Sobredosis de teatro cl¨¢sico en verano
El gran circuito de festivales especializados, con Almagro y M¨¦rida a la cabeza, estimula a las compa?¨ªas a producir obras del g¨¦nero para encontrar hueco en las giras estivales
Cuenta C¨¦sar Oliva, el primer director que tuvo del Festival de Teatro Cl¨¢sico de Almagro, de 1983 a 1985, que en aquellos inicios era dif¨ªcil encontrar espect¨¢culos profesionales para su programaci¨®n. ¡°Nadie quer¨ªa hacer cl¨¢sicos, era muy arriesgado, no hab¨ªa circuitos de exhibici¨®n, el p¨²blico los asociaba al mundo acad¨¦mico, los sent¨ªa aburridos, ajenos¡±, recuerda Oliva en una conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S. Hoy la situaci¨®n es justo la contraria. En verano, en Espa?a, lo menos arriesgado es montar un cl¨¢sico: proliferan los festivales dedicados en exclusiva al g¨¦nero, desde los dos m¨¢s grandes y antiguos (Almagro y M¨¦rida) hasta los que fueron nacieron despu¨¦s al calor del ¨¦xito de los primeros (C¨¢ceres, Olmedo, Olite, Pe?¨ªscola, Niebla, Alcal¨¢, Alc¨¢ntara, Chinchilla), lo que asegura una buena gira y empuja a las compa?¨ªas a producir m¨¢s y m¨¢s t¨ªtulos cada a?o.?
?Por qu¨¦ los cl¨¢sicos han pasado de ser aborrecidos a dominar por completo la programaci¨®n estival? ?Hablamos de un modelo ejemplar de desarrollo cultural o de una burbuja que puede pincharse el d¨ªa menos pensado? Volvamos a los inicios: ¡°Lo que pas¨® fue que conseguimos nuestro prop¨®sito. Cuando empezamos a estimular producciones modernas y de calidad en Almagro, las compa?¨ªas se dieron cuenta de que aquello pod¨ªa atraer espectadores si se hac¨ªa bien. As¨ª que poco a poco se fueron animando, cogieron experiencia, los montajes mejoraron y, en consecuencia, el p¨²blico creci¨®¡±, responde Oliva. Lo siguiente fue que Almagro y M¨¦rida se convirtieron en focos de atracci¨®n tur¨ªstica y, sobre todo a partir de los noventa, muchos municipios con espacios hist¨®ricos o singulares (castillos medievales, corrales de comedias) decidieron subirse al carro. No era dif¨ªcil: el mercado estaba ya abierto y ni siquiera ten¨ªan que invertir en nuevas producciones, pues pod¨ªan nutrirse de los espect¨¢culos que impulsaban Almagro y M¨¦rida. De ah¨ª que todos tengan programaciones parecidas.
Hablamos, por tanto, de un modelo de desarrollo ejemplar: las administraciones estimulan la producci¨®n, las compa?¨ªas recogen el guante y luego se crean los circuitos que mantienen la industria. No parece que haya peligro de que se desmorone. Ni siquiera los a?os m¨¢s duros de la crisis han tumbado el modelo. ¡°?Pero, ojo, esto no puede tomarse como una receta infalible para siempre! ¡ªadvierte Oliva¡ª. Cada festival, si quiere situarse en primera l¨ªnea y atraer a las mejores compa?¨ªas, tiene que encontrar su propio argumento, distinguirse de los dem¨¢s y no basarse solo en un marco incomparable. Y eso no es tan f¨¢cil¡±.
Espect¨¢culos itinerantes
Si usted revisa las programaciones de los principales festivales de teatro cl¨¢sico espa?oles, encontrar¨¢ muchos t¨ªtulos repetidos. Son producciones de estreno de buena factura, pensadas precisamente para girar durante el verano por este circuito, que arranc¨® ya en junio en C¨¢ceres y Alcal¨¢ de Henares y se extiende a partir de ahora por Almagro, M¨¦rida, Olmedo, Olite, Niebla, Pe?¨ªscola¡
Un ¨¦xito seguro en este circuito va a ser, por ejemplo, la Comedia aquilana de la compa?¨ªa Nao d'amores, dirigida por Ana Zamora, una delicia de espect¨¢culo que ya ha triunfado a su paso por Madrid, C¨¢ceres y Alcal¨¢ de Henares. La Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, por supuesto, se instala en Almagro durante todo el mes de julio y visitar¨¢ Olmedo y Olite. Tambi¨¦n ser¨¢n protagonistas los grupos Morboria, Teatro del Temple, Atalaya, Corsario, Ron Lal¨¢, Noviembre y los mexicanos de Los Colochos (con su ¨¦xitazo Mendoza). Varias producciones de M¨¦rida se podr¨¢n ver tambi¨¦n en el Grec de Barcelona y el Sagunt a Escena, dos cert¨¢menes que no programan solo cl¨¢sicos pero que tienen una especial vinculaci¨®n con M¨¦rida porque tambi¨¦n se desarrollan en antiguos teatros romanos.
