Senderos de ignominia
Albert Dupontel sabe que una comedia negra no tiene que ser solo c¨ªnica y su pel¨ªcula encuentra su alma en las m¨¢scaras que comunica las emociones de uno de sus personajes
NOS VEMOS ALL? ARRIBA
Direcci¨®n: Albert Dupontel.
Int¨¦rpretes: Albert Dupontel, Nahuel P¨¦rez Biscayart, Laurent Laffite, Niels Arestrup.
G¨¦nero: tragicomedia. Francia, 2017.
Duraci¨®n: 117 minutos.
Una ampulosa c¨¢mara a¨¦rea sigue a un perro corriendo sobre el campo de batalla en las ¨²ltimas horas de la Primera Guerra Mundial, antes de introducirse con impetuoso dinamismo en el interior de una trinchera, como si el director quisiera batir por multiplicaci¨®n el imaginario de Senderos de gloria (1957). Una obertura capaz de indigestar a todo cin¨¦filo con fobia a lo enf¨¢tico, pero el sexto largometraje del actor y director Albert Dupontel no tarda en demostrar que, tras las piruetas formales, hay mucho m¨¢s: no solo una cierta voluntad de estilo, capaz de hermanar la po¨¦tica de Franju ¨Cuna valiosa secuencia le gui?a el ojo (ornitol¨®gico) a Judex (1963)- con la pirotecnia expresiva de Jeunet y de canalizar ecos de la historieta franc¨®fona ¨Cla pel¨ªcula est¨¢ dedicada al gran Gotlib, que podr¨ªa haber simpatizado con su retorcido sentido del humor, pero no cuesta imagin¨¢rsela en clave de Tardi ap¨®crifo-, sino, sobre todo, la capacidad de servir, con fuerza y contundencia, una buena historia, basada en la novela hom¨®nima de Pierre Lemaitre que gan¨® el Goncourt en 2013.
Nos vemos all¨¢ arriba contrapone dos modelos de explotaci¨®n picaresca en los d¨ªas posteriores a la contienda mundial: la picaresca de los desclasados, dispuestos a articular una estafa en torno al dolor oficial y sus hipocres¨ªas, y la picaresca de quien fue depredador en el frente y se reciclar¨¢ como enterrador carro?ero en tiempo de paz. Dupontel sabe que una comedia negra no tiene que ser necesariamente c¨ªnica y, as¨ª, junto a esa escritura visual llena de grandes gestos, su pel¨ªcula encuentra su alma en el juego de m¨¢scaras que comunica las sutilezas emocionales de uno de sus personajes centrales: un mutilado de guerra que bien podr¨ªa ser el particular Fantasma de la ?pera en el gran teatro del fatuo orgullo patri¨®tico.
Babelia
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