El contagio de la cultura popular
Pese a la censura Checoslovaquia asimil¨® en los sesenta el pop con profundidad in¨¦dita. Un recopilatorio recuerda aquellos grupos medio siglo despu¨¦s de la Primavera de Praga
Sucedi¨® en Espa?a. Por al¨¦rgica a la modernidad que sea una dictadura, nada puede contra el contagio de la cultura popular, esa plaga de langostas. O para el caso, de turistas, ya que fue gracias a ellos que en los tiempos del desarrollismo se aclimataron aqu¨ª las diferentes tendencias musicales del mundo libre. Si durante los a?os sesenta y setenta del pasado siglo algo ralentiz¨® la penetraci¨®n de esas nuevas formas de consumo juvenil, no fue la censura franquista, sino los aldeanos criterios de una industria discogr¨¢fica conchabada con los oligopolios radiof¨®nicos, enfrascados ambos en la destajista explotaci¨®n de la m¨²sica comercial, llamada entonces ¡°pachanga¡± y acotada por un espectro que iba de Los Diablos a Georgie Dann.
Tambi¨¦n padec¨ªan esa pandemia en la Europa civilizada. Arrollaba el schlager ¡ªtraducible por ¡°jitazo¡±¡ª en Alemania, Escandinavia. Francia, Holanda y los pa¨ªses b¨¢lticos. Pegajoso pop de encefalograma plano, simpl¨®n y sentimentaloide, impregnaba as¨ª la conciencia colectiva europea y las hechuras del Festival de Eurovisi¨®n desde su misma concepci¨®n, en 1956. El horterismo no era patrimonio exclusivo del sur, pero, a diferencia de Espa?a, en el norte armonizaba con el desarrollo industrial del rock y otras m¨²sicas. Incluso tras el tel¨®n de acero. Ni el schlager ni la tiran¨ªa comunista de la Doctrina Br¨¦znev, impuesta tras la invasi¨®n sovi¨¦tica, desaceleraban la producci¨®n discogr¨¢fica checoslovaca. Pruebas forenses de esa copiosa inmunidad las aporta Czech Up! (Vampisoul), serie antol¨®gica de la que acaba de publicarse un segundo volumen.
Constructo geocultural suturado tras la Primera Guerra Mundial, Checoslovaquia era el frankenstein resultante de la hibridaci¨®n en una misma rep¨²blica de tres pedazos del extinto Imperio Austroh¨²ngaro: Bohemia, Moravia y Eslovaquia. Como en Hombre rico, hombre pobre, los dos primeros territorios gozaban de grueso tejido industrial y nivel de vida occidental, mientras que el tercero se encontraba todav¨ªa en un precario estadio rural. A pesar de esas diferencias, al contrario que Yugoslavia, no zarandeaban a Checoslovaquia convulsiones nacionalistas. Democracia parlamentaria, la suya se demostrar¨ªa socioecon¨®micamente progresista, apaciguando los ¨¢nimos que distanciaban a checos y eslovacos. Los efectos de la Gran Depresi¨®n, la ocupaci¨®n nazi entre 1939-1945 y el triunfo electoral en 1946 del KSC o Partido Comunista de Checoslovaquia ser¨ªan solo el preludio de la injerencia sovi¨¦tica y un cap¨ªtulo de represi¨®n estalinista.
Sonidos 'supraph¨®nicos'
De propiedad estatal, como el resto de discogr¨¢ficas checoslovacas, Supraphon se creaba en 1932 para exportar las voluminosas partidas de m¨²sica cl¨¢sica manufacturada en el pa¨ªs. Con un cat¨¢logo de 60.000 composiciones y estudios propios, abarcaba luego la m¨²sica popular, negociado controlado por otro sello, Panton, que absorb¨ªa en los noventa. Todav¨ªa en activo Supraphon, su enorme cat¨¢logo ha avituallado Czech Up! Vol. 1. Chain of Fools (2016) y Czech Up! Vol. 2. We'd Be Happy (2018), cubriendo ambas referencias el periodo 1966-1979, as¨ª como las antolog¨ªas dedicadas a Marta Kubisov¨¢, Emil Viklicky, The Matadors y Olympic ¡ªautores del primer ¨¢lbum de beat checo, a los que Johnny Hallyday ofreci¨® ser su banda de acompa?amiento en unos conciertos parisienses¡ª, publicadas tambi¨¦n en Espa?a por Vampisoul. Su marca hermana Munster hac¨ªa lo propio con Magical Nights (2010), retrospectiva dedicada a la m¨¢s underground de las bandas contestatarias checas, The Plastic People of The Universe, transmisora en su pa¨ªs de la obra de The Mothers of Invention, The Fugs y The Velvet Underground.