El reciente naufragio del Festival de Teatro Cl¨¢sico de Alicante, nacido en 2016 al abrigo del hist¨®rico castillo de Santa B¨¢rbara, ilustra la inquietud que plantea Oliva. La idea inicial de los organizadores de este certamen (Ayuntamiento y Diputaci¨®n) era ir perfilando poco a poco una personalidad propia y, mientras tanto, alimentarse de los montajes de M¨¦rida y Almagro, pero la falta de inversi¨®n y definici¨®n del proyecto ha hecho que, de momento, este a?o no se celebre. No se sabe si se retomar¨¢ m¨¢s adelante.
No corren ese riesgo, por supuesto, ni Almagro ni M¨¦rida. ¡°El de M¨¦rida, l¨®gicamente ligado al teatro romano que se conserva en la ciudad, es el ¨²nico festival dedicado exclusivamente al periodo grecorromano. Eso nos da un car¨¢cter propio y adem¨¢s nos obliga a producir todo lo que programamos, pues no hay ninguna entidad o compa?¨ªa privada o p¨²blica que pueda nutrirnos. En cambio, somos nosotros los que luego alimentamos a los dem¨¢s¡±, explica su director, Jes¨²s Cimarro. Este festival tiene tambi¨¦n la particularidad de que debe llenar un espacio de 3.100 localidades, una barbaridad, por lo que suele combinar espectacularidad y actores populares para atraer al gran p¨²blico.
El de Almagro, por su parte, se centra m¨¢s en el Siglo de Oro y, junto con la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, es el espacio donde los grandes directores han ensayado nuevas maneras de abordar el repertorio cl¨¢sico espa?ol para acercarlo al siglo XX, lo que con el tiempo ha consolidado una especie de f¨®rmula arquet¨ªpica de representar a los cl¨¢sicos. Ciertamente ha demostrado ser una f¨®rmula exitosa, pero todo se agota: estamos ya en el siglo XXI y surge cada vez m¨¢s la necesidad de dar un nuevo paso adelante para reactivar el inter¨¦s del p¨²blico. ¡°La gran tarea hace unos a?os era poner el teatro cl¨¢sico en hora. Ese camino ya est¨¢ recorrido. Ahora tenemos que empezar a invitar a creadores de vanguardia para seguir avanzando¡±, opina Carlos Aladro, director de Cl¨¢sicos en Alcal¨¢, un festival que precisamente se distingue por su apuesta por los nuevos formatos. Ah¨ª es donde est¨¢ forjando una identidad realmente propia.
Otros cert¨¢menes, como Olmedo y Olite, est¨¢n apostando por la internacionalizaci¨®n para despuntar. El de Olite, adem¨¢s, decidi¨® el a?o pasado quitarse el adjetivo cl¨¢sico de su denominaci¨®n oficial para abrirse al teatro contempor¨¢neo, en un intento de diferenciarse dentro del circuito y no caer en el agotamiento. Pe?¨ªscola, por su parte, est¨¢ todav¨ªa en pleno crecimiento. ¡°Aunque el festival lleva ya veinte ediciones, realmente hasta hace seis a?os no se apost¨® presupuestariamente de verdad por entrar en el circuito de primera l¨ªnea. Ahora nos estamos consolidando¡±, apunta Carles Benlliure, su director.
Dado el ¨¦xito, ?por qu¨¦ no aplicar este mismo modelo de desarrollo a otros g¨¦neros teatrales? ?Es que en verano el p¨²blico no tiene la cabeza m¨¢s que para revisitar obras cl¨¢sicas? ¡°Es cierto que son m¨¢s dif¨ªciles de vender las propuestas de vanguardia en verano: el p¨²blico es mucho m¨¢s heterog¨¦neo, no habituado a ver teatro, quiz¨¢ m¨¢s reacio a arriesgarse con autores o artistas que no conoce, de ah¨ª que sea m¨¢s f¨¢cil atraerle hacia los cl¨¢sicos. Pero tambi¨¦n es cierto que ese p¨²blico, si disfruta de la experiencia, puede probar despu¨¦s con otros g¨¦neros¡±, comenta Fernando Cer¨®n, subdirector general de Teatro del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica, que apoya muchos de estos festivales. Y concluye: ¡°Es una de las f¨®rmulas m¨¢s eficaces de captar nuevos espectadores para el teatro en general¡±.
Babelia
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