El gran Alonso y algunas mentiras sin importancia
La apuesta por reposiciones como '?24 horas mintiendo!' no siempre es ganadora
?24 horas mintiendo!
M¨²sica, Francisco Alonso. Libreto Francisco Ramos de Castro y Joaqu¨ªn Gasa, en versi¨®n libre de Alfredo Sanzol. Direcci¨®n musical, Carlos Arag¨®n. Direcci¨®n de escena, Jes¨²s Castej¨®n. Reparto, Jes¨²s Castej¨®n, Guruzte Beitia, Est¨ªbaliz Martyn, N¨²ria P¨¦rez, Joselu L¨®pez, Enrique Viana, Raffaela Chac¨®n, ?ngel Ruiz, Cecilia Solagueren, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez, Mar¨ªa Jos¨¦ Su¨¢rez, Mario Mart¨ªn, Luis Maesso. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro Titular del Teatro de la Zarzuela. Teatro de la Zarzuela. Del 29 de junio al 14 de julio.
Primera cita en el Teatro de la Zarzuela tras la suspensi¨®n de la fusi¨®n de este y el Real. El ambiente era de relajo completo, nada que ver con la crispada representaci¨®n de La tabernera del puerto, la primera de las dos que dejaron en pie la huelga, en la que la tensi¨®n se cortaba con cuchillo. Todo volv¨ªa a su orden y el p¨²blico habitual (de los estrenos) re¨ªa hasta la m¨¢s m¨ªnima simpleza.
El t¨ªtulo al que le cab¨ªa el honor de poner "las cosas en su sitio" estaba lleno de gracietas y gui?os, al menos en la versi¨®n modernizada que se ha visto. Se trata de la comedia musical ?24 horas mintiendo!, del grand¨ªsimo Francisco Alonso, inmortal autor de aires como Banderita, Los nardos, Pichi; zarzuelas como La parranda y su himno a Murcia, La calesera y un exhaustivo etc¨¦tera.
Pero ?24 horas mintiendo1 tiene m¨¢s miga, es una pieza de 1947, apenas unos meses anterior al fallecimiento del genial granadino y la segunda suya que se repone en este teatro de los fat¨ªdicos a?os cuarenta, tras Luna de miel en El Cairo de hace tres a?os. Es un periodo terrible, casi un agujero negro de nuestra historia y cualquier dato que nos llegue de esos a?os tiene mucho valor. Y es que los cuarenta representaron la certificaci¨®n de la muerte de la zarzuela e incluso del teatro l¨ªrico espa?ol, ya fuera por colapso de los p¨²blicos, asfixia econ¨®mica, desaparici¨®n de la autoestima del pa¨ªs y su definitiva sustituci¨®n por el cine. Por ello, cobra mayor inter¨¦s ver c¨®mo se bat¨ªan los grandes que a¨²n sobreviv¨ªan. Alonso era un compositor extraordinario, vers¨¢til y de una inspiraci¨®n a prueba de un Chueca, aunque con un oficio completo. Era adem¨¢s alguien consciente del negocio del teatro; el teatro musical era una industria y si desaparec¨ªa ser¨ªa para no volver. Su m¨²sica era extremadamente popular y lo era m¨¢s cuando m¨¢s necesaria era. Ten¨ªa olfato para los g¨¦neros y sent¨ªa las posibilidades del cine como pocos.
Por todo ello, esas comedias musicales terminales son valiosas, sus historias hoy nada dicen, sus enredos exasperan y su escapismo social impacienta. Pero son registros hist¨®ricos imprescindibles y m¨¢s a¨²n para un teatro que dice y pretende interrogarse sobre la validez y legitimidad de la zarzuela.
Pero la apuesta de estas reposiciones no siempre es ganadora. Es el caso de estas ?24 horas mintiendo?, el equipo responsable ha decidido actualizar la historia y especialmente sus humoradas. Quiz¨¢ haya p¨²blico para re¨ªr la en¨¦sima caricatura del pol¨ªtico corrupto o la apoteosis autorrepresentativa de Enrique Viana, pero no es mi caso. Necesito saber m¨¢s de los a?os cuarenta y me lo han hurtado, y adem¨¢s para muy poquito resultado.
Queda, eso s¨ª, la m¨²sica de Alonso, siempre inspirada y bien hecha, sin debilidades t¨¦cnicas ni orquestales, tan frecuentes en el g¨¦nero, y peleando por decirle al p¨²blico que el espect¨¢culo tiene que continuar. Es lo menos antiguo del espect¨¢culo y lo m¨¢s aut¨¦ntico y quien no lo conozca no debe perd¨¦rselo.
Hay tambi¨¦n un meritorio esfuerzo teatral capitaneado por el veterano director y actor Jes¨²s Castej¨®n y un razonable equilibrio entre comedia, teatralidad y gracia en la que destacan Gurutzte Beitia, ?ngel Ruiz y Mar¨ªa Jos¨¦ Su¨¢rez. El cuarteto de j¨®venes respira frescura, pero cantan mejor Est¨ªbaliz Martyn y N¨²ria P¨¦rez y si hubiera que deslizar alguna cr¨ªtica ser¨ªa para algunas l¨ªneas de canto que pagan la hipoteca de actuar mejor que cantar. En cuanto a la orquesta (ORCAM), est¨¢ bien, como siempre, pero aqu¨ª incluso hasta sobrada de calidad frente a endebles prestaciones canoras.
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