Jack White es Jack White y punto

Puestos a imaginar, hubiese sido interesante saber qu¨¦ hubiese pasado, si Jack White en vez de estar en solitario, hubiera tocado en el Mad Cool con The White Stripes, ese d¨²o definitivo del indie-rock norteamericano de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas que form¨® con su compa?era y exesposa Meg White. Tal vez no se le hubiese visto como telonero de Arctic Monkeys, que tocaron anoche en el escenario principal justo despu¨¦s de que White lo hiciese en otro menor frente a miles de personas entregadas a sus descargas el¨¦ctricas radicales.

De haber estado The White Stripes, otro gallo hubiese cantado en este mundo de egos que es la m¨²sica. Ambas formaciones son dos entes esenciales para comprender la proyecci¨®n planetaria del indie en este siglo XXI, ejemplificada precisamente en la proliferaci¨®n de festivales por todos lados. Y, por su ¨¦xito y su influencia, ambos grupos pueden competir a nivel hist¨®rico por la corona de reyes agitadores en el indie internacional de nuestro tiempos. Pero Jack White toc¨® solo. Y no fue problema.

Si con The White Stripes marc¨® una peque?a revoluci¨®n musical a comienzos de este siglo, ahora White sigue su propio camino con determinaci¨®n, sin perderse en lamentaciones. Por eso, fue emotivo ver c¨®mo a solas se desenvolvi¨® con garra y oficio, se?alando el valor de la distorsi¨®n bien entendida, as¨ª como de las guitarras bien afiladas. Con su juego de luces y pantallas con figuras distorsionadas en el arranque, White se contorneaba como un papagayo descontrolado. Era una forma de ilustrar su contundente blues-rock, que tornaba en pegada garagera o punki cuando hab¨ªa que salirse de la l¨ªnea. Notable fue su interpretaci¨®n de Connected by love.

Cierto que pierde sutilezas, pero era como si no las quisiera. Estaba concentrado en golpear sobre la mesa con su contundente rock de alma blues, pero con vitamina como sucedi¨® en Love Interruption o Missing Pieces. Destacaba por su? fuerza, aullando por momentos a modo de auxilio, como reivindicando un lugar en el mundo casi de una forma desesperada. Imaginen a un adolescente frustrado al que le dan un meg¨¢fono para rajar todo lo que calla y lo hace, enfrentado con el mundo y sin resultar cargante. Pues ese era Jack White, estrella del indie-rock, pero que todav¨ªa no encuentra su espacio definitivo en estos tiempos acelerados, en los que White Stripes pueden ser ya una reliquia de otra ¨¦poca cuando ni siquiera recordamos cu¨¢ndo dejamos de mandar SMS. Pero una cosa qued¨® clara: Jack White es Jack White y su m¨²sica seduce por s¨ª misma.

La sorpresa may¨²scula, sin embargo, fue la cancelaci¨®n del concierto de Massive Attack. El grupo se neg¨® a actuar en el escenario The Loop porque dec¨ªa que el sonido del escenario donde en ese momento actuaba Franz Ferdinand molestaba para la realizaci¨®n de su concierto. Esto gener¨® malestar entre algunos asistentes. Seg¨²n un comunicado de la organizaci¨®n del Mad Cool: "Hemos hecho todo lo posible para retrasar horarios a otras bandas y buscar una franja horaria donde Massive Attack estuviesen c¨®modos, pero la decisi¨®n unilateral de la banda ha sido cancelar su show".