El reformismo que Jruschov introduc¨ªa en el S¨®viet Supremo aflojaba la tensi¨®n, fund¨¢ndose en 1960 la Rep¨²blica Socialista de Checoslovaquia. Una bonanza se abr¨ªa bajo el prisma del revisionismo socialista, permitiendo pese a la censura ideol¨®gica la asimilaci¨®n de la cultura pop a una profundidad in¨¦dita en otras latitudes bajo f¨¦rula sovi¨¦tica. A la supervivencia de The Comets, fundados en 1959 y pioneros del rock & roll checo, se sumaba en 1964 la primera versi¨®n de los Beatles grabada en lengua checa, por Karel Gott. La Nova Vin¨¢ o Nueva Ola Checoslovaca transformaba el cine aut¨®ctono en 1963 con los renovadores planeamientos de realizadores como Milos Forman, Vera Chytilov¨¢ y Jaroslav Papousek. Literatura y poes¨ªa se desembarazaban del yugo del realismo socialista. Durante la primera mitad de los sesenta, amenizaba con fondo sonoro esa inflexi¨®n una pl¨¦tora de bandas juveniles que, motivadas por Radio Luxemburgo y la influencia de la cercana escena beatmusik alemana, formulaban una alternativa pop al schlager.
La ciudad universitaria de Olomouc, Moravia, ser¨¢ epicentro de una generaci¨®n de conjuntos, muchos de los cuales se aventuraban por otras plazas europeas, que pone fin al reinado de las versiones, escribiendo material propio en el que integran t¨¦rminos del idiolecto callejero adolescente. Celebrado en 1967, el Primer Festival Beat checo pon¨ªa techo a esa explosi¨®n de la que se desgajaban numerosas superestrellas locales y toda suerte de palos musicales: freak beat, soul, rhythm and blues, garage, psicodelia, jazz, hard rock, free jazz. Indiscutible capital de la protomovida checa, Praga contaba ya con una apreciable infraestructura. Los teatros Semafore y Apollo, clubes como Olympik y Slunicko. Revistas especializadas, Mlad? Svet (Mundo Joven). Radios, la Brno.
En Espa?a se ralentiz¨® la penetraci¨®n de esas formas de consumo juevenil por el aldeano criterio de la industria y las radios
Propiciadas por las reformas inherentes al ¡°socialismo con rostro humano¡± implementado por el l¨ªder del KSC Alexander Dubcek, la tolerancia y liberalizaci¨®n de la Primavera de Praga cesaban el 20 de agosto de 1968, fecha en la que las tropas del Pacto de Varsovia invad¨ªan Checoslovaquia en pleno auge de la Guerra Fr¨ªa. Purgas, represi¨®n y censura se intensificaban en pos de la ¡°normalizaci¨®n¡± totalitaria comunista. Si bien se prohib¨ªan conciertos y canciones, disolvi¨¦ndose o exili¨¢ndose muchas bandas, m¨²sica e industria se adaptaban a la realidad. M¨¢xime al entrar la producci¨®n discogr¨¢fica checa en la ¨®rbita de COMECON o Consejo de Ayuda Mutua Econ¨®mica, equivalente sovi¨¦tico de la Comunidad Econ¨®mica Europea que abarcaba a todos los pa¨ªses del Este, un vasto mercado.
Ya en los setenta, nuevos estilos, instrumentales, desprovistos de letras ¡ªrock progresivo, jazz rock¡ªproliferaban en respuesta al hostigamiento censorial. Tambi¨¦n disco y funk, por la inocuidad de su mensaje, contribu¨ªan a disimular la miseria existencial cotidiana hasta que eclosionaba la Revoluci¨®n de Terciopelo.
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