Los ecos de realidad de ¡®Fatmag¨¹l¡¯ acercan al p¨²blico espa?ol el fen¨®meno del culebr¨®n turco
Nova emite el ¨²ltimo episodio de este relato, protagonizado por una joven v¨ªctima de una violaci¨®n en grupo y cuyos paralelismos con la actualidad han otorgado a la TDT audiencias propias de las cadenas generalistas
Fatmag¨¹l es una telenovela turca que lleva a?os seduciendo a espectadores de todo el mundo sin necesidad de estramb¨®ticos giros de guion. En ella hay vecinos que se pasan ung¨¹entos para las varices y hombres que se despiden de sus prometidas antes de pasar semanas pescando en alta mar. Tambi¨¦n aparecen personajes humildes que sufren las consecuencias de los corruptos y la decadencia de la Turqu¨ªa rural. Son temas que han resonado en los espectadores de todo el mundo. Estrenada en 2010, es uno m¨¢s de los cientos de t¨ªtulos que han hecho del culebr¨®n turco un fen¨®meno social. Pero hasta ahora, era un contenido que no hab¨ªa podido seducir al mercado espa?ol. Nova emite emite hoy en Espa?a su ¨²ltimo cap¨ªtulo tras cosechar en la TDT audiencias propias de las cadenas generalistas, superando en algunas de sus emisiones el 6% de share.
Durante los primeros momentos de la fici¨®n vemos c¨®mo Fatmag¨¹l, que trabaja en el campo en un peque?a localidad costera, es violada por un grupo de hombres ebrios y drogados. Son hijos de empresarios que acuden cada a?o al lugar para divertirse mientras su amigo Kerim, que trabaja como herrero en el pueblo, les hace de anfitri¨®n. Cuando el entorno de la v¨ªctima descubre lo ocurrido, su novio decide romper su compromiso y su familia le culpa por haber salido sola de casa en medio de la noche. Kerim se ve obligado a asumir la culpa en nombre de sus amigos y a casarse con la protagonista, para evitar el esc¨¢ndalo. En el esperado episodio final, se celebra el juicio contra sus violadores.
El culebr¨®n ha convertido a Turqu¨ªa en uno de los gigantes actuales del entretenimiento, capaz de exportar al mundo casi tantos dramas televisivos como Estados Unidos. Primero triunf¨®, hace m¨¢s de una d¨¦cada, en las emisoras del antiguo imperio otomano (parte de la Europa del Este y de Oriente Medio), para luego conquistar a su principal rival, Am¨¦rica Latina. A juzgar por los paralelismos con la actualidad, no parece casual que sea justo Fatmag¨¹l la que abre ahora las puertas al g¨¦nero en una Espa?a en pie de guerra contra las manadas.
Un fen¨®meno internacional
Sin contar con un idioma que hablan cientos de millones de personas, como s¨ª ocurre con las telenovelas en espa?ol, el nuevo imperio turco se extiende por las televisiones de 140 pa¨ªses, alcanzando a m¨¢s de 400 millones de espectadores, destacaba BBC en 2016, en un art¨ªculo que explicaba la llegada del fen¨®meno a Am¨¦rica Latina. Una de las posibles claves de su ¨¦xito reside en que muchas de estas series mantienen los valores tradicionales que el g¨¦nero est¨¢ perdiendo en otros lugares.
Eso no significa que sus tramas sean necesariamente obsoletas, como destaca el Pulitzer Center en un informe que analiza la influencia internacional de la telenovela turca. Coincidiendo con el crecimiento econ¨®mico del pa¨ªs y con los a?os de ascenso pol¨ªtico de su actual presidente, el autoritario Recep Tayyip Erdogan, estas series han comenzado a hablar de presos pol¨ªticos, del papel reservado para la mujer y de las diferencias de clases entre el campo y la ciudad mientras se disfrazan de inofensivos pasatiempos diarios.
La emisi¨®n en 2011 de El Sult¨¢n, la producci¨®n m¨¢s cara de la historia de Turqu¨ªa inspirada en la vida del sult¨¢n Solim¨¢n el Magn¨ªfico, llen¨® de ira a Erdogan por su elevada carga sexual. El por aquel entonces primer ministro del pa¨ªs solicit¨® que se tomaran acciones legales contra la que consideraba una grave blasfemia. La oposici¨®n advert¨ªa en este gesto del pol¨ªtico un claro indicio de tiran¨ªa. Pero, en este caso, ni si quiera ¨¦l pudo amordazar el poder social de una telenovela.
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