Domingo y Kaufmann, duelo de voces entre dos siglos
El Teatro Real despide la temporada con ambos tenores en d¨ªas consecutivos
En apenas 24 horas, dos leyendas de la ¨®pera se subir¨¢n al escenario del Teatro Real. Jonas Kaufmann (M¨²nich, 1969) lo har¨¢ primero este mi¨¦rcoles con un recital dedicado al repertorio franc¨¦s y a Wagner. Pl¨¢cido Domingo (Madrid, 1941) aparecer¨¢ un d¨ªa despu¨¦s, el jueves, para ofrecer junto a la magn¨ªfica soprano albanesa Ermonela Jaho una versi¨®n en concierto de Tha?s, la ¨®pera de Massenet.
Los paralelismos de esta coincidencia no pasan desapercibidos. Se trata de un duelo digno de comparaciones. Con sus estilos, sus similitudes, sus estrategias, sus repertorios comunes y a la vez dispares. Un acontecimiento fruto de la casualidad y las cancelaciones ¡ªen el caso de Kaufmann¡ª que ha querido desembocar en un hito como regalo este fin de temporada.
Domingo domin¨® el siglo XX entre el eclecticismo y su obsesi¨®n por derribar muros que enlazaban lo l¨ªrico con el gran meollo dram¨¢tico verdiano y wagneriano, sin renunciar al barroco o los rusos, junto a gui?os constantes a los grandes p¨²blicos. Kaufmann reina en el XXI dentro de su espectro cada vez m¨¢s abierto, pero mucho m¨¢s reducido. Desde sus inicios mozartianos al fondo del repertorio franc¨¦s, conjuga el verismo italiano, sin dejar de estar muy centrado en el gran Verdi, a los ¨²ltimos papeles junto a Wagner.
Son dos tenores de car¨¢cter hondo, dram¨¢tico y plusmarquista. El espa?ol ha batido todos los r¨¦cords. Lleva consigo la mochila de unos inicios precarios. Los que le hicieron dar el salto de la zarzuela, heredada de sus padres cantantes ¡ªa la que jam¨¢s ha dado la espalda¡ª, al mundo de la ¨®pera. El alem¨¢n, hijo de una ¨¦poca donde domina la especializaci¨®n, afina m¨¢s el tiro. Los dos a?os anteriores a esta temporada le pasaron factura. La programaci¨®n del Real ha servido de term¨®metro. Pero despu¨¦s de un par de cancelaciones, fruto de su mal estado y altibajos en su voz por un exceso de compromisos, llega en un gran momento. Quienes le pudieron disfrutar en el Andrea Ch¨¦nier (Umberto Giordano) con que triunf¨® el pasado marzo en el Liceu, lo saben.
Nadie puede emular a Domingo en cantidad. Quienes lo han intentado han quedado tirados en una cuneta, exhaustos y escarmentados. Es un tit¨¢n destroza marcas, con m¨¢s de 3.600 representaciones a las espaldas. Otra cosa es en calidad. La ¨¦poca del primero ¡ªque ha sido el rey de muchas cuerdas en la segunda mitad del siglo XX¡ª no tiene nada que ver con esta presente. Domingo domin¨® junto a Kraus, Pavarotti, Carreras y alg¨²n otro el trono de un arte que vivi¨® la ¨²ltima edad dorada del divismo en manos de los cantantes.
Hoy, Kaufmann lo comparte con tres figuras m¨¢s l¨ªricas de las que se diferencia ¨¦l en otra l¨ªnea como rey de la esfera dram¨¢tica. Sus colegas coet¨¢neos en lo m¨¢s alto son belcantistas, bastante ortodoxos, que dan idea del panorama en las voces de la ¨®pera actual. Un mundo dominado ahora a medias entre latinos y europeos del este. Por un lado, quedan el peruano Juan Diego Fl¨®rez y el mexicano Javier Camarena. Por otro, un polaco: Piotr Beczala, que inaugurar¨¢ la pr¨®xima temporada en Madrid con Fausto, de Gounod.
