestros vestidos fueran ajustados. ?ramos un grupo de rock and roll y bail¨¢bamos m¨¢s que las dem¨¢s. Realmente nos sacud¨ªamos. Tembl¨¢bamos tanto que nuestros vestidos de flecos se nos sub¨ªan y ten¨ªamos que tirar de ellos hacia abajo. Tomamos un poco de lo que vimos en las calles y le pusimos nuestro propio toque en el escenario. ?A los chicos les encant¨®, y tambi¨¦n a las chicas!¡±, cuenta Spector, que encabeza el festival?Blackisback! Weekend que se celebra en Matadero de Madrid el viernes y el s¨¢bado, d¨ªa que act¨²a ella con otras Ronettes.

Vestidos ajustados con aberturas en el costado, espectaculares rayas de ojos, imponentes pelos cardados mirando ¡°hacia el cielo¡±, cigarrillos en las manos¡­ las Ronettes aprendieron de muy j¨®venes que la est¨¦tica era fundamental en el mundo de la m¨²sica. Pero, como los buscavidas callejeros de Males calles de Martin Scorsese, donde su c¨¦lebre Be My Baby suena plet¨®rico al final, estas chicas neoyorquinas tambi¨¦n aprendieron a valerse por s¨ª mismas, aunque tuvieran que hacer todo tipo de trapicheos. ¡°Comenzamos cantando en el vest¨ªbulo del apartamento de mi abuela, luego fuimos a la hora amateur del Teatro Apollo. Apenas ten¨ªamos 13 a?os y obtuvimos algunos aplausos. Entonces, comenzamos a ir a cualquier lugar donde pudi¨¦ramos conseguir un trabajo, aunque fuera bailando el honolulu en la ventana de un restaurante polinesio, ya que por nuestra edad no nos dejaban entrar al club¡±, narra. ¡°Pero un d¨ªa est¨¢bamos esperando en la cola del club m¨¢s popular de Nueva York, el Peppermint Lounge, y todo cambi¨®. ?bamos con nuestros vestidos ajustados y el gerente sali¨® en busca de las bailarinas del espect¨¢culo de dentro y nos confundi¨®. Dijo: ¡®?Aqu¨ª est¨¢n las chicas! Vamos, lleg¨¢is tarde¡¯. Mi hermana quiso corregir al hombre, pero r¨¢pidamente le met¨ª un codazo en las costillas y se call¨®. Joey Dee y los Starliters estaban en el escenario, y luego nos toc¨® a nosotras. Agarr¨¦ el micr¨®fono, comenc¨¦ a cantar y todo el lugar se congel¨®. Nunca antes hab¨ªan visto algo como nosotras. Nos contrataron esa noche. As¨ª que despu¨¦s de la escuela secundaria ¨ªbamos al Peppermint Lounge y bailamos y cantamos. Vimos a todas las estrellas: Judy Garland, Jackie O bailando toda la noche¡­. ?Y consegu¨ªamos 10 d¨®lares por noche! ?Lo suficiente para mantenernos la laca para el pelo!¡±.

En el siglo XXI, la cantante ha tenido una producci¨®n m¨¢s bien anecd¨®tica con ¨¢lbumes no muy lustrosos como Last of the Rock Stars y English Heart, pero su cancionero cl¨¢sico es apabullante. The Ronettes fueron el esplendor de la imaginer¨ªa sonora de Phil Spector, tan genio como loco, que se convirti¨® en su marido pero que termin¨® por ser una pesadilla en su vida. El mismo tipo que amenaz¨® a los Ramones con una pistola y que est¨¢ condenado por matar a la actriz Lana Clarkson era un celoso compulsivo que maltrataba a la que era la voz m¨¢s conmovedora del soul urbano. Los representantes de Ronnie Spector avisan: puede mandarte a paseo y cortar la entrevista si oye el nombre de su exmarido. ¡°Nunca hablo de ¨¦l. Nunca. Hice un espect¨¢culo durante un par de a?os llamado Beyond the Beehive, que hablaba de una mujer que pas¨® momentos muy duros. Lloraba todas las noches, pero al menos tuvo un efecto terap¨¦utico en m¨ª y en la gente. Lo que m¨¢s me gust¨® fue ver a chicas de 13 a?os que se acercaban a m¨ª para decirme que sab¨ªan que pod¨ªan ser cualquier cosa en la vida que quisieran despu¨¦s de ver todo lo que yo pas¨¦. Eso era un gran cumplido¡±, explica.

La batalla por superar su tr¨¢gico pasado no es la ¨²nica que ha librado. Tambi¨¦n acudi¨® a los tribunales para recuperar su dinero. Aquella ¨¦poca en la que se exploraba con la m¨²sica ¨Cy la vida- tambi¨¦n fue propicia para que los tiburones de la industria discogr¨¢fica se aprovechasen de los j¨®venes talentos. ¡°La demanda que puse se estudia en las clases de Derecho Universitario en todo Estados Unidos. Gast¨¦ mucho tiempo y dinero haciendo todo lo posible para que otros artistas recibiesen su dinero. Estoy muy orgullosa de mis esfuerzos. Artistas como Frankie Lymon, que fue mi h¨¦roe e inspiraci¨®n, muri¨® sin un centavo¡±.

Musa de Amy Winehouse, Ronnie Spector simboliza un tiempo pasado, donde la leyenda se confunde con la realidad, pero todo tiene una especie de halo fant¨¢stico, como en esas canciones -Baby I Love You, Walking in the Rain o So Young- que, cantadas por las Ronettes, se convert¨ªan en estampas estelares. ¡°Nos lo pasamos de maravilla. Fueron d¨ªas m¨¢gicos. A los Stones les encantaba viajar con nosotras. Viajar juntos nos acerc¨® mucho y ya es una relaci¨®n que dura toda la vida. El mes pasado me encontr¨¦ con Keith y vi a su hija hace un par de semanas. Todos formamos parte de una verdadera fraternidad de los a?os sesenta¡±. Pero puntualiza: fueron los hedonistas y combativos punkis de los sesenta quienes les mostraron la mayor devoci¨®n. ¡°Joey Ramone no est¨¢ para decirlo, pero realmente me amaba. Significaba mucho para m¨ª. Johnny Thunders sol¨ªa venir a mis conciertos y lloraba. A muchos punkis les gustaba mi voz y mi estilo. Tal vez, fuera realmente mi actitud. Creo que fue eso. Deber¨ªas preguntarles¡±. El consejo tiene trampa: pues no queda ni uno vivo.