?Ser o estar? La diferencia vital entre latinos y anglosajones
La cineasta argentina Julia Somolonoff estrena 'Nadie nos mira', un drama filmado en Nueva York que juega con t¨®picos y con las dudas de un actor emigrante
Hay una fina linea tem¨¢tica que encadena la obra de la argentina Julia Solomonoff (Entre R¨ªos, 1968), desde Hermanas (2005) a El ¨²ltimo verano de la Boyita (2009) o la reci¨¦n estrenada Nadie nos mira: la b¨²squeda de la identidad. "No puedo escapar de ello", responde la cineasta por tel¨¦fono entre risas. "La verdad es que siempre pienso que empiezo algo nuevo y acabo al final con el mismo tema. Me parece un laberinto del que no estoy seguro si voy a escapar". En Nadie nos mira el protagonista es un actor argentino de cierta fama televisiva que huye a Nueva York escapando de una relaci¨®n sentimental truncada, solo para perderse a¨²n m¨¢s en una ciudad que le va deglutiendo poco a poco, y en la que gana m¨¢s dinero como ni?era y limpiador de pisos tur¨ªsticos que como actor. "Yo creo que est¨¢ actuando todo el tiempo. Uno es aunque no trabaje de ello, y Nico [encarnado por un soberbio Guillermo Pfening] piensa en actuar, por mucho que jam¨¢s encuentre trabajo de lo suyo en Nueva York. Cuando acab¨¦ el guion, una pregunta recurrente que me hac¨ªan era si yo pensaba que Nico era buen o mal actor. Me negu¨¦ a escribir un mon¨®logo para que se luciera".
Pregunta. Pero en la vida real usted escogi¨® a un buen actor.
Respuesta. Claro, y por eso ha ganado un premio en Tribeca. Sin embargo, algunos productores dudaron de ¨¦l porque no le conoc¨ªan. Creo que su personaje tambi¨¦n lo es, y se puede ver en c¨®mo encara sus diferentes roles en la vida.
P. Es un personaje que habla poco, que le definen mucho m¨¢s sus acciones.
R. S¨ª, y ah¨ª entramos en la verdadera pel¨ªcula, porque busqu¨¦ un actor que comunicara m¨¢s con sus palabras y su f¨ªsico. Creo en la verdad de las acciones y de los momentos privados.
P. A trav¨¦s de su trabajo como ni?era, usted aprovecha para hablar de inmigraci¨®n, de afectos...
R. Gracias, es la ¨²nica idea original que tuve. El resto son experiencias m¨ªas o relatos contados por gente cercana a m¨ª. Se me ocurri¨® pasando mucho rato con mis hijos en los parques [Solomonoff vive en Nueva York, donde imparte clases de direcci¨®n cinematogr¨¢fica en la Universidad de Columbia] y vi algunos hombres asumiendo ese rol. Que trabajara de ni?ero me ayud¨® a contar el personaje, el paisaje que le rodea y el crecimiento de los afectos con el beb¨¦, algo que a Nico le sorprende.
P. Hay adem¨¢s una mirada divertida sobre, subversiva, sobre los t¨®picos: es hombre, pero es ni?era; es latino, pero rubio; es actor de culebrones, pero sospechamos que debe de ser buen int¨¦rprete; en un gal¨¢n de telenovela, pero en la vida real es gay.
R. En ese 'es no es' se sostienen muchos de los juegos de la pel¨ªcula, cierto. Yo misma, en realidad, por mi f¨ªsico no parezco latina. Son conceptos, clich¨¦s para burlarse de ellos, y que en el fondo sirven como atajos para avanzar, cuando en realidad los t¨®picos esconden trampas: todos somos m¨¢s complicados de lo que aparentamos. Para un actor es terrible que le encasillen.
P. Otro juego verbal que surge en Nadie nos mira aparece con el 'ser y estar', que en ingl¨¦s es complicado de traducir y que en espa?ol aporta riqueza al debate.
"En ese 'es no es' se sostienen muchos de los juegos de la pel¨ªcula. Yo misma, en realidad, por mi f¨ªsico no parezco latina. Son conceptos, clich¨¦s para burlarse de ellos"
R. Es tan b¨¢sico para los hispanohablantes... Al equipo argentino le parec¨ªa obvio, y en cambio a la parte estadounidense se les escapaba. Para m¨ª hay estriba la diferencia esencial entre dos culturas.
P. ?Usted vivi¨® la trampa de ese ser o estar? Al convertirse en profesora pod¨ªa olvidarse su faceta de directora, o que el d¨ªa a d¨ªa acad¨¦mico devorara sus ansias art¨ªsticas.
R. Lucho contra eso, claro, pero tengo familia y necesito una estabilidad. Al final, aprend¨ª a ver el peligro que corr¨ªa, porque con la libertad pierdes estabilidad. Ahora veo que se pueden encontrar salidas desde el profesorado, sobre todo si eres cineasta independiente. Aunque me gustar¨ªa trabajar m¨¢s en televisi¨®n y m¨¢s de direcci¨®n, menos de producci¨®n. Mira, hoy te respondo desde la biblioteca del pueblo en el que me he refugiado en una caba?a en el bosque para escribir mi siguiente proyecto. En casa no tengo ni cobertura ni acceso a Internet. Es lo bueno de ser profesora, que a cambio obtienes tres meses para ti.
P. ?Disfruta de la producci¨®n? Lo hace para usted y para otras realizadoras como Lucrecia Martel o Celina Murga.
R. Me encanta, aunque m¨¢s que la producci¨®n f¨ªsica yo lo que hago es acompa?ar a los creadores con los que tengo relaciones personales, de amistad. Y nunca asumo el rol principal, sino que suelo ser productora asociada. Eso me mantiene en di¨¢logo creativo con gente muy distinta de m¨ª, que es lo que busco.
P. ?Tuvo claro el final?
R. Ah¨ª le diste. Lo rod¨¦ un a?o despu¨¦s del resto del metraje porque no lo encontraba. Creo que es satisfactorio y coherente con el personaje. Lo film¨¦ en cuatro horas en un lugar prestado y pienso que cierra bien el periplo de Nico. ?l va a Nueva York para volver a Buenos Aires con un triunfo... y ese no es el mejor motor.
P. ?De qu¨¦ va la nueva pel¨ªcula?
R. Sobre la gentrificaci¨®n, que ya es un fen¨®meno global. Todo el mundo conoce el sufrimiento de los desahucios.
P. ?Conoce el cine de Ira Sachs? Porque habla mucho sobre este proceso doloroso.
R. ?Claro! Lo mejor de Nueva York es relacionarme con cineastas como ¨¦l o Rebecca Miller. Sachs ha sido muy generoso conmigo y me ha presentado otros directores. Yo conoc¨ªa muy bien la obra de mis pares estadounidenses, y ellos obviamente no la m¨ªa. Ahora que vienen a ver mi cine, vivo algo... reparador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.