Un papel une a Domingo y a Kaufmann de manera umbilical: el Otelo verdiano. Es el t¨®tem de los r¨¦cords para el espa?ol. Ha sido una meta a conquistar estas dos ¨²ltimas temporadas para el alem¨¢n. El personaje de Shakespeare es la frontera donde ambos cruzan lo mejor de s¨ª mismos. Domingo domin¨® su ¨¦poca con ¨¦l en m¨¢s de 250 representaciones. Lo debut¨® muy joven, con solo 35 a?os. La impresi¨®n que caus¨® hizo a muchos expertos dudar de su fecha de nacimiento. Kaufmann ha sido m¨¢s cauto y ha esperado a los 48 a?os. Pero quienes asistieron a su debut, en junio de 2017, en el Covent Garden londinense dieron cuenta de quien ha ocupado el trono del madrile?o en esta nueva era.
La ¨®pera francesa y Wagner son otras dos fuentes para comparar en ambas carreras. El recital de Kaufmann centra su primera parte en el primer repertorio con obras de Saint-Sa?ns, Bizet, Gounod y el propio Massenet, entre otros. Nada de Tha?s, como har¨¢ Domingo, pero s¨ª un mismo estilo. El espa?ol afronta el papel de Athana?l, una de las partituras para bar¨ªtono que se est¨¢ dando el gusto de cantar en esta fase final de su carrera, con el regreso a la cuerda natural de su voz.
En el caso de Wagner toca detenerse. A buen seguro, Pl¨¢cido andar¨¢ atento el mi¨¦rcoles cuando Kaufmann entone Ein Schwert Verhiess Mir der Vater, el aria de La valquiria. En apenas una semana dirige esa misma ¨®pera en Bayreuth. Ser¨¢ su debut en el foso dentro del festival dedicado al compositor y 18 a?os despu¨¦s de haber cantado por ¨²ltima vez encima del mismo escenario.
En un d¨ªa, dos gigantes en Madrid. Dos ejemplos de divismo contempor¨¢neo y excelencia sobre las tablas. Si el m¨¢s profundo sentido de la ¨®pera lo da el misterio de la voz, lo que ocurrir¨¢ en estas dos jornadas de cierre en el Real ser¨¢ una buena ocasi¨®n para comparar eras, vigencias, similitudes, riquezas y personalidades. El pasado, presente y futuro de la ¨®pera encarnados a la vez, con su pureza, su esencia y su ins¨®lita espectacularidad, en la garganta de estos dos portentos.
Debut para el alem¨¢n, h¨¢bito para el espa?ol
Jonas Kaufmann debuta en el Teatro Real¡ crucemos los dedos. Ojal¨¢ nada estropee la cita de este mi¨¦rcoles despu¨¦s de haber cancelado ya dos veces su primera actuaci¨®n en Madrid como gran figura. El 2016 fue a?o de suspensiones. Iba a aparecer el 10 de enero pero cay¨® enfermo. Lo pospuso para 11 meses despu¨¦s y tambi¨¦n. Ahora toca. As¨ª ser¨¢. Pero lo cierto es que Kaufmann bien merece en Madrid su condici¨®n de deseado. Ojal¨¢ cuaje para alg¨²n t¨ªtulo en una producci¨®n. A ver si a alguien se le ocurre que cante Don Carlo, por ejemplo. Por aquello de verle en un verdi espa?ol y mirando desde la plaza de Oriente a El Escorial, donde tiene lugar la ¨®pera.
Lo de Pl¨¢cido Domingo, sin embargo, es h¨¢bito. Desde que se reabriera el Real en 1997 no ha faltado a su cita casi cada temporada. Comenz¨® con Divinas palabras, del maestro Ant¨®n Garc¨ªa Abril. En el teatro de la ciudad que lo vio nacer hace 77 a?os lo ha hecho todo: desde La valquiria y Parsifal, a Luisa Fernanda, de La dama de Picas (?en ruso!) a Sim¨®n Bocanegra y MacBeth. Cuando empez¨® a tomar las medidas del escenario a finales de los noventa, los periodistas, con mal c¨¢lculo, sol¨ªan preguntarle por la retirada. Queda claro que dicho momento, de perfecta l¨®gica biol¨®gica para cualquiera, en ¨¦l, ni se contempla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.